Las luces de la habitación fueron prendidas por doquier para iluminar bien el cuarto y que la acción que iba a realizarse allí pudiera ser filmada nítidamente. Con la cámara al hombro, Ariana esperaba pacientemente la orden para empezar a filmar. Por más que le habían enseñado su uso unas horas antes y había practicado filmando algunas cosas, sentía algunos nervios. Era la primera vez en su vida que realizaría un tipo de filmación como esa y quería saber como se sentía realizándola, si no habría partes de su nuevo trabajo que terminarían chocándole o pareciéndole desagradables. Sentía vergüenza y pudor al tener que contemplar a otras dos personas teniendo relaciones sexuales. Hasta tal vez ella no fuera la indicada para un trabajo así, quizá sería mejor decirles a las negras que buscaran a otro u otra y que le dieran el dinero que tenían pensado pagarle. La firme voz de Yanel la sacó de sus pensamientos.
-Acción!
Ante la orden, Ariana presionó el botón Rec y enfocó hacia la cama matrimonial, donde Luisana, en ropa interior, con portaligas y medias de red blancas estaba arrodillada. Una suave música de jazz sonaba en el reproductor de CD e inundaba el ambiente con sonidos de trompetas y saxos. Al ritmo de la música, Luisana empezaba a contonearse moviendo su cuerpo de un lado al otro, y al tiempo que lo hacía acariciaba con sus manos, sus pechos, su abdomen y su sexo, mientras ponía cara de experimentar un gran disfrute. En un momento dado, Yanel apareció al lado de la cama, casi totalmente desnuda. No lo estaba completamente porque llevaba puesto un arnés, del cual pendía, a la altura de su vagina un dildo o gran pene de plástico. Luisana la vió, y giró en dirección a ella. La tomó de las manos, y entonces Yanel también se subió a la cama, arrodillándose sobre la misma como Luisana, y quedaron ambas frente a frente. Empezaron a besarse las bocas con suavidad mientras que con sus manos cada una de ellas acariciaba la espalda, glúteos y muslos de la otra. Luego Yanel empezó a morder el cuello de Luisana, al mismo tiempo que desabrochaba su corpiño. Los pechos de Luisana quedaron al aire libre, y Yanel empezó a lamer los pezones de su amiga que lanzaba gemidos de placer. Luego desabrochó los portaligas, y le quitó las medias de red lentamente. Mientras se las sacaba, iba besando cada centímetro de piel de las piernas que iban quedando al descubierto. Finalmente la única ropa que quedó cubriendo la desnudez de Luisana fue la diminuta tanga blanca. Rápidamente Luisana se la quitó, y no quedó ya tela alguna tapando su oscura piel. Entonces Yanel se abalanzó sobre ella, y empezó a penetrarla con el dildo.
-Ah, ah, ah, así Yani, mi amor, así - decía Luisana ante el ímpetu follador de su amiga. Las pieles de ambas entraron en contacto, rosándose, frotándose una contra la otra y el sudor de ambos cuerpos se mezcló íntimamente, pasando a ser uno solo. Las lenguas de las dos morenas se chocaron en el aire, y quedaron pegadas una a la otra durante largos minutos, sin que hubiera forma de separarlas. Luisana enroscó sus piernas en la cintura de Yanel, mientras resistía la fogosa embestida de la última con su dildo. En un momento líquidos salieron del clítoris de Luisana y mojaron las sábanas de la cama de forma completa. Con sus manos tanteaban, exploraban, reconocían sus cuerpos excitados y con sus bocas degustaban el sabor de sus fluidos.
A todo esto, Ariana continuaba con la filmación de las escenas. En un primer momento había sentido un rechazo, causado por la moral algo puritana que habían inculcado en ella pero con el paso de los minutos dicha sensación iba cediendo a una aceptación de la situación o hasta un cierto embelesamiento con el nivel de pasión desatado sobre la cama de sus padres. Empezó a recordar sus relaciones con Rodrigo. No duraban tanto como estaba durando esta y aparte de un tiempo a esta parte el fuego en las mismas se estaba apagando cada vez más. Desde luego que Rodrigo la culpaba a ella, de estar volviéndose frígida o de perder el interés en él. Llegó a decirle que no era fogosa cogiendo con él porque mientras lo hacían ella pensaba en follar con otros hombres. En un momento escuchó una exclamación.
Luisana había llegado al orgasmo. Sus piernas habían dejado de rodear la cintura de Yanel y estaban totalmente abiertas, extendidas de una punta a la otra de la cama. En un momento, y por primera vez desde que empezaron a follar, le dirigieron a Ariana la mirada, y Yanel con los dedos índice y mayor de su mano derecha le hizo el gesto de "Cortá". Entonces Ariana presionó nuevamente el botón Rec y la grabación se interrumpió. Las dos morenas entonces se levantaron de la cama y encararon a Ariana.
-Y? Que te pareció? - le preguntaron casi al unísono.
-Fuerte, muy fuerte- Ariana respondió-Desde ya que no estaba acostumbrada a esto, pero sobre el final creo que casi lo disfruté. Muy buen trabajo chicas!!!
-A ver, Ariana, tenés novio, creo que nos habías contado. No debe ser lo mismo que hacerlo con una mujer, pero es sexo, al final de cuentas. Algún tipo de "costumbre" debe haber por ahí...
-Creo que el nivel de pasión que vi en esta culeada hace mucho que no la tengo en mis relaciones con mi novio, si es que en algún momento la tuve...-y dichas estas palabras calló. Se arrepintió de pronunciarlas, de revelar su intimidad a un par de desconocidas, pues mas allá de que se llevaban bien y estaban entrando cada vez más en confianza, sus inquilinas eran personas bastante nuevas en su vida para enterarse de algunos de sus pormenores. Las dos mujeres negras notaron la incomodidad de Ariana y decidieron cambiar rápidamente de tema.
-Bueno, ahora Ari lo que tenés que haces es bajar la filmación al sitio web, para que nuestros suscriptores puedan verlas. Sabés como hacerlo?
-Van a tener que explicarme eso también. Mil disculpas.
-No pasa nada. También te vamos a enseñar eso, pero en el día de mañana porque hoy después de haber cogido como lo hicimos quedamos cansadísimas.
-Yo también estoy muy cansada. Creo que la situación muy nueva para mí me puso bastante nerviosa y eso me causó un cansancio adicional. Creo que las próximas veces va a ser más leve, porque ya se de que se trata.
-Seguramente- le dijo Luisana-Bueno, si estamos las tres cansadas lo mejor es que nos vayamos a dormir. Mañana será otro día. Que descanses, Ariana.
-Que sueñes con los angelitos- añadió Yanel
-Igualmente ustedes, chicas- respondió Ariana-Bye, bye.
Ariana fue hacia su cuarto, se quitó la ropa y se puso el pijama. Corrió las sábanas y se metió en su cama. Trató de soñar con los angelitos, pero no había caso. A su mente, en cambio, venían una y otra vez la imagen de unas diablitas , unas diablitas negras con grandes penes de plástico que podían hacerle pasar un momento muy placentero, al menos mas que los que pasaba al lado de su novio en la cama y de una duración más larga e intensa. Trató de ahuyentar esas ideas y puso la radio muy bajita para distraerse con algo y no pensar en eso. A los pocos minutos estaba profundamente dormida.
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Las inquilinas
RomanceA Ariana la despidieron por un error en su trabajo, y para conseguir dinero puso en alquiler una habitación de su casa. Así acabará conociendo a dos inquilinas negras y lesbianas, Luisana y Yanel, que harán que su vida cambie radicalmente.