Capitulo 32 MARATON 1/10

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Después de hacer el amor tres veces, el hambre se apodero de nosotros, así que decidimos prepararnos algo y cocinar juntos. Se puso una de mis camisas y se veía tan hermosa y sensual en ella que la besaba cada que tenia la oportunidad. Incluso por poco se nos quemaba un poco el pollo que teníamos friendo. Me pidió que cortara algo de cebolla, tomate y pimientos para darle mas sabor al pollo, pero la mire confundido, yo nunca había comido el pollo así.
—¿Haz probado eso?
—No nunca.
—¿Y si no nos gusta?
—Claro que si. Mira en la cocina hay que improvisar, mezclar ingredientes. Te aseguro que quedara delicioso. Además  estoy haciendo algo de arroz. Te vas a chupar los dedos.
—Prefiero chupar otra cosa—. Le dije con voz ronca y arquee las cejas y de inmediato entendió mis palabras con doble sentido.
—¡JAMES!
—¿Qué? Es la verdad cariño, sabes que me vuelves loco, que me encanta hacerte gritar, amo la forma en que te retuerces cuando...
—¡Basta!—. Comenzó a reír—. ¿No te puedes comportar por un momento?
—Contigo cerca y así vestida.... Imposible.
—Ummm, te gusta verme con tu camisa puesta ¿he?
—Demasiado, no sabes lo duro que me pongo.
—Bien ya se que usar cuando quiera seducirte.
—Cariño, tú me seduces todo el tiempo. ¿Acaso no te habías dado cuenta?
—Pues no—. Dijo inocente y pestañeo varias veces. Deje lo que estaba picando y me levante de la isla y me acerque a ella. La abrace con fuerza y la bese, se veía tan adorable haciéndome ojitos que es inevitable no querer comérsela a besos. Un olor a pollo quemado inundo nuestras fosas nasales.
—¡James! El pollo—. Se alejo de mí y corrió a quitarlo de la lumbre—. Vez por tu culpa casi nos quedamos sin comer.
—¿Se quemo mucho?
—No, apenas y comenzaba—. Me acerque a ella y la abrace por la cintura. Bese su cuello y apague la lumbre—. No, ¿Qué haces? Aun no esta listo.
—Para que no se queme mientras te hago el amor aquí mismo.
—¿Qué? No James, tengo hambre y...
—Yo también, pero mi hambre de ti es mas grande—. Hice que girara para quedara cara a cara conmigo.
Sin darle oportunidad de decirle nada mas, la bese con desesperación, de un tirón baje sus bragas, la cargue y le pedí rodeara mis caderas con sus piernas. La lleve hasta el refrigerador y la apoye contra el. Libere mí duro pene y sin perder ni un segundo más la penetre de una fuerte embestida. Comencé a entrar y salir de ella, una y otra y otra vez, acelerando mi ritmo a cada momento. Ella bajaba y subía sus caderas para que yo entrara lo más profundo que me fuera posible. Sentía como contraía su vagina cada que yo salia haciéndome sentir mas placer aun, y un fuerte gemido se escucho por toda la cocina.
—Me encantas, me fascinas... Me vuelves loco.
—¡Tío! Dios...—. Cerró los ojos completamente ida por el placer.
—Mírame, y vente para mí—. Abrió los ojos y clavos sus profundidades miel en las mías, abría y cerraba la boca inmersa en el momento hasta que llego al orgasmo gritando mi nombre. La tome con mas fuerza pues ahora estaba débil, bese su cuello mientras continuaba con mis embistes para poder lograr mi liberación.
—Te amo James—. Gemí ante sus palabras y busque sus labios, la bese mientras mordisqueaba sus labios y tiraba de ellos. Sus labios estaban suaves y de un rojo cereza que solo te hacían desear besarla el resto del día. Estoy cerca. Uno, dos, tres, cuatro envistes mas y...
—¡Te amo _____!—. Le dije cuando explote en uno de los más deliciosos orgasmos que he tenido, como siempre lo son con ella.
Disfrutábamos del pollo con el arroz que _____ preparo y tenia razón, estaba mas que delicioso, al parecer su improvisación salio mucho mejor de lo que esperábamos. Comíamos en total silencio mientras nos mirábamos y nos robábamos fugaces besos llenos de dulzura. Tomo un trozo de pollo con pimiento y lo puso frente a mi boca, me sonrió y yo le respondí al tiempo que metía a mi boca el tenedor junto con la comida. Yo imite lo que ella hizo y se lo ofrecí y gustosa comió de mi tenedor y así fue el resto de la comida, nos dábamos de comer el uno al otro sin decir ni una palabra, nuestras miradas lo decían todo. Amor, pasión, amor, dulzura y amor.
Nunca había sentido algo similar a esto que siento ahora. Siempre les tome cariño a mis parejas pero nunca con esta fuerza. Es increíble como la necesito a cada momento, a cada segundo. Si por mi fuera la besaría, noche y día, le haría el amor las 24 horas y aun así me quedarían ganas de ella. Siempre la quise mucho, era mi pequeña y esto es algo muy extraño y nuevo para mi, jamas me imagine que me enamoraría de mi propia sobrina, de esa niña que vi nacer y ahora inconvenientemente o no, comienzan las dudas.
Yo no quiero separarme de ella nunca y para ello tiene que llegar el momento en el que tenga que hablar con sus padres. ¿Cómo lo van a tomar? Pues algo es muy obvio, no lo van a tomar nada bien y digo es lógico ¿no? ¿Quien va aceptar que tu hermano tenga una relación con tu hija? Nadie en su sano juicio. Entonces si se de antemano que nunca lo van a aceptar, ¿Qué va a pasar? ¿Mantener nuestra relación a escondidas? Algo muy difícil, no se puede tapar el sol con un dedo y va a llegar el momento en el que todos pregunten si no pienso hacer mi vida a lado de alguna mujer, aunque bueno, no seria ni el primero ni el último. Conozco hombres que han decidido estar solos el resto de su vida y disfrutar su vida al máximo sin ningún compromiso. Pero aquí lo extraño seria ella. ¿Qué va a pasar cuando todos vean que no hace su vida con nadie más?
—¿En que piensas?—. Me pregunto de pronto haciéndome salir de mi mente que ahora esta dando vueltas y vueltas.
—En nada importante cariño—. Le sonreí de lado y ella me miro fijamente.
—No me mientas... Estas pensando en nosotros, en nuestro futuro ¿verdad?
—¿Cómo lo sabes?
—Bueno, yo pensaba lo mismo.
—¿Y tu que piensas?
—Todo y nada. Nuestra situación es muy complicada y mis padres nunca lo van a aceptar.
—Lo se, bueno... no solo no lo van a aceptar si no que seguro tu padre querrá cortarme las bolas.
—No creo que sea capaz de tanto...
—Claro que lo es. ¿Sabes lo que será para el saber que yo su hermano me llevé a la cama a su hija? _____ tu eres su tesoro mas valioso. Te adora, eres su pequeña y eso sera un golpe muy fuerte para el y no solo para el para Eleanor y... para mis padres.
—¿Por qué teníamos que ser de la misma familia?
—No lo se cariño pero, debemos pensar en algo... Ellos nunca lo van a entender, nunca lo van a aceptar, somos familia de sangre. Incluso, podríamos no tener futuro juntos y no...
—¡No! No digas eso, yo... no podría estar sin ti—. Agacho su mirada con tristeza y la entiendo yo me siento igual, pero es que en serio no visualizo ningún futuro a su lado y eso me parte el alma, yo tampoco podría estar sin ella. ¿Pero que podemos hacer? Tampoco es como para que nos hagamos los que no sabemos nada y no nos importa nada, porque las cosas tampoco son así.
—Escucha _____—. La tome de las mano e hice que me mirara—. Hagamos algo, no pensemos en ello ahora, dejemos que transcurra el tiempo y bueno por ahora lo mas conveniente es tenerlo en secreto, ya el tiempo nos dirá que es lo mejor que podemos hacer.
—Esta bien—. Se acerco a mí y beso mis labios lentamente mientras acariciaba mi rostro con ternura. Y fue el comedor ahora, el testigo de nuestro inmenso amor.
En la noche lleve a _____ a su casa, ella quería pasar la noche conmigo y bueno, la verdad es que yo también pero no tenemos un buen pretexto para que ella se quede en mi casa sin que sus padres puedan sospechar algo. Aparque el auto, y tras intercambiar palabras bonitas, nos dimos un abrazo y un beso en la mejilla, aun es temprano y no correremos el riesgo de que alguien nos vea. Se bajo del auto y miraba como se alejaba del auto para entrar en su casa, y de nuevo mi mente sucia y cochambrosa veía ese lindo trasero menearse al ritmo de su caminar. Ya me estoy imaginando de que otras formas disfrutarlo mientras le hago el amor, quiero hacerlo de nuevo frente al espejo, oh si, solo de recordarlo mi amigo ya se esta poniendo firme y listo...
Mi teléfono interrumpió mis sucios pensamientos, levante un poco mis caderas del asiento para poder sacarlo con más facilidad... ¡Mierda! Es Halston. ¿Ahora que querrá? Tome aire y conteste.
—Hola Halston.
—Hola James... ¿Cómo estas?
—Bien gracias y ¿tu que tal?—. Mire hacia la casa de mi hermano y _____ antes de entrar giro y se despidió con la mano. Le respondí y le mande un beso, ella sonrió feliz por mi gesto y entro a su casa.
—Mal. James te necesito.
—Halston... perdón, pero si solo hablaste para decirme esas cosas...
—James... es que tu no entiendes como me siento, yo te amo, quiero estar contigo y me duele que no sientas lo mismo.
—Entonces no te hagas daño, lo mejor es que ya no me llames y así no sufres y yo tampoco, aunque no lo creas a mi me duele mucho también que estés así por mi culpa, pero no quiero mentirte y la verdad te lastima.
—Solo quiero saber que fallo James. Dímelo, tú y yo estábamos tan bien, bueno las últimas semanas peleábamos mucho pero no era nada que no hubiéramos podido arreglar.
—Yo tampoco se que fallo Halston pero si se que ya no hay amor de mi parte.
—Es que debe haber algo, el amor no se acaba así por que si.
—Pues ya ves que si—. Suspire—. Mira Halston, por favor ya no te hagas esto, ¿sí? Trata de ser feliz, te lo mereces, ya conocerás a un chico que si te quiera como se debe.
—Yo te quiero a ti.
—Adiós Halston, cuídate—. Colgué. Dios, en serio siento feo decirle así las cosas pero ¿de que otra forma podría ser? Ella no se merece que le mienta, ya no siento nada por ella, y aunque si hay una razón fuerte por la que todo cambio entre nosotros, pues nunca la sabrá. Espero esta vez aya quedado claro y ya no me busque más, seguro que ahora para ella no soy más que un hijo de puta, cabrón pero quizá es preferible que me odie, así tal vez ya no quiera saber nada de mí.
Me desperté a las 7 de la mañana como todos los días, me di un baño y me cambie para el día de trabajo que tengo por delante. Ya listo baje y me serví solo un plato de cereal y ya estaba por acabar cuando llamaron a mi puerta, extrañado por que alguien me busque poco antes de las 8 de la mañana, fui y me encontré con un hombre de traje y con expresión seria.
—Buenos días. ¿El señor James David Maslow Burge?
—Bueno días, soy yo. ¿Puedo ayudarle en algo?
—Solo le traigo este citatorio de la corte, se le solicita su presencia para tomar su declaración pues el ex novio de su sobrina presento una demanda en su contra por amenazas y agresión física.
—Pero que mierda...

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Enamorado de mi sobrina (James Maslow)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora