Capitulo 35 3/10

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Ella estaba rendida, pero nuestro pequeño juego aun no termina. Tome un poco de papel higiénico y me limpie, como vi que seguía tratando de recobrarse y no se movía, tome otro poco de papel y la limpie, ella me miro y sonrió con timidez.
—Aun no hemos terminado cariño —ella solo rió por lo bajo.
Tome al señor Pinky, fui al baño y lo limpie perfectamente. Volví a la habitación y vi que ya estaba sentada con una pierna estirada y la otra recogida aun con sus tacones puestos. Ella siempre tan hermosa y sensual.
—¿Qué tienes planeado ahora? —llegue hasta ella, abrí sus piernas y me coloque entre ellas, con una mano tome su mejilla y la bese lenta y pausadamente mientras poco a poco hacia que se acostara. Mi pene comenzó a despertarse de nuevo y en cuestión de segundos ya estaba mas que duro.
—Ya te diste placer a ti misma para mí —le dije entre besos —ahora yo tendré el control de tu placer.
—¿Me harás venirme rápido?
—No lo se... quizá sea bueno hacerte sufrir un poco.
—Eso no es muy agradable ¿sabias? —mordió mi labio —pero me encanta.
—Mi pequeña niña sucia —gimió y sentí sus manos empezar a acariciar mi pene.
—Mi hermoso Garu —Sonreí y lleve mi mano hasta su feminidad, ya comenzaba a mojarse.
—Mi hermosa y perfecta Pucca —Acaricie su clítoris y luego hundí mi dedo lentamente. Ella gimió.
—Amárrame —interrumpí el beso que nos dábamos y la mire con sorpresa —me encanto que me amarraras.
—¿Enserio?
—Si mucho. Pero solo si prometes no hacerme sufrir tanto —reí por lo bajo y asentí con la cabeza.
—Te lo prometo cariño —le di un fugaz beso y fui en busca del pañuelo rosa con el que la amarre hace unos días.
Volví a la cama y la amarre con las muñecas juntas a la cabecera, bese sus labios con pasión y firmeza. Fui hasta sus senos y los bese y los chupe preparándolos para morderlos. Sentí debajo de mi lengua como se endurecían, así que los mordí para comprobar que ya estaban como me gusta. Gimió y se arqueo ofreciéndomelos, quería que volviera a chuparlos y morderlos, así que decidí hacerlo una y otra vez.
Tome al señor Pinky y lo prendí al primer nivel, hice lo mismo de hace un rato, lo pasee desde sus rodillas y poco subía hasta su centro. Rose con la punta y gimió al sentir la vibración sobre su vagina que ya estaba escurriendo de lo excitada que estaba. De inmediato la punta del vibrador se lubrico con su deliciosa miel y comencé a meterlo lentamente, primero la punta, dibuje unos cuantos círculos y luego subí hasta su clítoris para estimularlo con la vibración, esto la hizo levantar las caderas en busca de mas, la mire y se mordió el labio ahogando un grito. Metí otro poco el vibrador y aumente el nivel de vibración, jadeo una vez mas y volví a ir a su clítoris y jugar otro poco con el, cada que lo hacia una descarga de excitación la invadían y pedía mas.
Así lo hice, metía otro poco mas, aumentaba el nivel, jugaba con su clítoris, repetía una y otra vez hasta que lo tenia hasta adentro y en el máximo nivel. Lo saque por completo y volví a meterlo lentamente.
—¿Así? —le pregunte, ella seguía inmersa en el momento, con los ojos cerrados y la boca entre abierta.
—Si, así... no pares —Cada que le metía por completo el vibrador lo movía en círculos dentro de ella, rozando cada centímetro de sus paredes para que sintiera más aun.
Ella movía mas y mas sus caderas para alcanzar mas placer todavía. Un fuerte grito me indico que por fin había encontrado su punto exacto donde se que puedo hacerla explotar en el momento que yo decida, pero no aun. Me acerque a su rostro y busque sus labios, la bese posesivamente mientras continuaba bombeando una y otra vez en ella con ayuda de nuestro compañerito de juegos.
—Te amo.
—Yo también te amo.
—¿Te esta gustando?
—Me encanta —Abrió más la boca y grito, volví a jugar con su clítoris por unos segundos y fui hasta su punto y lo estimule mas, sentí como comenzaba a temblar, estaba cerca así que me detuve y me miro con los ojos bien abiertos —No, no pares... prometiste...
La interrumpí besando sus labios y los mordí suavemente.
—Te prometí no hacerte sufrir demasiado, y esto solo es poco.
—Tramposo.
—Voy a probar algo.
—¿Qué cosa? —me pregunto curiosa.
—Quiero ver que tanto placer te provoca el señor Pinky por el ano.
—¿Qué? —dijo asustada.
—Tranquila, lo haré con mucho cuidado, no pienso penetrarte por completo, eso hay que trabajarlo... Confía en mi ¿si? —me miro unos segundos con duda y finalmente asintió y me sonrió tímida. Me acerque a sus labios y volví a besarla.
Disminuí hasta el primer nivel el vibrador y comencé a meterlo lentamente mientras iba aumentando el nivel. Cuando lo tenía todo adentro, dibuje círculos hasta que llego al máximo nivel. Fui a su clítoris y jugué con el unos segundos. La respiración de _____ volvía a alterarse nuevamente. Cuando tocaba su punto y su clítoris gritaba y se retorcía gustosa.
Después de penetrarla una y otra vez, baje el vibrador hasta el perineo, ese pequeño lugar que divide la parte trasera de la delantera y comencé a masajearle, volvió a retorcerse y sus jadeos eran ahora más constantes.
—Dios mio... eso se siente increíblemente delicioso —ante sus palabras volví a subirlo a su vagina y lo pasee por sus labios y segundos después volví a bajarlo al perineo —ahí, me encanta, así.
Repetí el mismo procedimiento una y otra vez, hasta que volví a penetrar su vagina con el para lubricarlo, lo saque y baje lentamente, pasando por el perineo de nuevo hasta llegar a la entrada de su ano, comencé a dibujar sobre el para mojarlo y lubricarlo a la perfección y evitar lastimarla. Cuando ya estaba completamente mojado, hice pequeños círculos con la punta preparándola para meterla lentamente.
—Voy a meter solo la punta... si sientes dolor, por favor dímelo de inmediato ¿esta bien?
—Si —Asintió con la cabeza.
Metí poco a poco la punta del señor Pinky que ahora estaba vibrando a un nivel medio. _____ gimió y movió las caderas en busca de mas, le gusta la sensación y eso me llena de satisfacción por que algún día quiero cogerla por ahí, quiero que sea completamente mía.
Hice algunos círculos para abrirla más y prepararla para meterle otro poco. Segundos después introduje otro poco, un centímetro, dos, tres hasta que grito.
—Me duele. No más.
—Tranquila hermosa, solo trabajaremos hasta ahí —Asintió con la cabeza y se relajo.
Yo comencé a meter y sacar el vibrador solo hasta donde ella puede aguantar. Estoy seguro que pronto podre meterle todo mi pene y juro que no aguanto las ganas de hacerlo.
—¿Te gusta? —le pregunte.
—Si mucho... Es delicioso.
— Algún día este culito sera completamente mío —termine de jugar con su ano y volví a subirlo hasta su vagina. La penetre y volví a subir el nivel de vibración, comencé a bombear dentro y fuera, dentro y fuera hasta que llego al orgasmo.
Deshice el nudo del pañuelo y tome sus manos, me acosté a un lado de ella y las bese con cariño, ella seguía temblando después del orgasmo que sufrió, la atraje hacia mi y la acurruque en mi pecho, mientras besaba su cabeza y acariciaba su espalda desnuda. Poco a poco su ritmo cardíaco se normalizaba mientras le decía palabras de amor. Amo darle placer, amo que grite y amo ser el dueño de sus orgasmos pero también amo ser la razón de sus sonrisas y de que su corazón lata de felicidad por las palabras que le digo, ella es mi vida y me encanta repetírselo a todo momento.
—¿Te parece si tomamos un baño?
—Me encantaría.
—Vamos —me levante de la cama y tendí mi mano ofreciendosela. Se levanto e hizo un gesto de dolor —¿Te lastime? —le pregunte alarmado.
—No, estuvo bien de verdad pero fue algo nuevo, supongo que es normal que me sienta así.
—¿Segura?
—Completamente, ya esta pasando. Lo mismo sentí un día después de nuestra primera vez —sonrió con dulzura y yo hice lo mismo. Tome su rostro entre mis manos y le di un fugaz y tierno beso en los labios. Mis ojos se clavaron en los de ella, la amo, la amo demasiado. Tome un mechón que caía por su rostro y lo puse detrás de su oreja.
—Te amo _____.
—Yo te amo mucho más James —Ahora ella me dio un beso en los labios —Vamos al baño.
—Vamos —antes de llegar a la puerta del baño se regreso a la cama y tomo al señor Pinky, volvió conmigo y nos metimos al baño donde disfrutamos de un tibio y relajante baño.
Cuando cerré la llave de la ducha, tome una toalla y la envolví en ella, la bese en los labios y luego tome otra toalla y comencé a secarme yo. Cuando termine la puse alrededor de mi cadera listo para volver a la habitación y cambiarnos. _____ también termino de secar su cuerpo e hizo lo mismo con su cabello para que dejara de gotear. Cuando vi que termino, di media vuelta dispuesto a salir pero ella me tomo del brazo.
—Espera.
—¿Qué pasa?
—Ven —tomo mi mano me acerco a ella, quito mi toalla dejándome completamente desnudo y beso mis labios de una forma exquisita e incitante. Con sus manos jugaba con mi cabello y bajaba por mi pecho y me acariciaba con las yemas de sus dedos haciéndome estremecer más.
—Basta de señor Pinky... te deseo a ti —me dijo y volvió a capturar mis labios. Ante sus palabras, sus besos y sus caricias mi pene ya estaba más que duro como una roca.
Me acerco al inodoro, lo miro para cerciorarse que estaba con la tapa abajo y me sentó en el sin dejar de besarme. Se alejo de mí y tomo a nuestro amigo rosado, el cual ya estaba limpio.
—Creí que ya no querías jugar con el.
—Bueno, no conmigo... ahora te toca a ti.
—¿Qué? —pregunte alarmado. ¿Cómo un vibrador puede satisfacer a un hombre? Oh no... —Espera _____, eso creo que solo funciona con los que le tiran al otro lado y....
—Tranquilo, no te voy a hacer lo que tú piensas... Ahora soy yo quien te pide confíes en mí... Por favor —me miro suplicante, yo parpadee varias veces, dios no comprendo que puede hacerme a mi con eso, pero bueno, se con claridad, que puedo confiar en ella.
—Esta bien, confió en ti.
—¡Si! —Dijo feliz —no te vas a arrepentir.
Se hinco frente a mí, tomo mi pene erecto en su mano y comenzó a masajearlo de arriba abajo. Poco a poco me relajaba y comenzaba a disfrutar de sus caricias. Sentí como posaba un pequeño beso en la punta y luego lamió, y comenzó su rutina, beso, lamida, beso lamida hasta que finalmente metió toda mi erección en su boca, chupaba y succionaba, una y otra vez. Mi respiración era más agitada a cada momento, sentí como me acariciaba el pene con sus dientes e hizo que gimiera lleno de placer. Prendió el vibrador a un nivel medio e hizo lo mismo que yo, lo puso a la altura de mi rodilla y comenzó a subir lentamente para encontrarse con su boca que seguía dándome una mamada de ensueño. Ahora entiendo por que lo hace, se siente delicioso de verdad así que cerré mis ojos disfrutándolo al máximo. Cuando llego a su boca no lo sentí mas hasta que sentí una oleada de vibraciones que hacían de esa mamada, la mamada mas perfecta jamas imaginada, un fuerte y ronco gruñido lleno de excitación se escucho desde el fondo de mi pecho. Abrí los ojos y la mire y vi que tenia el vibrador sobre su mejilla mientras me cogía con la boca, mi pene sentía esas vibraciones y es algo increíble, jamas se me hubiese ocurrido, esto es algo nuevo y me encanta. Si el sexo oral que _____ me hace es lo más delicioso ahora con esto, sobrepaso los limites, dios, es única.
Estaba cerca, esto es más que delicioso, en el baño solo retumbaban sus jadeos y mis gemidos y gritos de placer, otro poco más y término, pero se detuvo. ¡No!
—No pares... eso es delicioso —le suplique. Ella solo sonrió mientras mordía su labio inferior. Volvió a poner el vibrador en mis piernas y poco a poco se acercaba a mi entrepierna, tomo con su mano de la punta de mi pene y pasó el vibrador por todo el tronco. Carajo, esto es mas de lo que me hubiera imaginado nunca, es delicioso, dios... sin palabras, solo que es lo mas jodidamente rico que he sentido jamas. Después de jugar con mi pene, paso al señor Pinky por mis testículos haciéndome sentir mas placer todavía, incluso así me siento cerca, ya me quiero venir, lo necesito, pero volvió a parar.
Se puso de pie, apago el vibrador y lo puso en el lavabo. Tomo mi erección, se coloco a horcajadas sobre mi y sentí como se enterraba en el. Ambos gemimos al volver a sentirnos íntimamente. Me tomo de los hombros y comenzó a cabalgarme, sus pechos brincaban de arriba abajo delante de mí, la tome con fuerza de la cintura y la apreté más a mí. Saque mi lengua y comencé a jugar con sus pechos lamiéndolos y endureciéndolos. Tomo del cabello de mi nuca y jalo haciendo que levantara mi rostro, sus labios chocaron con los míos, y entre besos y una batalla de lenguas, aumento el ritmo de sus centones haciendo que los dos explotáramos en un orgasmo que juro me hizo ver estrellitas

Enamorado de mi sobrina (James Maslow)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora