Capítulo 1

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Jane....
Aún no podía creer que me había dejado convencer por Lily y me encontraba en aquel club. A Lily la conocía desde hace poco era mi compañera en mi trabajo de medio tiempo, para ser sincera era la única persona a quién conocía en aquella ciudad, en la que llevaba alrededor de un mes y en ese poco tiempo nos habíamos llevado muy bien, aunque teníamos formas de pensar y carácter diferente ya la consideraba mi amiga, además de que ella asistía al mismo instituto en el que yo iba a comenzar.

Ya eran casi las 12 y aún no dábamos con nuestro objetivo, simplemente estábamos ahí porque a Lily se le ocurrió aceptar la invitación de un supuesto guitarrista que conoció hoy en la cafetería donde trabajábamos. A pesar de eso nos la estábamos pasando bien, el ambiente era divertido y ya llevamos varios tragos de más, para ser sincera ya estaba un poco mareada y las luces de colores me dificultaban la visión, cuando de pronto 5 chicos vestidos completamente de negro se nos unieron, no pude ver bien sus rostros.

-Hola Lily, disculpa la demora- le dijo uno de ellos cerca de mi amiga por encima del volumen de la música - Bailamos?

Y sin decir nada más mi amiga se fue con él al centro de la pista, no lo podía creer que me hubiese dejado sola con estos extraños, uno de los chicos pidió una ronda de chupitos y en serio que no sé porque acepté a ese trago, el líquido bajó caliente por mi garganta, causando estragos en mí que no estaba adaptada a ese tipo de bebidas, y es lo último que recuerdo de mi noche en ese club.

Una luz molesta me estaba dando directamente a la cara, me estaba matando el dolor de cabeza, el ruido de los autos fue lo que me hizo darme cuenta de que no estaba en casa, abrí los ojos y de un saltó me senté en la cama cuando vi el cuerpo alto que estaba frente al espejo terminando de ponerse su chaqueta de cuero negro, quién ni siquiera se inmutó cuando me vio, tan solo me lanzó una mirada con unos ojos oscuros que no transmitían ningún sentimiento, antes de salir de la habitación me dijo:
- No te preocupes bonita ya la habitación está pagada puedes quedarte el tiempo que necesites- y de esa forma se fue sin decirme quien era ni explicarme como había llegado ahí ni que había pasado.

Fue en ese momento que miré hacia abajo y vi las condiciones en que me encontraba estaba completamente desnuda envuelta en sábanas blancas y mi ropa regada por el suelo, no lo podía creer no recordaba nada de lo que había pasado, no sabía quién era ese chico ni como se llamaba, que para colmo me había tratado de aquella manera cuando desperté, y me daba miedo recordar lo que había pasado.

Luego de un baño en la habitación del motel, revisé mi teléfono y tenía varias llamadas perdidas de Jane y mi madre, ya me imaginaba el regaño que me esperaba cuando llegara a casa, una noche que salgo en esta ciudad y no llegó a dormir, pensé en llamar a Jane pero no pude, la vergüenza de recordar lo que había pasado, o mejor dicho de no recordar, no me lo permitió, ojalá ella no me hubiese visto con ese chico para no tener que hablar del tema.

Al llegar a la calle paré un taxi, durante el camino lo sucedido seguía dando vueltas en mi cabeza, realmente me había acostado con ese chico que era un total desconocido, lo tenía que admitir el chico era muy guapo alto, piel blanca, cabello negro, corto de los lados y un poco más largo del frente, cuerpo definido, y por lo que alcancé a ver tenía un tatuaje en su cuello aunque no logré definir que era, todavía en mis fosas nasales permanecía el olor a su colonia que envolvía la habitación cuando desperté.

Ya casa mi madre me esperaba con una cara de preocupación, que en ese momento hasta yo me preocupé por su estado ya que parecía que no había dormido en toda la noche. Luego de un largo sermón y tener que mentirle diciendo que había pasado la noche en casa de Lily y que el teléfono lo había dejado en su auto, me castigó, pues si aún me trataban como una niña pequeña, una semana de castigo, ese era el tiempo que quedaba de vacaciones antes de empezar las clases y en ese tiempo tampoco podría utilizar el móvil ni nada de internet.

Era en serio aún no me creía mi castigo pero mi cargo de conciencia no me dejaba protestar, subí a mi cuarto sin saber cómo sobreviviría a esa semana sin redes sociales, sin poderme comunicar con Lily ni mis antiguas amigas de mi anterior escuela.

A pesar de la jaqueca lo que había pasado seguía dando vueltas en mi cabeza, estaba molesta conmigo misma porque no lograba recordar nada después de aquella ronda de chupitos, no sabía que había pasado en aquella habitación de hotel, si me había acostado con aquel chico, si le había entregado mi virginidad a aquel sexy pelinegro del que ni siquiera sabía el nombre.

Contigo o con élDonde viven las historias. Descúbrelo ahora