Halloween

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El intento de engañar a los presentes por parte de Ron no fue muy factible, ya que terminó rugiéndole el estómago cuando alegó que no tenían hambre. Alex rodó los ojos y se reacomodó en la silla, en busca de una posición más cómoda. 


- Tengo la impresión, señor director, de que Potter no está siendo completamente sincero - dijo Snape -. Podría ser una buena idea privarlo de determinados privilegios hasta que se avenga a contarnos toda la verdad. Personalmente, creo que debería ser apartado del equipo de Quidditch de Gryffindor hasta que decida ser sincero. 


- Francamente, Severus - McGonagall interrumpió bruscamente -, no veo razón para que el muchacho deje de jugar al Quidditch. Este gato no ha sido golpeado en la cabeza con el palo de una escoba. No tenemos ninguna prueba de que Potter haya hecho algo malo. 


Dumbledore miró a Potter con la intención de ver a través de su alma. El anciano lo examinó detenidamente de pies a cabeza. ¿Intentaba escanearlo? Porque era ridículo. Aunque bueno, Dumbledore desde el comienzo le pareció un viejo un tanto chiflado... 


- Es inocente hasta que se demuestre lo contrario, Severus - finalizó con firmeza. 


De nuevo, el viejo pasó la vista por Alex. La pelinegra sintió la presión de su mirada sobre sus hombros, mirada con la que intentaba entrar a su mente a través de Legeremancia. ¿Es que no se cansaba a caso? Alex dejó su mirada aburrida en algún lugar de la sala hasta que Filch estalló. 


- ¡Han petrificado a mi gata! ¡Exijo que se castigue a los culpables!


- Podremos curarla, Argus - Dumbledore respiró hondo para armarse de paciencia, mientras tiraba la toalla en intentar entrar en su mente -. La profesora Sprout ha conseguido mandrágoras recientemente. En cuanto hayan crecido, haré una poción con la que reviviré a la Señora Norris. 


- La haré yo - intervino el m{as idiota de la sala -. Creo que la he preparado unas cien veces, podría hacerla hasta dormido. 


- Disculpe - la frialdad de Snape chocó contra las palabras vacías de Lockhart, haciendo que el rubio cerrara la boca -, pero creo que el profesor de pociones en este colegio soy yo. 


Silencio incómodo. Alex odiaba esos lapsos de tiempo en los que nadie decía nada, lo cual era raro, porque normalmente no le gustaba que nadie dijera nada. 


- Pueden irse - dijo Dumbledore a Granger, Potter y Weasley; y dirigiendo una mirada significativa a Alex diciendo "No te incluye". 


Los tres chicos se apresuraron a abandonar la oficina de Lockhart, cerrando la puerta por detrás suyo. Antes de que la puerta llegara a juntarse totalmente, Dumbledore había vuelto a hablar. 


- ¿Fuiste tú? - preguntó. ¿Hacia quién? No era necesario especificarlo; hacia Alex. 


- No. 


La pelinegra ahora sí que volvió la vista hacia los lentes medialuna que se enganchaban en la nariz de Dumbledore. Por supuesto, no pudo ignorar la mueca de confusión en el rostro de Lockhart por estarle preguntando aquella barbaridad a una niña de once años. Sonrió sin poder evitarlo, aunque no fue planeado y tampoco ayudaba a la situación; maldijo internamente y relajó los músculos de su cara de nuevo. 

Semidiosa y Bruja (PJO y HP) 2 LIBRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora