Segundo día de verte

258 64 7
                                    

Odiaba su vida.

La odiaba y odiaba más no haber traído su pequeño abanico redondo.

Por error se había quedado dormido, había prometido recoger al pequeño hijo de su vecina, sin embargo parecía que el calor, sumado a su pobre cuerpo débil no soporto más el cansancio.

Corrió lo más rápido que pudo hasta la parada de autobús en donde una vez que llego se desparramó -parecía que se estaba derritiendo- en el asiento.

Al menos tendría un poco de descanso antes de que llegara el transporte.

...

Al parecer habló demasiado rápido.

Con un suspiro movió su agotado cuerpo.

Mirando por la ventana, alzo una ceja con curiosidad, había un chico de cabello negro que estaba de pie recibiendo en toda su persona los rayos del sol.

"¿Qué demonios?"

No pudo evitar pensar.

Recordando un poco, era el mismo chico de ayer.

Él que perdió el autobús dos veces.

Sorrrpraaaiseeeee

Parada de autobúsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora