Capitulo 68 - El último adiós

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Cuando Charlie abrió los ojos, después de sufrir aquel desmayo por el horrible cansancio tras la pelea, su visión estaba borrosa. Una tempestad de puntos negros era lo único que veía. Aparte de eso, le dolía mucho la cabeza. Y su cuerpo no le respondía.

Pero entonces, en medio de aquel estado de dolor, una voz, dulce y aterciopelada, de tonalidad masculina, pronunció su nombre.

- Charlie...

Esta, algo sorprendida de que tal voz acabara de llamarla, creyendo que se trataban de imaginaciones suyas a causa de su desmayo, trató de espabilarse un poco. Para comprobar si de verdad había alguien con ella.

Poco a poco su campo de visión fue volviéndose más claro. Hasta que las manchas negras se hubieron desvanecido. Al mismo tiempo que su dolor de cabeza iba desapareciendo.

Sus ojos captaron al fin lo que la rodeaba. Al instante descubrió a la persona que acababa de pronunciar su nombre. Y cuando se hubo dado cuenta de quién era, al poco estuvo de darle un vuelco el corazón.

Gabriel, arrodillado con la pierna derecha hacia ella, la miraba con una pequeña sonrisa. Clavando sus pupilas del color del oro en los de ella. Las cuales brillaron tras darse cuenta este de su despertar. Haciendo que su rostro se iluminara de alegría.

- Charlie - volvió a decir su nombre. Con ese tono angelical tan misterioso - Estás... Estás viva...

El ángel hizo ademán de acercarse a ella. Aliviado de que estuviera bien. Sin embargo, la joven, todavía sin creerse que aquella criatura fuera su padre, algo temerosa, se arrastró hacia atrás. Alejándose de él.

- No... - murmuró esta. Mirándolo un poco asustada - No... No te acerques...

Justo en ese momento, de detrás de una roca, apareció un moribundo Moxie. Con un moratón en el ojo derecho, el cabello alborotado y cojeando de una pierna.

Su aspecto era debido a la violenta pelea que había tenido con Blitzo mientras Charlie se encargaba de derrotar a Lucifer. Por suerte, a pesar de lo mal que había salido, logró vencerlo. Dejándolo cao de un puñetazo en la cabeza, pero sin matarlo.

Apenas el pequeño imp se hubo dado cuenta del panorama, fue nada más ver al ángel frente a su amiga y se quedó paralizado. Al mismo tiempo que boquiabierto. Por naturaleza, los demonios temían a los ángeles. Ya que según las leyendas eran criaturas muy poderosas que asesinaban a demonios sin piedad.

- Qué coño... - murmuró Moxie. Contemplando la escena sin moverse del sitio.

Entre tanto, Charlie se arrastraba hacia atrás, huyendo del lado del arcángel. No sabía si confiar en él o no. A lo mejor era un impostor.

*
Al otro lado de la orilla, donde el grupo de pecadores encabezado por Devilon celebraban la victoria de la princesa, una casi exhausta Miriam, acordándose entonces de su pobre hermana, dijo por alto:

- ¿¡Cómo estará Charlie!? - mira en dirección al mar abierto - Aún no siento su fuerza...

Ante lo que ella dijo, Vox, el cual se encontraba algo distante de los demás, decidió entonces acercarse a ellos. Lo que hizo que algunos lo miraran con miedo. Pues a pesar de que ahora parecía estar del lado de los seguidores de Charlie, no confiaban en él.

- Yo puedo hacer que la veáis... - dijo con una voz algo apagada. Dirigiéndose a la pobre Miriam a grandes pasos.

La pequeña mestiza, sorprendida de que el overlord le hubiera dirigido la palabra, intentando no asustarse por su presencia, le murmuró:

- De... ¿De veras?

Entonces, sin contestarle a su pregunta, Vox, mirando hacia otro lado como si no le importara nada la preocupación de los demás, chasqueó los dedos. Y seguidamente, sobre su mano resurgió un holograma celeste en forma de esfera circular.

The princess of hellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora