Capitulo23

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  Mi mejilla me ardía, y comencé a sentirla muy muy caliente. De inmediato puse mi mano sobre ella para que así reduciera el dolor pero no fue así. Mierda me duele, me pica, me quema. Gire y la vi, sus ojos parecían estar en llamas, su respiración estaba agitada y tenia la mandíbula tensa al igual que todo su cuerpo, sus puños los cerraba con fuerza.
—Eres un maldito—. Me dijo entre dientes y con voz ronca.
—¿_____ que mierda te pasa?
—¿Que que mierda me pasa? Es la pregunta más estúpida que he escuchado.
—Ok, entiendo que estés enojada pero déjame explicarte.
—¿Qué me vas a explicar... tío? ¿Que eres tan poco hombre para jugar con mis sentimientos?—. Su voz dura y molesta se quebró y note como sus ojos se cristalizaban. No, no, por favor no llores hermosa yo no quise... agh, me quiero morir.
—Princesa yo no quise...
—Claro que quisiste. Yo... no sabes como me hiciste sentir. Tu sabes lo que me pasa contigo, sabes que... cuando te tengo cerca yo solo quiero besarte acariciarte y tu llegas y haces... lo que hiciste y...
—Por favor perdóname yo se que me pase, se que fui un idiota pero...
—Y sobre todo sabes que... que yo te amo.
—Yo no se lo que estaba pensando, yo no quise de verdad... princesa tienes que creerme yo...—. Dios, no se ni que mierda decirle, tiene razón yo jugué con sus sentimientos, y todo por la rabia de saber que ella volvió con ese cabrón, lo mejor sera decirle la verdad—. Escucha... Yo lo hice porque estaba muy molesto. No me gusto nada la idea de que tu volvieras con ese idiota, no puedo creer que le ayas dado otra oportunidad después de lo que te hizo.
—Bueno eso es algo que no te debe de importar. Yo soy libre de estar con quien se me de la gana y dudo que me haga sufrir mas que tu. ¿Y sabes porque? Por que por Kendall no siento nada, yo te amo a ti, tú eres el hombre con quien quiero estar.
—Pero eso no es posible.
—Ya lo se, ya me lo dijiste mil veces y es por eso que volví con el, yo se que el me va ayudar a olvidarme de ti y... agh. No tengo por que darte explicaciones de mi vida. Al fin y al cabo no soy más que una tonta, una niñita inmadura así que te lo advierto, no te acerques más a mí—. Dio media vuelta dispuesta a salir de ahí pero después de lo que paso esta tarde y mas de una semana que no la siento... de verdad que ya no puedo mas, la necesito o me voy a volver loco. Abrió la puerta pero la cerré de golpe sin importarme la gente que estuviera fuera de mi oficina. La gire tomándola del brazo y la bese más que desesperado. La apreté con fuerza de la cintura y de su nuca para que no se alejara de mi, ella me pego en el pecho tratando de que yo la soltara, se retorcía para alejarse de mi pero ejercí mas fuerza sobre ella, no quiero que se valla la necesito de una manera inexplicable y juro que si no la tengo... no se de que soy capaz.
Poco a poco dejo de golpearme el pecho y me comenzó a responder a mis labios. Sus manos subieron lentamente hasta mi rostro y me tomo de las mejillas y hundió su lengua en mi boca. Acaricie su nuca y la apretaba mas a mi, hundí mis dedos en su cabello, nuestras narices rozaban con el movimiento de nuestros labios, no quería que por ningún motivo se alejara de mi, no quería dejar de sentirla, de besarla pero necesito mas. Di un paso hacia adelante haciendo que ella lo diera hacia atrás y chocamos con la puerta, sentí como una de sus manos bajaba por mi cuello hasta mi pecho y yo seguía acariciando su cintura haciendo pequeños círculos con mis manos. Apenas y separamos nuestros labios pues no quedamos sin aire.
-James...
—No... ya sabes como—. Le dije agitado mientras besaba su mejilla, sentía su respiración entre cortada en mi cuello y oreja, el aire que sacaba me estremecía. La tome de su pierna derecha y la levante a la altura de mi cintura dándome mas espacio para llegar a su feminidad, apreté con fuerza y mi amigo sintió la humedad y ella gimió al contacto. Fue cuando me di cuenta de que llevaba una falda, mucho mejor.
—Tío... No sabes... cuanto te deseo.
—Yo te deseo más hermosa... No tienes idea de cuanto—. Gimió ante mis palabras y comencé a frotar mi pene a su húmeda vagina, besaba y mordisqueaba su cuello hasta llegar a su escote y solo sentí como rodeaba con su pierna mi cadera y con sus manos peinaba mi cabello.
Su aroma me enloquece, la suavidad de su piel hace que mis labios ardan cada que los posó sobre ella, extrañaba tanto sentirla, acariciarla y ahora me pregunto ¿Cómo fue que pude soportar tenerla lejos tantos días? Con mi mano libre acaricie por debajo de su falda hasta sus nalgas y me di cuenta que usaba solo una tanga, apreté de nuevo mi pene contra ella y volví a buscar sus labios y la bese con fuerza y devoción. Sentí como con rapidez desabrochaba mi pantalón, cuando lo logro bajo mi boxer tan solo lo necesario para que mi miembro se liberara. Sentí como temblaba debajo de mi y mi pene vibro al por fin tener espacio para seguir excitándose.
—Tío... por favor.
—¿Por favor que?
—Te necesito... dentro de mí—. La tome de su pierna que aun seguía en el piso y la levante y por instinto rodeo mi cadera.
—Me alegra que ayas reemplazado tus jeans por tu falda.
—Los jeans los dejaste mojados—. Un ronco gruñido se escapo desde mi garganta.
—Ahora te voy a dejar mojada esta rica tanga que llevas.
—Mmm... hazlo... hazlo ya—. Puse la punta de mi pene en su entrada y mordí su babilla.
—Garu te extraña—. Soltó una risita encantadora haciendo que sonriera de oreja a oreja y la mirara directo a sus ojos. Estaba ruborizada y se veía tan encantadoramente sensual y sentí algo aquí en mi pecho, algo nuevo, algo que nunca había sentido antes.
—Pucca también te extraña—. Mordió su labio y sonrió y tras un fugaz beso entre lentamente en ella, gimió y sentí su vagina contraerse alrededor de mi, nuestros cuerpos temblaron. Dios mio, de verdad que si la extrañaba y muchísimo, toda la semana he tratado de sentir lo mismo cada que estoy con Halston pero fracaso, ella no es mi princesa, ella no es esta mujer que me tiene mas que pendejo. Mis embistes subían el ritmo poco a poco y besaba sus labios ahogando sus gemidos para evitar que alguien al otro lado de la puerta los escuchara, aunque toda mi oficina esta hecha a prueba de sonido -y ahora agradezco a dios y a todos los santos que me hayan convencido de probar esa idea cuando trabaje en la construcción de mi pequeña empresa-, aun así no quiero correr riesgos.
—James...—. Susurro—. Tío... yo...
—Shh, no digas nada... Solo disfruta hermosa—. Aumente el ritmo, no quiero que me diga nada, al menos nada que se que me va a confundir y ahora estoy tan excitado disfrutando de ella que no quiero pensar en nada mas.
Entonces paso lo que hace días no me pasaba, lo que me tenia tan preocupado y no sabía que me pasaba. Explote en un delicioso y mas que anhelado orgasmo al mismo tiempo que ella también llegaba a su clímax, sentía mis piernas temblar así que decidí caer lentamente de rodillas con ella sobre de mi para evitar una caída mas fuerte. La abrace con fuerza y me aferre a ella, no quería que se alejara de mi, no quería que ese glorioso momento se terminara, solo con ella me siento bien, completo, feliz.
Llegue al orgasmo, y aun no lo puedo creer, yo creí que estaba enfermo e incluso me imaginaba cosas terribles, pero ahora que se que no pasa nada me siento mas tranquilo y con un peso menos encima, aunque igual me pregunto, ¿Por qué no lograba la liberación? Es algo muy extraño, nunca me había pasado, no se si sea correcto ir con un doctor y hablarlo y tal vez el me pueda dar una buena explicación. Aunque pensándolo mejor, no creo que sea buena idea, porque cuando me pregunte, no le voy a decir, es que con mi novia no me vengo pero con mi sobrina si... Ya hasta me estoy imaginando la cara del doctor si le digo tremenda barbaridad, se que los doctores guardan sus casos como confidenciales pero no siempre es así y no me voy a arriesgar, y lo que es peor, mi doctor es el doctor de Carlos y su familia y seguramente cada que vea a _____ la va a mirar como diciendo, "así que tu eres la sobrina que coge con su tío", no voy a arriesgar a mi princesa a que sea victima de burlas o miradas inquisidoras.
Cuando nuestras respiraciones normalizaron nos pusimos de pie y entramos al baño a limpiar a Pucca y a Garu. Mierda, aun no puedo creer que le diga Garu a mi pene, yo siempre le digo mi amigo pero Garu, ya veo que el nombre me gusto mas de lo que yo pensaba.
—Te amo James—. Me soltó de repente mientras yo me terminaba de lavaba las manos. La mire por el reflejo del espejo. No por favor no, no quiero que me diga eso, no quiero siquiera que lo sienta, mierda, lo que acaba de pasar me gusto y fue mas que delicioso pero fue un error, una vez mas la cagaste Maslow, eres un perfecto idiota.
—_____ escucha... Tú no puedes amarme—. Me seque las manos y salí del baño, de inmediato decidí ser frió con ella por lo que me senté en mi mesa de trabajo y fingí continuar con los planos, quizá así olvide esa tontería.
—Pero ya no hay nada que hacer, James. Estoy muerta de amor por ti.
—Lo tuyo no es amor _____ es solo... un capricho.
—No no lo es, ¿por qué te pones así cuando te hablo de lo que siento?
—Por que simplemente me molesta que me digas esas tonterías.
—No son tonterías James... ¿Acaso no lo sientes cuando tu y yo hacemos... lo que hacemos?
—Yo no siento más que puro placer.
—No, no es cierto.
—Si, si es cierto, y ahora ya nos quitamos las ganas, ya te puedes ir—. Me estoy odiando a mi mismo por esto pero es lo mejor. No dijo nada, solo sentía su mirada y estuve tentado a mirarla pero no lo hice porque sabía que no me iba a gustar lo que vería.
—Esta bien—. Dijo por fin y se le quebró la voz, mierda a esto me refería—. No quiero que me vuelvas a dirigir la palabra y gracias por hacerme sentir que valgo menos que una puta... por que hasta ellas te cobrarían por quitarte las ganas—. Dijo con coraje y tristeza y sus palabras fueron como un puñal que se clavaba hasta lo más profundo de mi corazón. Solo escuche la puerta cerrarse de golpe y sentí como una lágrima rodaba por mi mejilla.
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Enamorado de mi sobrina (James Maslow)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora