Por el aula U-127 circula una libreta con preguntas bobas que todos ahí deben responder.
Un día la libreta pasa a manos de Yang Jungwon y éste decide contestarla por diversión. Sin embargo, se dará cuenta que algunas de esas preguntas no son normale...
Jungwon estuvo varios minutos tratando de relacionar a una persona con el apodo.
En primer lugar, ni siquiera sabía lo que "UwU" significaba. ¿Serían las iniciales de su nombre? ¿Un código? ¿O una especie de nuevo lenguaje que él no entendía?
Con un suspiro de frustración se tiró a la cama, quedando boca arriba, mirando al techo. Se mantuvo así un tiempo hasta que su cerebro decidió empezar a trabajar.
El pelinegro recordaba que ese chismógrafo sólo podía ser contestado por los miembros del consejo. Dentro de éste había once miembros, Jungwon incluido. Según la hoja de los nombres, diez personas ya habían contestado siendo Yang el undécimo y último miembro que tenía el derecho de poseer el cuaderno.
Ahora todo era más sencillo. Sacó una pequeña libreta de notas junto a un bolígrafo, en dicha libreta anotó los nombres reales de sus compañeros del consejo.
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Quizá no sabía quién era "UwU" pero podría averiguar quiénes eran los dueños de los demás apodos y por descarte, encontraría al chico que buscaba.
Empezó por buscar a su mejor amigo, no le llevó mucho tiempo encontrarlo. El idiota ni siquiera hizo un esfuerzo, escribió el apodo por el que toda la escuela lo conocía, incluidos los profesores.
Al mismo tiempo dio con el apodo de Taehyun. Es que no podía esperar menos, esos dos eran perfectos el uno para el otro, ambos eran un par de idiotas. Bueno, al menos eran felices.
Al poco rato halló los apodos de Soobin y Jay. A pesar de que Jay y él eran amigos, Jungwon sabía que el primero no era muy ingenioso que digamos y pues Soobin no podía ser más obvio.
Con Niki el caso fue que trató de ser misterioso mas logró ser lo contrario. A Jake lo descifró porque el apodo -su nombre en coreano, más bien- que escribió es el mismo que algunas veces Nishimura le decía cuando mantenían conversaciones serias y se enojaba con Shim. La situación fue parecida a la de Yeonjun pues también escribió el apodo por el que Taehyun le llamaba. Y, por último, a Hueningkai no lo encontró por el apodo sino por las respuestas. Es que el niño era demasiado inocente y no es que Jungwon se considerara un erudito en temas y referencias sexuales, pero tampoco era que no comprendiera de que trataban las preguntas.
Después de su investigación los resultados quedaron así:
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Jungwon leyó los nombres de los dos chicos restantes.
