Esto es Seattle

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La vida siempre da muchos giros, aunque uno no lo quiera. Eso es lo que sin duda aprendió Dot durante aquel largo recorrido por los Estados Unidos en camino de su nuevo hogar.

Desde Florida hasta el estado de Washington, había un montón de kilómetros para un simple Fiat. Pero dicen que la espera vale la pena, así que, no había más que hablar.

Tardaron una semana en recorrer todo el país hasta llegar a la ciudad. No necesariamente por centrarse en llegar, sino al contrario.

Toudy, le encantaba hacer los viajes largo siempre y cuando existiera la posibilidad. Y eso a Dot le encantaba demasiado.

Recorrieron el centro de la Estados Unidos, pasando por Utah, Idaho y Obregón, hasta que finalmente, llegaron al estado de Washington.

El tiempo era muy nublado y lluvioso. La lluvia golpeaba con algo de flojera, aunque el frío daba para dar y regalar.

La pareja, estaba cada vez más enamorada el uno del otro. Se amaban con locura y casi no se separaban.

Dot, miraba por el cristal de la ventana, como la lluvia sonaba contra las ventanas y el suelo de la carretera.

El centro de Seattle estaba algo lleno. Las personas, iban con paraguas y conjuntos de invierno. Era normal para aquella época del año, y más donde se encontraban.

Estaba tan sumido en sus sueños, cuando sintió que Toudy le tocaba el hombro:

-Amor, ya llegamos-

Habían aparcado en una de las calles del centro de la ciudad. A las personas no les importaba la lluvia, ya que, estaban bastante acostumbrados a ello, por lo que iban con paraguas.

En frente de ellos, se encontraba un rascacielos que, era algo pequeño comparado con los otros gigantes, pero que tenía una altura considerable.

Entraron en el edificio y todo era muy diferente a cuando estaban en Florida.

El interior del recibidor de la entrada, constaba de un portero en la izquierda, en el cual no se encontraba nadie allí. Quizás estuviera descansando.

Había algunas plantas, que estaban plantadas en macetas blancas. El suelo, de mármol brillante, reflejaba hasta el techo.

Entraron en el ascensor, el cual era algo pequeño, pero confortable. Las tres paredes, tenían un espejo cada uno. La pareja se reflejaba en ellos.

Dot se miró, y se imagino como cada reflejo de el mismo, era una especie de bucle en su vida, que se repetía una y otra vez, haciendo que todos los acontecimientos de su vida, se repitieran en un instante, en la mente del joven Dot.

Apenas sintió como su novio le tocaba el hombro. Dándose la vuelta, vio que el estaba sonriéndole

-¿Amor, que te ocurre? Estás muy pensativo- Le abrazo por detrás

-¿Ves los reflejos?-

Al principio, Douty no captó lo que quería decir su contrario, pero al mirarse en esos espejos, lo entendió

-¡Claro! ¿Porque lo dices?- Le diría moviendo su cola

-Ese reflejo me recuerda mucho a cuando era yo un chico de catorce años... El chico que alguna vez pensó que nadie le querría, que nadie querría estar con el...-

Douty, puso su cabeza en su cuello, y le abrazo, rodeándole con su cola.

-Cariño, tranquilo, no te preocupes más por el pasado... Es verdad que lo que paso no se puede borrar, como un trozo de papel escrito....

Pero, ¿sabes que podemos hacer para que no te haga daño? Olvidarlos, hacer que ellos no existan. Yo sé que podemos juntos, porque la unión hace fuerza, ¿verdad?- Le tomaría de la mano, y entrelazaria sus dedos con los suyos.

-¡Claro que sí!- Dot, se abrazo al que era el amor se su vida, al que siempre lo había sido y siempre lo sería.

El ascensor paro, y ambos salieron. Estaba en una de las plantas más altas del edificio.

Ambos, entraron por una de las puertas.

La casa era bastante diferente a lo que Dot se lo había imaginado.

Era una casa algo grande, pero que no dejaba de ser típica de un adolescente. Un sofa cama abierto, cajas de comida rápida: hamburguesas, fideos instantáneos, comida china, shusi.... Había ropa tirada en la parte inferior del sofá cama.

-Perdoname, no me dio tiempo a recoger todo cuando fui a Florida- Diría Douty, rascándose la nuca avergonzado

-¡Me encanta! ¡Esta casa es genial, es como si fuera un entorno para nosotros!-

El perrito, abrazo a Dot, dándole besitos en los labios

-Me encanta escuchar eso, amor, porque aquí será donde viviremos y procuraré que pasemos los mejores momentos juntos- Diría Douty emocionado

Douty sem fue a dar una ducha, y Dot se tumbó en aquel sofá cama, mientras escuchaba la lluvia.

Eso último le recordaba a su adolescencia en Inglaterra. Qué buenos tiempos, pensaba Dot.


Una Nueva Vida. (Completada/Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora