Una discusión de pareja

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-Cómo que no vamos a poder usar mas la habitación de tus padres para tener relaciones?- Rodrigo trataba de entender lo que su novia le comentaba.

-Esa habitación la alquilé. Viste que me decías que no había que ayudarme así me hacía responsable de mis actos y encontraba por mí misma la solución a mis problemas? Bueno, acabo de encontrar una.-le dijo Ariana, con algo de orgullo en sus palabras.

-Y metiste a vivir con vos a un desconocido...que buenas ideas tenés!!! A ver si te pasa algo todavía!!

 Ariana disfrutó el pequeño ataque de celos de Rodrigo, ya que muchas veces lo notaba indiferente hacia ella y la suerte que corriera, pero finalmente, y para evitar alterarlo, decidió aclarar.

-No metí a un hombre, quedate tranquilo. Mis inquilinas son dos chicas.

-Dos chicas? Durmiendo juntas en la cama de tus viejos?

-Si...son pareja, lesbianas. Te molesta en algo?- le preguntó Ariana mirándolo a los ojos.

-Metiste a dos lesbianas a coger dentro de tu casa....

-A vivir, Rodrigo. A cambio de un dinero que preciso, y que ni vos ni nadie quiso darme.

-No pudiste encontrar otra forma de conseguir la plata?

-Busqué, pero no hubo caso. Y salió esto. Y no me parece mal.

-Ah, no te parece mal? Sabés que a mi sí? - le recriminó Rodrigo clavándole los ojos.

-Si te parece bien o mal, no importa. La casa es mía y meto en ella a la gente que se me ocurra.- le respondió Ariana a su novio en forma tajante.

Esta última respuesta alteró a Rodrigo. Tomó a Ariana de los brazos y la empujó contra su cuerpo, sujetándola con tal violencia que ella estuvo a punto de gritar de dolor. Sus caras quedaron separadas por un hilo de aire. Cuando tuvo el rostro de Ariana bien cerca del suyo, Rodrigo volvió a hablarle.

-No quiero que esas dos tortilleras depravadas vivan en tu casa. Son una muy mala influencia para vos.

-Ro, te pensás que me voy a hacer lesbiana por estar al lado de lesbianas? En el trabajo estaba rodeada de contadores eficientes y eso no me convirtió a mí en una contadora eficiente, más bien me terminaron echando por pelotuda y cometer errores graves, como vos me dijiste.

-Te pueden hacer algo, manosearte, pervertirte, abusar de vos por la fuerza...

-El que en este momento está usando la fuerza contra mí sos vos, me vas a dejar los brazos llenos de moretones, soltame Rodrigo!!!!

-No pienso soltarte hasta que me digas que no van a estar mas en tu casa.

-Ya me pagaron el alquiler del mes.

-Devolveles la plata y echalas.

-Y quien me la va a dar? Vos? Ya me dijiste que no pensabas prestarme ni un centavo! - le gritó Ariana harta de sus reclamos y sus deseos de manejarle la vida sin darle ningún tipo de auxilio cuando ella se lo pedía.

La contestación de Ariana enojó aún más a Rodrigo, pero una parte de él razonó acerca de lo que ella decía y concluyó que había algo de verdad en lo que decía. La soltó súbitamente y permitió que se pusiera a distancia de él. Luego le dijo, con voz firme, clara y algo autoritaria:

-Está bien, mientras estés sin trabajo y no tengas ingresos, alquilales a esas minas la habitación, así conseguís algo de dinero. Pero ni bien consigas un trabajo, las corrés. Y cuidado! Mucho cuidado en el trato con ellas! Aparte de degeneradas, esa clase de mujeres son feministas muy extremistas, con ideas muy locas en sus cabezas! Cuidadito con dejarte influenciar!- y mientras le hablaba le apuntaba con el dedo índice de su mano derecha.

-No soy una nena de trece años, Rodrigo, que la llevan de las narices a cualquier parte...quedate tranquilo. Son solo inquilinas que están en mi casa por dinero, nada más. No van a poder convencerme de nada ni transformarme, ni van a poder cambiar el amor que siento por vos.

Esas últimas palabras ablandaron a Rodrigo. El ceño fruncido desapareció y algo parecido a una sonrisa se esbozó en su rostro. Se acercó a Ariana, y con su mano derecha le acarició con suavidad la mejilla.

-Yo también te amo, Ariana. Me pongo a veces algo duro para enseñarte, para aconsejarte y protegerte, pero lo hago por tu bien ya que quiero lo mejor para vos.

Y dicho esto le dió con suavidad un beso en los labios. Luego se marchó.

Mientras lo veía alejarse, Ariana se puso a pensar en el amor. El amor que sentía por su novio y el que supuestamente él decía sentir por ella. Recordó haber leído un grafitti en una pared de una fábrica cerrada. "Si te lastima, no te quiere". Se levantó las mangas del pulóver que llevaba puesto y en la pálida piel de sus brazos resaltaron claramente los moretones que le habían quedado del agarrón de Rodrigo minutos atrás. Sin embargo, las lastimaduras físicas no eran demasiado habituales. Rodrigo en cambio, solía lastimarla más anímica y emocionalmente, cuando la trataba de estúpida, incapaz o pelotuda. Qué tan real era ese amor que su novio afirmaba profesarle? Sería amor, realmente?











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