Los monstruos no nacen, son creados— Heist.
Adrián
Su nariz respingona, sus tiernas pecas que hacen juego con su lechosa piel, su cabello de fuego, simplemente hermosa, la forma en que sus ojos se cierran pesadamente mientras ella lucha por quedarse despierta.
Reí, mientras la admiraba por unos segundos más, un pequeño ronquido lo saco de sus pensamientos, salió de la burbuja perfecta y vio a la verdadera Maddie, baba saliendo de su boca, con ellos ronquidos, y su nariz arrugada, sus largos cabellos despeinados, y el hablar dormida.
«¡Dios! ¿En serio me gusta ella?», pensó mientras arrugaba el rostro, con una mueca.
—Maddie, levántate, no puedes quedarte así de dormida, tenemos que irnos, no podemos quedarnos en este hotel de mala muerte toda vida— no solo dormía horrible, también golpeaba y tenía el sueño muy pesado, de no ser por el desagradable sonido que salía de su boca pensaría que esta muerta.
Después de una victoriosa fuga de la casa en la que Maddie se encontraba —casa que su padre utilizaba para asesinar a sus inversionistas, y así quedarse con el dinero de todo el proyecto, saliendo ileso de todo— caminaron, o bueno Adrián camino, porque a Maddie el mismo la estaba cargando, mientras le decía lo pesada que estaba.
Romántico ¿no?
«Mm» soltó mientras se retorcía como gusano, parpadeo varias veces acostumbrándose a la luz.
— ¿Me dormí?— y tiene el descaro de preguntar si durmió.
— ¿Aso le llamas dormir?, tú te moriste y reviviste— ella se avergonzó, bostezo un poco y rasco su cabello, abrió los ojos horrorizados, saco de su gran cabello una cucaracha enredada. El grito de horror que salió de su garganta daba miedo y mucho. Corría en círculo, mientras gritaba e intentaba matar al pobre insecto.
—yo te salvo— la tomé de las manos y la puse detrás de mí, mientras intentaba "matar" a la cucaracha, la cual ya había salido del cuarto hace tiempo, solo quería que ella sostuviera su agarre a mi cintura un poco más.
—vamos a una cita— solté como si nada, ella ahogó un grito.
—¡vamos!— grito, tocio falsamente y volvió a decir lo mismo, pero en un tono más bajo. En mis planes nunca estuvo tener una cita con ella, fue algo que salió de mi boca tan espontáneamente, pero no me arrepentía.
Su cabello brincaba con ella, como una niña pequeña, saltaba de piedra en piedra y volviendo a comenzar cuando no caía en esta, jugaba a pisar la raya y cada vez que perdía volviendo al comenzar, lo que hizo el camino aún más largo, al menos era persistente.
Al llegar al parque, había un gran árbol que ella enseguida mira, corrió hacia él, pude apreciar como caía en cámara lenta, intente correr para sostenerla, pero fue inútil ella cayo, llevándose la atención de todos los niños del parque, los padres murmuraban.
Ella me miro con sus ojitos aguados a punto de llorar, realmente era una bebé, su bebé.
Mire su rodilla, el vestido que tenía puesto, un vestido floral amarillo sus tobillos se había rasgado dejando ver un pequeño raspón.
—¿helado?— pregunté, cuando mi hermana se caía el helado siempre era la solución. El puchero que tenía fue reemplazado por una gran sonrisa, mientras se paraba y soltaba un quejido.
— tonta La ayudé a caminar, caminábamos tomado de las manos, ella estaba nerviosa, tan tierna.
— mira, te manchaste— ella se sonrojó mientras intentaba limpiar su boca llena de helado. Me acerque a ella y pase mi dedo pulgar su comisura limpiando la pequeña mancha, después lo lleve a mi boca «rico»
— me gusta más el mío— rompí el silencio. Ella se acercó a mí y dejo un beso en mi mejilla, se recostó en mi hombro y miramos el atardecer juntos.
«Te quiero» murmuro, claro que la oí, aunque intente hacerme el dormido. Al no escuchar mi respuesta volvió a hablar creyéndome dormido
«Me gustas» volvió a decir, y no pude evitar soltar una risita, ella me miro horrorizada.
«Tú también me gustas» dije mientras volvía a cerrar los ojos.
Nota del autor: oh, estamos a un capítulo de terminar, ¿tienen algún pedido? ¿Qué esperan para el final? ¡Estoy tan feliz!
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Peligrosa Atracción ✓ [Terminada]
Novela JuvenilElla es una extrovertida chica amante de la lectura con un triste pasado, nunca mostraba mínimo sufrimiento o algún índice de que la estaba pasando mal. ¿Qué hacia en un centro de rehabilitación? Él era un drogadicto y adicto a fumar un chico...