CAPÍTULO 7: Planeación.

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Se dice que en la guerra y en el amor absolutamente todo es válido, pese a ello, a veces el conflicto no radica en el método por sí mismo, sino en el simple hecho de emprender algo.

Los días escolares desaparecen a gran velocidad, y lejos de ser sencillamente dichosos, se han transformado -para algunos, claro está- en agónicos.

La revuelta de esta mañana en particular tenía por protagonista a los de segundo grado. Sí, los de segundo, aquellos ni nuevos pero tampoco veteranos; los murmuros y rumores se expandían a la velocidad de la luz, más de uno corría a la escena con tal de comprobarlos.

Ante circunstancias extremas, nadie es culpable de tomar medidas desesperantes, ¿no es así?

Después de todo, Jay Hong no era el único desesperado por confesar su amor en todo el instituto.

—¿Ey, qué sucede?

Lo más cuestionado.

—¿Quién es ella? ¡es linda!

Lo más exclamado.

—¿Los de arquitectura siempre tuvieron una chica?

Y, por supuesto, lo más confuso.

Leonn Lee finalmente se había atrevido a hacerlo: ¡había venido a la escuela con uniforme femenino y con su peluca! ¡se había tragado su orgullo para dar un paso hacia el líder de los Burn Knuckles!

Prácticamente toda la escuela la tenía en la mira, atentos a sus próximas acciones. Mientras tanto, Vasco... bueno, ajeno al caos suscitado en su honor, no tenía ni la más mínima idea de quién era la chica frente a él.

Su ignorancia fue suficiente para que ella desechara toda confesión de entre sus planes y, furiosa e iracunda, pateara a su interés romántico sin ningún arrepentimiento.

No todo puede ser tan fácil...

"Tsundere" fue el veredicto final de todos los presentes.

Joy, quien observaba a la distancia un panorama catalogado como cómico, pudo sentir algo distinto: la frustración interna de Leonn Lee. Conforme desviaba la vista, pretendiendo no saber nada, no pudo evitar pensar que su hermano estaba en condiciones similares.

Y ello, solo terminaba por afligirla.

Del otro lado del colegio, en el departamento de moda de tercer grado, Daniel se había quedado dormido sobre su pupitre. El examen final era en esa semana, y sus esfuerzos por estudiar ya no se podían permitir ser sobrehumanos, en situaciones así comenzaba a extrañar el tener un segundo cuerpo.

Jay recargaba su rostro sobre la palma de su mano y se dedicaba a ver al pelinegro descansando. Con una sonrisa prácticamente imperceptible, no podía estar más contento con admirarle; sus agraciadas facciones, sus mechones oscuros cayendo majestuosamente y su suave, armónica e hipnotizante respiración le embriagaban de paz.

Pero poco duró dicho estado cuando Zoe, quien sabe de dónde y desde cuándo, ya estaba ahí tocando levemente las mejillas de Daniel con su dedo.

—¿Mmmm? —balbuceó el chico al abrir los ojos, enfocando la vista encontró a su compañera sonriendo—. ¿Zoe?

—¡Desde luego, cerdito! —exclamó ella, apachurrando por completo sus mejillas con ambas manos—, ah, realmente extraño tus cachetes gorditos...

Ambos varones no se extrañaron ante su comportamiento, después de todo Daniel estaba -hasta cierto punto- acostumbrado a Zoe, quien desde que se conocieron invadía su espacio personal. Y Jay no podía hacer mucho por evitarlo, sabía los sentimientos de aquella chica e incluso la consideraba una digna rival en el amor (por su apoyo incondicional hacia Daniel desde mucho antes de saber del asunto de los 2 cuerpos) y, ¿por qué no admitirlo? una amiga, una que si era necesario defendería (como la ocasión en la que Logan la acosaba, tanto él como Zack estaba dispuestos a golpearlo con tal de que la dejara en paz).

El "te amo" sin confesar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora