Capitulo 5

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—¿Qué estás diciendo?—. Me tomo por sorpresa, ¿Qué mierda me estaba pidiendo? No puedo creer que ella, que mi princesa me este pidiendo eso, y mucho menos con esas palabras, es mas yo ni sabía que las conocía. ¿Donde quedo mi niña tierna?
—Ya escuchaste James...
—Estas loca... Completamente loca. Sabes que, olvídalo—. Le dije exasperado y gire sobre mis talones para salir de ahí. Sentí como jalaba mi brazo y me hizo girar hacia ella y de un brinco me rodeo las caderas con sus piernas y sus labios se unieron a los míos y empezó a besarlos salvajemente. Su aroma, dios su aroma, me encanta, me fascina. Mordió mi labio inferior y un gruñido se escucho desde mi garganta, y con mis manos la abrace por el trasero y la apreté más a mí, simplemente me atrapo y yo me perdí en el momento.
Le respondí el beso de inmediato, mi lengua se hundió en su boca encontrándose con la suya. Se convirtió en una guerra de lenguas y labios. Camine con ella y tropecé con la cama, caí encima de ella, todo sin perder esa unión de nuestras bocas, ella gimió en cuanto acariciaba sus piernas, su vientre hasta llegar a sus pechos. Esas nenas que me enloquecieron, el escote de la blusa me daba un mejor acceso, la baje de un jalón junto con su brasiere, liberando una, mi mano la acuno y empece a masajearla. Sin darme cuenta como, giro quedando ella ahora a horcajadas sobre mí. Tomo del dobladillo de mi playera, levante mis manos y me la quito de un jalón.
—Dios James, estas demasiado bueno—. Se inclino de nuevo para besar mis labios, tiro de mi labio inferior y empezó a bajar por mi mandíbula dándole pequeños mordiscos, después el cuello hasta mi pecho, yo seguía acariciando sus pechos y libere el otro, ambos estaban desnudos y resaltaban mas gracias a la blusa y al brasiere debajo de ellos. Mi respiración estaba más que agitada y mi amigo ya estaba deseando ser liberado o rompería el pantalón. Llego hasta mi ombligo y con la lengua dibujo el contorno, metió la lengua en el y después soplo haciéndome estremecer. Carajo, esto es delicioso demasiado delicioso, llego a mi pantalón y lo desabrocho rápidamente, yo levante las caderas metió los dedos debajo del boxer de un jalón los bajo junto con mi pantalón y mi amigo salio disparado y firme.
—Hola Garu—. ¿Garu? ¿Le llamo Garu a mi amigo?—. Pucca quiere conocerte—. Dijo divertida y excitada. Sus palabras fueron como una corriente eléctrica que de inmediato sentí en mi ya palpitante miembro, no entiendo ¿Cómo es que eso me excita?
Lo tomo en su mano y apretó de el suavemente y empezó a bajar y a subir a un ritmo que me estaba volviendo loco.
—_____—. Susurre agitado entre dientes.
—¿Que quieres James?
—_____.
—Yo se lo que quieres... Quieres esto ¿Verdad?—. Lamió la punta lentamente, mierda me voy a venir, no me puedo venir—. ¿Quieres más James?
—Si... mas—. Le implore con mucho esfuerzo, y volvió a lamer la punta lentamente como si fuera una paleta. Yo solo sentía como mi cuerpo convulsionaba por el placer que ella me estaba provocando. Entonces se lo metió por completo en la boca, su lengua lo acariciaba, apretó los labios y empezó a subir succionando con fuerza. Madre mía, esta es la mamada mas deliciosa que me han hecho jamás. Volvió a meter a mi amigo en su boca y con su lengua dibujaba en el mientras entraba y salía una y otra vez. Ella gimió cuando pellizque sus pezones, y con los dientes rosaba mientras subía lentamente.
—¡Ah!—. Grite lleno de placer, esto es demasiado y siento que voy a llegar al clímax, pero no quiero, quiero seguir disfrutando. Solté uno de sus pechos y la tome de la nuca y empuje mas para que siguiera cogiéndome con la boca, entraba y salia, lamia, succionaba cada vez más rápido hasta que no pude más y me vine. Un gruñido se me escapo mientras echaba mi cabeza hacia atrás disfrutando del momento. Empezó a lamer limpiando hasta la última gota de semen y levanto su rostro y nuestras miradas se cruzaron. Ella sonrió y mordió su labio saboreándolo.
—Mmmm. Eres delicioso James—. Me dijo agitada y se acostó a mi lado, los dos mirábamos el techo mientras nuestras respiraciones se tranquilizaban. Yo ahora me sentía como en las nubes, una relajación extrema nunca antes experimentada se apodero de mí, y después de unos minutos gire y la vi mirándome divertida y fue entonces que me di cuenta de lo que acababa de pasar. No maldita sea ¿Qué hice? Me levante de golpe y me subí bien el bóxer y el pantalón.
—¡Carajo!
—¿Qué pasa?—. Me pregunto entre confundida y divertida.
—Como que, que pasa... ¿No te das cuenta de lo que acaba de pasar?
—Si te acabo de hacer venir en mi boca—. Dijo con una amplia sonrisa ¿Es enserio?
—Esto no debió de haber pasado.
—Demasiado tarde, ya paso—. Termine de ponerme mi playera y empecé a caminar desesperado por la habitación. No, como pude ser tan pendejo, maldita seas Maslow.
—Carajo _____, esto está mal, yo vine aquí a decirte que todo debía ser como hasta apenas ayer en la noche, que no podía seguir pasando porque podía llegar mas lejos y mira nada mas en lo que termino. ¡Argh... maldita sea!—. Gruñí mientras jalaba de mi cabello desesperado, soy un idiota, un pendejo, un imbécil... soy todo, mierda.
—Tranquilízate... Porque no mejor simplemente lo disfrutas.
—No seas absurda, yo no puedo disfrutar eso...
—Pues cuando estábamos en el momento, parecía todo lo contrario.
—No, no y no... _____ escúchame bien—. La mire seriamente—. Esto no volverá a pasar, no puede volver a pasar, es por el bien de todos.
Se levanto de la cama y camino hasta a mi y puso las manos en su cintura mientras me miraba con las cejas levantadas.
—Te encanto.
—No.
—Claro que si, por favor solo acéptalo. A mi me encanto, me fascino. Así que deja de lamentarte.
—Esto no puede volver a pasar, y no volverá a pasar. ¿Entendido?
—James.
—Tío, soy tu tío... Y te hice una pregunta ¿Entendido?—. Me miraba divertida y apretaba los labios para no reír, y mas le vale no reír porque, me estoy poniendo muy de malas.
—Esta bien. Entendido... Tío—. Dijo levantando las manos rendida pero con una sonrisa en los labios.
—Perfecto. Ahora si me voy—. Camine hasta la puerta.
—¿Tío?
—Dime—. Gire antes de salir.
—¿Me invitas al cine mañana? Ya sabes, para que todo sea como antes—. Genial, parece que entendió y esta dispuesta a que todo esto que acaba de pasar quede en el olvide y volvamos a ser tío-sobrina, todo como antes. No pude evitarlo y le sonreí dulcemente, ella me miraba con cariño y con una sonrisa tímida, si, esa es mi tierna sobrina.
—Claro princesa. Mañana no tengo mucho trabajo... ¿Te parece si paso por ti después de la escuela?
—Si, perfecto—. Dijo mientras sonreía de oreja a oreja, me encanta ver a mi sobrina de siempre.
—Bien. Hasta mañana entonces.
—Hasta mañana tío.
Salí de ahí bastante, no se ¿relajado? ¿Contento? No se, pero me siento bien. A pesar de la estupidez que yo permití que pasara, me siento bien. Siento que recupere a mi princesa y estoy entusiasmado con lo de mañana, sera increíble volver a los viejos tiempos y digo viejos porque desde que empece mi relación con Halston, eran pocas las veces que pasábamos juntos, pues cuando hacíamos algo por lo regular Halston iba con nosotros, cosa que le molestaba a _____ pero bueno ya mejor dejo de pensar en eso y pienso en que mañana sera un excelente día.
Estacione el auto fuera de la escuela de _____, espere unos minutos hasta que la vi a lo lejos salir junto con Jess y un chico, era apuesto, creo que nunca lo he visto. Los tres reían divertidos, pero mi mirada se enfoco en mi princesa, es hermosa, usaba una falda rallada blanco con rojo, y una camisa desabrochada de los dos primeros botones, su escote, sus piernas, madre mía, luce tan sexy y sus zapatos de tacón rojo, si hay algo que me enloquece es ver a una mujer con tacones rojos, esta deliciosa... Carajo, ya estoy de sucio otra vez, como si no hubiera sido suficiente con el sueño que tuve. Ella y yo cogiendo de mil maneras en la sala de mi casa, me desperté sudando y mas que excitado, no es nada agradable tener sueños húmedos con mi sobrina.
_____ se despidió de beso en la mejilla de Jess y después hizo lo mismo con el chico, avanzo unos dos pasos y él la jalo de su brazo y la atrajo hacia el abrazándola por la cintura, sus rostros estaban a centímetros de distancia, él le decía algo mientras ella sonreía, el quiso besarla pero ella giro levemente el rostro haciendo que besara solo la comisura de su boca, segundos después se alejo de el y empezó a caminar hacia el auto.
Un calor infernal comenzó a apoderarse de mi, me removí en el asiento, estaba incomodo, mis ojos entrecerrados veían como ella se acercaba hasta que se clavaron en ver como el cabrón ese se la comía con la mirada, claro, seguro estaba perdido viéndole las nalgas, maldito hijo de puta.
—Hola tío—. Saludo mientras subía al auto y fue entonces que me di cuenta de que mi mandíbula estaba por tronar de la presión que ejercía—. Tío... ¿Estás bien?
—Si—. Le dije con la voz ronca. Las palmas de mis manos comenzaron a dolerme, tenía los puños cerrados con fuerza.
—¿De verdad?—. El cabrón ese se fue junto con Jess y hasta que lo perdí de vista gire y mis ojos se encontraron con los de ella, me miraba con el ceño fruncido, sus ojos me miraban con cautela y confusión.
—¿Quién es él?
—Un amigo.
—¿Por qué quiso besarte?
—No quiso besarme—. Me dijo evitando mi mirada, veía al frente.
—Claro que si... ¿Cómo se llama?
—¿Acaso eres policía?
—¿Quién es?
—Un amigo ya te dije—. Se cruzo de brazos y sus nenas se pronunciaron más al escote, pero estaba demasiado furioso como para concentrarme en eso.
—¿Cómo se llama?
—¿Nos podemos ir ya?
—No hasta que me digas como se llama.
—Kendall... se llama Kendall ¿contento?—. Puta madre es ese cabrón.  

Enamorado de mi sobrina (James Maslow)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora