Uᴋ x Esᴘᴀɴ̃ᴀ ╭❲᥆ᥒᥱ ᥉ℎ᥆t᥉❳༉

Sentimientos

¿Cómo sería capaz de describir la sensación quemante recorriendo su pecho en aquel instante?, el revoltijo presente en su estómago como el aleteo de miles de mariposas instaladas en ese preciso lugar le ponía nervioso a extremos difíciles de lidiar y todo eso sucedía gracias a "él", el país de habla hispana a quien había maldecido desde tiempos inmemorables, le echaba la culpa como el ser totalmente maduro que es; todo por pensamientos erróneos los cuales le guiaban a tener una idea equivocada, en su mente llegaba a la conclusión de que el español le dió comida en estado de putrefacción y esa era la razón de su extraño "malestar", un malestar que se aplazó durante meses. El tener ese tipo de pensamientos sin sentido era a causa de su orgullo, negaba las cosas totalmente a pesar de que ocasionalmente era consiente de no ser una nación completamente conocedora de todo, sabía no siempre tenía la razón, pero incluso con ello, no aceptaba el hecho de tener sentimientos románticos hacia su enemigo proclamado.

Esa misma tarde la brisa veraniega azotaba con un cálido clima inusual, teniendo en cuenta que pronto el invierno se acercaba, el ambiente era distinto a lo esperado, pero eso no le impidió seguir su pulcra rutina diaria. Ubicado en los jardines de su hogar, una mesa de cristal estaba colocada en medio de los arbustos cubiertos de rosas casí marchitas por la estación del año, pero seguía cuidando de ellas como era costumbre, tomaba una taza de té endulzado con miel a la par que leía una novela de un título inexacto, la rutina no era diferente a la siempre, era monótona, predecible e incluso en cierta parte aburrida, sin embargo, eso lo mantenía distraído de todo pensamiento intrusivo y con ello me refiero al recuerdo del español pasando por su mente, colándose como un intruso sin permiso alguno, invadiendo cada parte se su razonamiento, sus sonrisas, sus actitudes, todo de él en si se grababa en su memoria, manifestándose mientras trataba de concentrarse en otra tarea, le molestaba demasiado.

Entonces solo ahí comenzaron a surgir ciertas dudas, cuestiones para si mismo, ¿Por qué?, ¿desde cuándo..? eran enemigos, ¿no es así?, cada vez que se encontraban cara a cara terminaban discutiendo por alguna estupidez sin fundamento, por temas tan insignificantes y sin relevancia a quien nadie le importaría excepto a ellos dos, incluso desde mucho antes eso sucedía, cuando eran grandes conquistadores de nuevos territorios, llegando a ser de los principales países más poderosos en la época. Pero desviándose del tema, observando desde otro punto, tenía sentido que sus hijos, más bien, ex colonias, pelearán tanto entre sí, no se debe ser un gran científico para adivinar de quienes se trataban, pero volviendo al mundo de dudas mentales, seguía preguntandosé las razones.

Desde un principio evitaba pensar en España y sin embargo terminaba haciéndolo, a pesar de negarse a si mismo de que aquello no era romance, al final del día sabía la verdad, anteriormente tuvo parejas, vivió en carne propia el amor y demás cursilerías, aunque era la primera vez que su corazón latía con tanta fuerza, a ese punto deseaba arrancarse el órgano palpitante de su pecho, evitar seguir teniendo emociones de ese tipo. Suspiro frustrado para dejar la taza de porcelana blanca y pulcra con detalles florares azules de lado, encima de la base de la mesa de cristal donde podía apreciar el pasto bien cuidado y la punta de sus propios zapatos de vestir oscuros, llevo su diestra hacia su menton, recargando el peso de su cabeza en la palma de su mano, sus ojos se desviaron hacia las nubes blanquecinas que surcaban el cielo, siendo reinantes del océano celeste encima de su cabeza, ¿qué debía hacer en ese tipo de situaciones?, ¿decirle todo lo que pensaba y sentía por él?, no era algo simple ni mucho menos sencillo, fue un experto del tema en su momento, ahora perdió práctica y el pronunciar una palabra acaramelada le hacía enredar su lengua, pero seguir teniendo ese nerviosismo latente en su cuerpo era mucho peor al miedo de ser rechazado, no le importaba si el sentimiento no era mutuo, debía hacerlo si quería dejar de sentir todo eso, la presión era simplemente demasiado asfixiante, ahogante y deseaba salir a la superficie de su realidad a respirar el oxígeno puro de la cotidianidad.