Porque no

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-¿Votos a favor?-.

Y uno a uno, con mayor o menor rapidez, convencidos o no, fueron levantando su mano hasta que solo quedó ella por hacerlo.

-Carol...- le susurró Jerry, intuyendo que para su amiga aquella decisión, que ya se le escapaba de las manos, era demasiado complicada de tomar.

-Está bien- respiró antes de negar con la cabeza y levantar también la mano. -Id... preparándolo todo, hoy dormiremos aquí y... mañana antes de que amanezca nos podremos en marcha- planeó con más temple del que sentía y luego bajó de la roca en la que estaba subida para alejarse cuanto antes de allí.

Avanzó con paso firme hacia el puesto de guardia en el que había dejado a Kelly hacía un par de horas y colocó lentamente su mano en su hombro para avisarla de que estaba allí.

-¿Nos vamos?- le preguntó antes de mirarla.

-Mañana- asintió, -ve a recoger tus cosas, yo me quedo- se quitó el arco de la espalda y lo dejó en el suelo antes de sentarse.

-Puedo seguir si quieres- no le importaría pasar un rato más vigilando... estaba casi segura de que todas sus cosas estaban ya en su mochila, así que en realidad no tenía nada más que hacer.

-No, prefiero estar aquí- así, si venía algún caminante podría descargar toda la tensión, el enfado y la pena que se le había atravesado en el pecho; así no tendría que ver a nadie; ni tampoco escuchar otra vez por qué irse era la única opción que les quedaba.

-¿Estás bien?- sabía que la respuesta no podía ser un sí y que iba mucho más allá de un simple no, pero aún así necesitó preguntárselo.

-¿Tú lo estás?-.

Sería la excepción a todos si es que lo estuviera, porque no se podía estar bien en una situación así. No cuando tenían caminantes acercándose por todos lados, cuando habían perdido Alexandria, cuando habían visto morir a algunos de sus amigos y habían perdido a otros cuantos... No se podía estar bien en aquel momento, y aquel malestar iba mucho más allá de si ella echaba o no de menos a Daryl.

-Volverán- le susurró Kelly, y Carol la miró porque era la segunda persona en menos de 24 horas que le había dicho lo mismo, aunque en ella tenía un sentido un poco más desgarrador.

-Sí...- se obligó a decirle y le sonrió antes de que ella hiciera lo mismo a modo de despedida.

Kelly llevaba semanas esperando la vuelta de Connie, tratando de no perder la esperanza, confiando en que, como Magna, hubiera podido salir de la cueva, que siguiera sana y salva tratando de regresar allí. Ella también hubiera preferido votar en contra de marcharse, pero tenían que decidir por la comunidad: y la comunidad necesitaba encontrar un lugar seguro.

Un lugar como al que iban a dirigirse.

Sacó el mapa y lo tendió en el suelo para revisarlo.

Tendrían que bordear el río durante al menos un par de días y luego empezar a caminar hacia el interior. Quizás en una semana, o en un poco más si tenían en cuenta que iban con niños, habrían llegado a aquella pequeña aldea que se veía en el mapa y en la que alguno ya había estado antes en busca de algo de comida o sustento.

Las casas vacías les servirían de refugio y, en cuanto pudieran, organizarían un pequeño grupo para continuar hacia al punto señalado por Eugene. Así, si algo les pasaba, tendrían que volver a huir, sino... si conseguían encontrarle a él, a Ezequiel y a Yumiko... si ellos habían dado ya con alguna otra comunidad... entonces estarían salvados.

-Salvados- bufó.

Luego cargó el arco y apuntó al caminante que se acercaba. Disparó y se tiró en el suelo agotada.

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