Capitulo 49 - Tú eres mi paraíso

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La noche llegó a la ciudad infernal. Y de inmediato, tras caer el sol, las luces de los alrededores iluminaron toda Hell City. Vistiendola de gala como todas las noches. Deslumbrando su atractivo aspecto para los ojos de los malvados pecadores.

En el hotel Hazbin, las dos farolas situadas en la entrada se encendieron automáticamente. Al mismo tiempo que las bombillas de las lámparas de cristal del interior del edificio.

A pesar de la hermosa noche que hacía, los huéspedes no parecieron interesarles ir a asomarse al exterior para contemplarla.

Tenían miedo de que algún fugitivo apareciera de entre la oscuridad para hacerles daño. O que Lucifer se presentara allí con sus ángeles exterminadores para matarlos a todos.

Sin embargo, Devilon, con su encantador optimismo, los animó a que salieran aunque sea un momento al jardín a respirar el aire puro nocturno. Calmandoles diciendo que si por alguna casualidad se presentaba algún peligro, que tanto él como Henry estarían allí para protegerlos.

Con lo cual, finalmente, los asustados campesinos accedieron a su petición. Y salieron al jardín para contemplar las estrellas del siniestro cielo.

Angel y los demás componentes del personal también se unieron al grupo. Intentando seguir la corriente.

Los únicos que no bajaron con ellos fueron Charlie y Alastor.

Alastor había desaparecido de nuevo. Como de costumbre.

Charlie se encontraba en el balcón más alto del hotel. Lugar donde a veces se iba sola a pensar en sus cosas o a darle vueltas a algún asunto que le preocupaba. Y en esa ocasión, se encontraba llorando en silencio.

Esa misma noche, nada más marcar las doce, sería el cumpleaños de Vaggie.

La echaba mucho de menos. Y el pensar que ya no formaba parte de su vida la hacía sentirse muy triste. Ahora estaban separadas. Teniendo una relación a distancia muy nula.

Pero todavía no comprendía lo de la visita que le hizo el otro día. Fugandose del paraíso. Eso de que dejara de continuar con el tema de la redención... ¿Por qué se lo dijo? ¿Qué querría decir con eso?

Se quedó apoyada sobre la barandilla. Pensativa y deprimida. Entonces vio que sus queridos clientes estaban abajo en el jardín. Sentados sobre el césped. Mirando el estrellado firmamento.

Así que se le ocurrió una maravillosa idea para intentar llamarles la atención.

Como solía hacer otras veces cuando estaba triste, abrió la palma de su mano derecha. En la cual se fue formando una chisporroteante bola de fuego. Y seguidamente, intentando apuntar bien a su objetivo para no fallar, extendió el brazo con fuerza y la lanzó hacia el cielo.

Dicha esfera llameante, tras alcanzar una altura bastante buena, estalló en miles de luces de colores. Dando pie a un espectáculo precioso de fuegos artificiales.

Los de abajo alzaron las miradas hacia arriba tras escuchar el estruendo. Y se quedaron maravillados por la sorpresa. Murmurando palabras de fascinación y aplaudiendo felizmente.

Eso hizo que la princesa sonriera un poco. No se creía que hubiera conseguido reunir a tantos pecadores buenos. Era como un sueño. Pero igualmente, a pesar de que estuviera logrando sus objetivos, sentía que le faltaba algo.

Algo muy importante.

Y no... No tenía nada que ver con su querida novia. Sino con otra cosa que todavía no había descubierto qué era.

Abajo en el jardín, mientras el grupo se maravillaba por el castillo de luces que había hecho Charlie, el joven Devilon daba varias vueltas de un lado a otro. Sin prestar atención a lo que miraban los demás.

The princess of hellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora