Cap. 28

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"El único medio de conservar el hombre su libertad es estar siempre dispuesto a morir por ella" 

 Maddie

2 semanas, dos semanas de tortura e infierno, sin ver a nadie, sin hablar con nadie, sin siquiera ver a Lía, Kayla solo iba una vez al día, para darme de comer.

 Ahí estaba, entrando con una sonrisa y una bandeja en la mano. Después de Kayla a escondidas trajera mi "comida" que constaba de unos panes viejos y duros, con un jugo de naranja, sin azúcar. La soledad y el silencio era tortuoso, el dolor de mis músculos incrementaba.

 —«Maddie»— lloré de felicidad al verlo, Adrián, él abrió el cerrojo, dándome por fin la libertad que tanto anhelaba, no pudo evitar saltar a sus brazos, bese su cabello, sus ojos, su nariz, toda su cara. 

 — ¿terminaste?— bajé un poco incómoda por la situación, él seguía en shock. 

 — lo siento, me dejé llevar— un sonrojo decoro mi cara. Él me miro fijamente, debatiéndose entre hacer algo o no, pero finalmente se inclinó un poco, besando mi mejilla y seguido mis labios, fue un simple y tierno roce, que hizo que mis sentimientos y las mariposas en mi estómago comenzaran a revolotear. ¿Qué mariposas?, esos era un par de elefantes.

 — te falto ahí, ahora salgamos— cambio rápidamente de tema. Solo pude asentir, mis piernas dejaron de funcionar y mi corazón bombeaba rápidamente sangre. 

 — quieta— hablo Adrián, unos ¿Guardias? Pasaron, pude ver en sus pantalones armas, unas pistolas, comencé a rezar. 

 — Joven Adrián— la espalda de él, era lo suficientemente grande para esconderme completamente a mí, impresionante ¿no? 

 — Lía, ¿necesitas algo?

 — Kayla te busca

 — ¿tu novia? ¿Para qué? La cara de la chica era un completo poema, sus ojos muy abiertos y la palidez de su cara.

 — no creas que no lo he visto— salí de atrás de él, mirándola fijamente. 

 — un secreto por otro, o dime ¿Qué dirá mi padre al verte con su única hijita?— había descubierto que esa pequeña sonrisa hipócrita en su cara, era muy atractiva. 

 — no veo, y no escucho nada— camino hacia el otro lado de la sala, como si no hubiera nadie ahí.

 Adrián era mi ángel, un ángel con grandes alas negras, un ángel que me salva de problemas, para meterme en los suyos, para envolverme con su encanto, una maldición, simplemente una peligrosa atracción.

 Y Kayla, hetero, hetero, no era.

 Nota del autor: Cof, Cof, Adrián ven a salvarme a mí también, yo si quiero meterme en problemas contigo, mibida. 

 ¿Qué tal? ¿Cómo va la lectura? ¿Se sienten cómodos?    


Peligrosa Atracción ✓ [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora