6- LA SOCIEDAD DE VILLANOS

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Cuando abrí los ojos, ya era de día. Tal parece me quedé dormido viendo la tele, pero cuando traté de levantarme me di cuenta de que Sara estaba aún dormida y abrazada a mí. Cuando me percato de todo, mi corazón empieza a palpitar muy rápido, casi se me salía del pecho, no sabía lo que me pasaba, pero a la vez me daba cuenta de que cada vez que veía a Sara sentía un extraño sentimiento, algo distinto dentro de mí. Sin despertarla, la llevé a la cama, la tapé con su manta y salí de su habitación hacia la mía donde me puse el traje, y salí volando de la casa a hacer mi patrullaje diario, como de costumbre.

Después de sobrevolar varias  veces la ciudad,  de pronto comencé a escuchar disparos, me orienté y me acerqué al lugar donde vi que los disparos, y también gritos, provenían de un banco, como que lo estaban asaltando… Cuidadosamente, echo un vistazo para asegurarme cuál era la situación: descubrí había como quince atracadores y tenían varios rehenes.

En situaciones tales, primero uno debe asegurarse de que la vida de los rehenes no sea puesta en más riesgo del que ya sufren,  así que lo que hice fue usar mi poder telequinético para sacarlos del lugar. Vuelvo dentro del banco, cierro y aseguro las puertas para que los asaltantes no puedan salir.

Yo estaba tranquilo y relajado al tener los rehenes a salvo, por lo que solo me faltaba noquear e inmovilizar a los maleantes, quienes trataban de matarme con sus balas, pero sus disparos solo me hacían cosquillas. Con mis ventajas,  haciendo uso de mi supervelocidad, golpeé a cada uno en la nuca, luego los até y espere a que arribara la policía y cargara con ellos.
Una vez se llevaron a los villanos esposados, salí volando del lugar y continué mi patrullaje.

Dos horas más tarde, viendo que todo estaba tranquilo, decido volver al apartamento. Al llegar voy directamente a mi cuarto para quitarme mi traje donde, para mi sorpresa,  me encuentro a Sara sentada en mi  cama. Al verla, mi sorpresa “entra en modo shock”, puesto que no sabía qué decirle, cómo reaccionar pero, sin tiempo para nada, ella me dice con un cierto tonito: “…así que eres un superhéroe…” Yo, que no sabía qué decir, tomando en cuenta que ella siempre solo había tratado de ayudarme, que me había tratado muy bien, decidí no había nada más que ocultar, decidí contar la verdad, confirmarle que sí, que era un superhéroe.

Casi sin poder decir nada más, me pregunta si ya había recuperado la memoria, si mis recuerdos habían vuelto, respondo que sí y le cuento todo de un sopetón, hago énfasis en que no soy de este planeta, digo todo sobre mis superpoderes, sobre lo que me había pasado con mi nave, todo, todo… Más que quedar sorprendida por todo lo que yo le había contado, parecía estupefacta, en una sola pieza… Una vez que logra procesar toda la información que yo le había dado, me pregunta si no había forma de que yo regresara a mi planeta, a lo que digo que no, porque el mío es un planeta en constante desplazamiento, es por ello que se necesita de la nave y su control, por esta encontrarse conectada directamente con el planeta para no perder su contacto…
Una vez ambos más calmados, recobrados de nuestras mutuas sorpresas, permanecimos charlando durante un buen rato.

Súbitamente, empiezo a escuchar unos gritos que, para mí, venían de muy cerca. Por lo que podía percibir parecía que eran muchas personas… Se lo dije a Sara quien no escuchaba nada pues, para ella, que no tenía super oído, la distancia, que para mí parecía cercana, para ella era realmente lejana. Dije que tenía que salir, que algo, al parecer grave, sucedía. Sin dudarlo me dijo me fuera y, con voz que sentí dulce y suave, me pidió me cuidara… Literalmente, de nuevo con el corazón que se me quería explotar, salí volando y me acerqué al lugar en donde todo sucedía: ¡un desastre! Al llegar noté una escena espantosa:  ¡muchas personas heridas, algunas en estado crítico y muchas atrapadas debajo de escombros! Velozmente me dirigí hacia las personas heridas, las ayudé y también ayudé a salir a las que estaban atrapadas entre los escombros… Les pregunté qué era lo que había sucedido y respondieron  a gritos entre unos y otros que “La Sociedad de Villanos” estaba atacando a las personas sin razón alguna… Yo, en ese momento, recuerdo algo que Iceberg me había contado sobre esa sociedad de maleantes.

Me dijo que era un grupo creado por los diez villanos más poderosos de la Tierra, quienes crearon el grupo para lograr que más villanos se les unieran y así poder rivalizar con “La Asociación de Superhéroes”. Una vez mi mente actualizada, haciendo uso de mi mejor agilidad, llevo las personas afectadas a donde estaban los médicos atendiendo a todos, me aseguro de que no hubiera quedado nadie sin extraer de los escombros, y entonces me dirijo al lugar en donde podía percibir estaba ocurriendo la batalla entre héroes y villanos, el cual no estaba muy distante de donde todo se había iniciado. Al llegar, quedo sorprendido porque vi muchos superhéroes tirados sobre el suelo, parecía obvio que habían sido derrotados, no obstante pude observar que aún quedaban unos cuantos en pie, que luchaban contra los villanos.

Para mi tranquilidad, noté que uno de ellos era Iceberg; también logré distinguir a los villanos, observar que había algunos derrotados, tirados por todo el terreno, y otros muchos en pie pero, de repente ocurrió algo inesperado, de improviso comenzaron a aparecer, a llegar, más y más villanos, quienes al instante superaron en número a los superhéroes, por lo que yo, sin más dilación, superando mi turbación, decidí pasar del pensamiento a la acción, ir en su ayuda, en pro del bien y contra el mal, ya que en aquel lugar, en aquel momento, se iniciaba una de las más grandes batallas de superhéroes contra villanos y a la vez ¡mi primera real prueba de fuego contra la maldad en este planeta!

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