Incredulidad.

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16 de agosto de 1860

Después de la discusión que los tuvo con su madre y haberse quedado dormido, despierta y se asegura que aún este a tiempo para verse con Harry, cuando lo confirma, se pone su abrigo y sus zapatos, sale de su habitación y revisa que su madre esté dormida y sale al lugar de encuentro.

Con Harry, repiten la rutina de las últimas tres noches, encontrarse en la parte de atrás de la casa de Louis, subir al caballo, encaminarse a Long Dean por las calles empedradas, adentrarse al bosque del lugar y hablar para conocerse.

—Encontre un lugar más cómodo para pasar el rato—le dice Harry— mañana iremos ahí, todavía no está terminado— y planta un beso en la frente de Louis.

—De acuerdo— es lo único que dice.

Continúan hablando, de cualquier tontería, con un alfa que poco a poco se está dejando llevar por las emociones que le provoca su omega, es por eso que cuando Harry está embelesado por la voz, la inocencia o la sonrisa de Louis, inconcientemente, planta un beso en sus cabellos, sus manos, mejillas o frente, y cuando esta consciente, tampoco evita darle un beso en los lugares antes mencionados, tampoco se permite sentirse culpable por incomodar al omega, por qué Louis ni siquiera se incómoda, al contrario, destila por cada poro de su piel, la felicidad tiene por sentirse tan mimado por su alfa.

Continúan con su rutina, hablan, deciden regresar, suben al caballo y se encamina a la casa del omega, llegan y se despiden, quedando para verse, la noche siguiente, Louis se duerme y por la mañana despierta para abrir cuando escucha que alguien toca la puerta.

17 de agosto de 1860

—Louis—le dice Aby y lo mira de arriba a abajo— Zayn vino a verte.

—¿Zayn?

—Si, está en la sala.

Aby se va a a la cocina y Louis va a la sala para encontrarse con Zayn.

—¡Oi tu!— dice Louis muy emocionado—tanto tiempo sin verte— y abraza a su amigo, lo siente tensarse bajo su tacto.

—L-louis,—se aleja y lo mira con ojos muy abiertos— vamos, vamos, vamos— y lo arrastra a su habitación.

—Zayn ¿Que pasa?

—¿¡Que que pasa!?—pregunta susurrando— ¡Louis apestas a alfa!

—¿Q-que?

—¿Acaso no lo sientes?

—N-no.

—Vamos, dime ¿Quién es? Por qué está claro que Adam no, él no huele así.

—Zayn, escucha, no puedes decirle a nadie...

—Aby ya debe saberlo, si yo pude olerte que soy beta, ella con más razón lo sabe Louis.

—Mierda—masculla—de cualquier modo, no digas nada, prometo que te diré en cuanto sepa cómo resolver esto.

—Bien, pero me lo contarás—le dice señalandolo con un dedo.

—Lo haré—promete—¿A qué has venido?

—¿No puedo venir a ver a mi mejor amigo?

—Claro que puedes, solo creí que algo había pasado.

—Entonces, nos pongamos al día.

Zayn y Louis, se pasan toda la mañana y parte de la tarde hablando sobre lo que ha pasado en sus vidas y de las pocas cosas que se enteran del pueblo, obviamente Louis omite hablar de Harry.

Cómo es costumbre, Adam llega un par de horas después, Louis solo sale a saludar y se regresa a platicar con Zayn.

—Adam está aquí, así que creo que es hora de que me vaya.

—¿Te vas? Nooo, no me dejes aquí con el—dice con un puchero y los brazos cruzados— mi madre me hará hablar con él y no quiero.

—Lo siento pero me tengo que ir, eh estado todo el día aquí y deben estar preocupados por mi.

—Phmm...bien, con cuidado.

—Nos vemos Lou.

Zayn recoge su abrigo y se lo coloca antes de salir de la habitación de Louis y busca a Aby para despedirse, la ve en el jardín trasero platicando con Adam.

—Tendrás que marcar a Louis antes de primavera—escucha decir a Aby

—De acuerdo, lo haré en...

—Emmm... Aby, me voy, nos vemos luego—interrumpe Zayn.

—De acuerdo, hasta luego.

—Buenas noches Adam—se despide.

—Cuidate— responde Adam—te acompaño a la puerta.

Y Zayn quiere decirle que no, para poder ir y contarle a Louis lo que ha escuchado, pero obviamente, Adam se lo impide, pero regresará lo antes posible, para advertirle a Louis.

Cuando Aby ya está dormida, Louis sale a su encuentro con Harry.

—Hola pequeño—saluda Harry mientras lo abraza.

—Hola alfa—se pone de puntillas y le da un beso en la mandíbula, Louis se sonroja pero ambos sonríen.

Hacen lo de siempre, solo que ahora se dirigen hacía una casa abandonada al pie de la colina de Long Dean, casa que recuerda desde que tiene memoria y que nadie quiere por estar en medio del bosque.

Bajan del caballo y Louis observa la casa, es pequeña y luce muy descuidada por fuera.

—Prometo que adentro es más linda—le dice Harry y él solo asiente con la cabeza.

Cuando entran, la falta de luz hace que no pueda ver nada, pero Harry, enciende unas cuantas velas, solo unas pocas y ya puede ver lo que hay dentro.

La casa por dentro consiste de una cocina que prácticamente está vacía, el baño, la sala que en esta hay un juego de sofás que se ven cómodos, el comedor en donde solo hay una mesa para cuatro personas, una habitación pequeña que igualmente está vacía y otra más grande en donde hay una cama de dos plazas, un armario de madera que contiene algunas sábanas y almohadas, a cada lado de la cama hay una mesita de noche y sobre estas un candelabro y un florero con flores frescas.

Para el tiempo que la casa ha estado abandonada, es extraño que esté tan limpia y no se este cayendo a pedazos.

—Me encargue de reparar lo que estuviese mal—empieza a hablar Harry— y conseguí algunos muebles para que fuera más cómoda y útil la casa, Niall y Liam me ayudaron mucho aquí.

—¿Niall y Liam?—Louis está celoso ahora.

—Si, ellos son amigos míos, no te pongas celoso,—toma al omega por la cintura—no hay de que preocuparse, ellos son alfas.

—Bien...

—Este lugar será temporal, en lo que encuentro algo mejor para ti— deposita un beso en la nariz del más pequeño.

—Bien—Louis envuelve sus brazos al rededor del cuello de Harry—no tenías que hacerlo, gracias.

Y en esa posición, Louis puede ver directamente los labios del alfa y, quiere probarlos, quiere besarlo, necesita besarlo.

Harry, está encantado con las sombras que la luz de las velas provocan sobre el rostro de su omega y su boca se hace agua cuando ve a Louis humedecer sus labios con la punta de la lengua, quiere ser él quien los humedezca, él quiere pasar su lengua por sus finos labios, quiere besarlo.

Sin embargo, ninguno hace nada, solo se quedan mirando, así, abrazados, con el ambiente que proporcionan las velas y ellos mismos.

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Esa confianza

-Eve...

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