5 días antes de escribir su nombre en Hollywood.

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5 días antes de escribir su nombre en Hollywood.

-Hasta mañana, Sideris.

-Hasta mañana, V.



9 años antes .

-Pásame uno.- Estiré mi mano y ella me dio un cigarrillo. Lo encendí y me lo puse en la boca, al igual que hizo ella.

-¿Qué tal tu madre?- Me encogí de hombros, sin responder. Exhalé el humo desde mis pulmones y miré hacía el techo.- ¿Y tu padre?

-V, me prometiste que ya tenías la María.- Cambié de tema, pero ella no insistió.

-Es que pensaba que la iba a tener, pero el cabronazo de Gregory no la ha conseguido aún.- Rechistó.- Creo que mi hermana ha hablado con él, está siempre igual.

-¿Cristel?

-¿Qué? Si a Cristel se la suda, hablo de la zorra de Diane.

Me lo imaginaba. Cristel y Vania siempre actuaban como un equipo enfrentado a Diane, que nunca estaba de acuerdo con sus dos hermanas pequeñas. Tenía 23 años y actuaba como una tercera madre, incluso prohibía cosas a Vania, que ya era mayor de edad.

-Pero te puedo recompensar, Sideris.- Esbozó una sonrisa y me puso los mechones de mi pelo rebeldes detrás de la oreja, dejando un beso bajo esta. Reí ligeramente por las cosquillas y ella rozó su nariz en el mismo sitio.

Mi móvil comenzó a vibrar y el nombre de mi amigo se iluminó en la pantalla, suspiré y colgué, ella me miró con desaprobación

-Quizá es importante.

-¿Desde cuando Deo tiene cosas importantes que decir?- Respondí burlona.

-No seas dura con él, lo intenta.

-¿El qué?

-Gustarte. Está enamoradito de ti hasta los huesos, que pena porque eres mía.- Me besó haciéndome reír.

-No, Deo es incapaz de querer a alguien. Va en contra de su personalidad de chico malo con moto y chaqueta de cuero.

-Dime que no te da curiosidad lamer sus abdominales.- Puse una mueca de asco.

-Para empezar, yo no lamería abdominales. Y menos los suyos, es desagradable.

-¿Por qué sigues quedando con él?- Preguntó con interés. Intenté encontrar las palabras exactas, porque sinceramente no lo sabía.

-Porque a Idylla le gusta Miles y donde va uno va el otro.- Se me vino una idea a la cabeza y solté una carcajada.- ¿Te imaginas que están saliendo como nosotras?

-¿Seguro? Si Deo es incapaz de querer a alguien.- Repitió mis palabras y yo le puse una mala cara.

-No sé, Miles es muy persistente si quiere. Quizá ha logrado que Deo caiga.

Sabía que era imposible hacer que Deo  cayera por alguien, a veces se cuestionaba si tenía sentimientos.

-Ojalá fuera el caso, pero me daría pena por Idylla. La pobre se enamora siempre.-Asentí estando de acuerdo con ella.

Idylla era de amor fácil. Se ilusionaba, le rompían el corazón y se volvía a ilusionar, era un bucle continuo.


Las tardes junto a Vania se pasaban rápidas, siempre teníamos anécdotas de nuestras clases y amigos, nos burlábamos de la gente que pensaba que éramos mejores amigas y fumábamos algo. Era poético saber que eso ayudaba a intoxicarnos, porque nos indicaba que moriríamos juntas, si lo miras desde el punto de vista de los escritores que estaban obsesionados con la muerte y los romances trágicos. Y, bueno, desde mi perspectiva de adolescente idiota era precioso. 

Su nombre en Hollywood.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora