capitulo 32

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Luego de unas horas de viaje por fin el avión aterriza en Venezuela, donde estaremos en nuestra luna de miel en la isla de margarita. Dejamos nuestras maletas en el hotel luego de habernos hospedado. Caminamos por la playa, corremos, jugamos con el agua y nos tomamos algunas fotos de recuerdo.

Llegamos al hotel luego de un sabroso almuerzo en un restaurante que queda cerca del hotel. Camino al baño ya que todavía no estoy acostumbrada a desnudarme frente a él. Entro a la habitación con mi pijama puesta que es una bata de satén rosa pálido.

-hola...-miro a Diego quien está sin su camisa y puedo ver su abdomen plano y musculoso y... ¡Dios!-no se... ¿Por qué estas tan...en forma?- muerdo mi labio inferior- nunca te veo haciendo ejercicios...

-eso lo arreglaremos- me sonríe guiñándome un ojo-porque cuando lleguemos viviremos en nuestro nuevo hogar...

-¿Qué?- le digo mientras una gran sonrisa se va formando en mi rostro-¿Cómo es? ¿Cuando la compraste?

Sé que no eligió la casa conmigo, pero me agrada que haya pensado en nosotros juntos en nuestro hogar y que llevara tiempo de haberla comprado.

-ya la conoces-me guiña un ojo sonriendo alegremente.

-no puede ser-digo asombrada cuando me doy cuenta a la casa que se está refiriendo-¿en serio?

-ujum-asiente

-no puede ser... ¡te amo!- me acerco a él abrazándolo y luego el agarra mi rostro entre sus manos uniendo nuestros labios mientras caminamos hasta que tropiezo con la cama y caemos con el encima de mí.

-tendrás que darme las gracias-me sonríe juguetonamente acariciando mi cuello y deslizándose por mis brazos.

-es lo que pienso hacer-le sonrío atrayendo su rostro al mío y uniendo nuestros labios, acariciándonos lentamente, hasta desnudarnos y hacemos el amor con mucha pasión, pero lo mejor, con amor. En cada caricia es como si me dijera lo mucho que me ama, que siempre estaremos juntos y no importa lo que pase porque nadie nos podrá separar.

-te amo y te amare hasta que seamos unos viejitos feos y arrugados- me da un beso en el cuello mientras me atrae más cerca de sus brazos.

-aunque este ¿fea y arrugada?-le sonrío mordiendo mi labio inferior para contener la sonrisa

-si-me sonríe rosando su nariz en mi cuello- te amo...y no dejare de decírtelo

-y yo de demostrártelo- acaricio su cabello- te amo

-tú no tienes que demostrarme nada- me dice trabando su mirada en la mía.

-entonces tendré que darte muchos besos...aunque es lo mismo, pero con las ganas de no dejar de besarte nunca...aunque serán besos que te digan lo mucho que te amo y te amare por siempre...hasta que estemos viejitos y arrugados- le sonrío

-creo que quiero un beso de esos-mira mis labios

-mmm...está bien-nos besamos, como el beso que nos da a comenzar una nueva vida, un nuevo futuro junto a él y por siempre, hasta que la muerte nos separe...pero mejor, hasta que seamos viejitos y arrugados besándose y amándose hasta que ya no estemos en esta vida... o no estemos en este mundo, si no en un mundo mejor donde todo es amor...

FIN

Aprendiendo a amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora