3- PRIMER RESCATE

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Me desperté a la mañana siguiente, aún seguía triste por lo que había pasado, pero no tanto como ayer. Sabía lo que iba a hacer hoy: aprendería a controlar mis poderes, ya que este ambiente en el que ahora vivo es muy diferente al de mi planeta natal; no sé muy bien cuál de mis poderes funciona y cuáles no, así que en cuanto Sara se vaya a trabajar, me voy a poner mi traje especial e iré a un lugar apartado para probar mis poderes.

Luego de ya tener trazado mi plan para el día,  chequeo el reloj y veo eran las siete y veinte de la mañana, que faltaba poco para que Sara saliera, por lo que me levanté y fui a la sala donde la vi  peinándose. Le pregunte a qué hora regresaba hoy del trabajo y me dijo que volvería tarde pues le tocaba doble turno. Al escucharlo me alegré, al tener más tiempo disponible para mis pruebas. Pasados cinco minutos, Sara terminó de peinarse, tomó su bolso y salió, por lo que en ese momento me voy a mi habitación, cojo mi reloj y activo mi traje. Le pedí a Alchemist que me encontrara una zona desierta en la que yo pudiera practicar. En unos segundos, me señaló un sitio de demolición, pero le digo que ahí no puede ser ya que hay personas trabajando, a lo que me responde que no, que la demolición estaba detenida por falta de mano de obra, así que decidí que, para empezar pronto, mejor trataría de llegar al lugar volando, por lo subo a la azotea del edificio, lugar que veo que no hay nadie, por lo que salté al vacío para tratar de usar mi poder de vuelo, pero no lo consigo y, en el intento, ¡termino estrellado encima de unos botes de basura! Miré a mi alrededor y, por suerte, no había nadie, así que rápidamente me recompuse y volví a subir a la azotea donde me dije a mí mismo que esta vez sí lo conseguiría… pero volví a fallar… así que lo volví a intentar, una y otra vez, hasta que ya como al séptimo intento fue que no me caí y, brevemente, pude levitar… al ir comprendiendo el truquillo, pude volar, lo que solo a una altitud de unos seis metros, por lo que decidí que ya era hora de dirigirme al alejado sitio de demolición.

Cuando arribo, efectivamente, estaba vacío, no había nadie, por lo que caminé hasta llegar a una zona plana, donde no había nada, donde podría probar mi velocidad. Le pedí a Alchemist que cronometrara mis tiempos, para comprobar si en este planeta era más rápido o más lento. Primero, hice una carrera de cien metros, mi récord anterior era de dos segundos y, cuando corrí aquí, en lo que para mí era un nuevo ambiente, lo hice en ¡medio segundo! Así que, definitivamente, ¡en este planeta soy mucho más rápido! Después probé mi telequinesis, con la que pude levantar como veinte grúas sin siquiera la más mínima muestra de agotamiento. Pasadas unas horas probando mis poderes, pude evidenciar que, en este mundo, funcionaban mi super velocidad, mi superfuerza, mi piel super resistente, mi capacidad de volar y mi telequinesis. Comprendí también que todos mis sentidos eran muy agudos. Mi padre me había dicho una vez que yo tenía más, otros superpoderes, lo cual había sido descubierto porque cuando yo era niño examinaron mi cuerpo y encontraron que yo tenía más  super habilidades; lo que no pudieron saber era cuándo y cómo yo podría desbloquearlos… Espero que aprenda a hacerlo en un futuro bien cercano.
Mientras estaba sumido en estas prácticas y en estos pensamientos, escuché gritos de personas, por lo que rápidamente corrí hacia la dirección de dónde venía las voces. Al llegar enseguida me percaté de que un autobús corría descontrolado por la rotura de sus frenos, su chofer no podía  detenerlo y, casi  delante del mismo una mujer, con su hijo en brazos, venía cruzando la calle. Al ver esa sobrecogedora escena, rápidamente , corrí a tratar de salvarlos… ¡Gracias a mi superfuerza pude detener totalmente el autobús antes de que golpeara a la mujer y a su bebé!  Le pregunte cuál era su condición y la de la criatura y me respondió que los dos estaban bien, que un poquito nerviosa pero que ya se sentía más calmada. Ella me preguntó cuál era mi nombre; medio confundido, en ese momento, muchos nombres me vinieron a la cabeza, pero al final mi boca solo balbuceó tres palabras, '”me llamo SuperHuman”; tras lo que me fui volando de la escena…

Cuando volví a casa, me puse a pensar en todo lo que había ocurrido hoy, en cómo salve a esa señora y su hijo, y en la frase que le dije… ¡Me sentía muy emocionado pues era ¡la primera vez que salvaba a una persona!
Con estos pensamientos en mi cabeza, me entra mucha hambre, ya que había estado haciendo tantas cosas que se me había olvidado comer. Por suerte, Sara me había dejado almuerzo preparado en una lonchera, lo comí y después me puse a ver películas para relajarme un poco. Al rato de estar viendo el televisor llegó Sara. Le pregunté cómo había sido su día y me respondió que bien, que no tuvo que trabajar mucho, pero enseguida dice que ponga las noticias, que iban a comentar el gran suceso de hoy…  La obedezco, pongo el canal de noticias, y en eso veo a la madre que yo había salvado, estaba hablando de cómo la salvé y decía estaba muy agradecida conmigo por haberla salvado a ella y a su bebé. En la entrevista los reporteros le preguntan si ella conocía el nombre del superhéroe bienhechor, a lo que ella les respondió que sí, que se llamaba ¡SuperHuman!... Al escucharlo, me emocioné mucho. Casi al instante, Sara comenta “¡vaya, parece que tenemos un nuevo superhéroe por las calles, ¿quién será? ¡Te apuesto que es un chico muy guapo! Cuando la escucho decir eso, me río un poco por dentro, ya que ese guapetón que ella se imaginaba estaba sentado a su lado… Continúa su casi soliloquio y pregunta si yo creía que ella tendría la posibilidad de conocerlo algún día… Yo, que ya no aguantaba más la risa, le dije con tono sarcástico “¡Síííí… seguro tendrás la oportunidad de conocerlo! Una vez dicho esto, rápidamente subí a mi cuarto, donde me estuve riendo un buen rato… Unos minutos después me acosté a dormir con el pensamiento puesto en que ya “soy un superhéroe” y en que a partir de ahora ayudaría a cualquiera que lo necesitara sin importar quién fuera: ¡ahí estaré siempre!

      

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