Sangre sucia

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El castigo con Snape no había sido tan malo. Pudo terminar antes de lo planeado por el constante esfuerzo al que ya estaba acostumbrada. Antes de llegar a la sala de trofeos se había encontrado con Neville, un chico rubio y unos centímetros más bajo que ella, quien se disculpó casi de rodillas por haber rozado su hombro antes de reparar en que era Alex. 


Mientras caminaban al salón de trofeos, Longbottom le había puesto al tanto de sus vacaciones, muy aburridas según él. Estar con su abuela, visitar a su difunto abuelo, jugar con lo que sea que se encontrara y salir de vez en cuando con Augusta Longbottom. 


- ¿Sigues usando la varita de tu padre? - le preguntó cuando el rubio se quedó sin más palabras para decirle. 


- Sí... bueno... - Alex ya había notado el curso pasado que Neville se ponía nervioso cada vez que alguno de sus padres era mencionado. Tenía curiosidad, pero prefería no insistir en el tema -. La abuela dice que es un honor tenerla, ya sabes, que tengo que hacerle "honor al nombre de Frank Longbottom". 


Se quedaron en silencio hasta llegar a su destino, donde la pelinegra tuvo que despedirse para cumplir con su ridículo castigo. 


Al salir se había topado con Cedric Diggory, el castaño Hufflepuff al que Alex le había estado enseñando guitarra. Él había propuesto formar una banda (dueto), así que la pelinegra trajo su batería con ella. La había encogido y desarmado para que cupiera en su mochila. 


- ¡Lex! Cuánto tiempo - comentó pasándole un brazo por los hombros -. ¿Tragiste la... bar... bal...?


- Batería. 


- ¡Eso! Exacto, ¿la trajiste? - cuestionó nuevamente mientras sonreía de lado. 


- Sí. Está en mi mochila. 


Luego de que Cedric se burlara del tamaño interno de su mochila (que tenía un hechizo de expansión indefinida), le contó algo de sus vacaciones. Resulta que su padre y madre lo llevaron a Bulgaria, donde no entendió una sola palabra. 


- Fueron las tres semanas más raras pero a la vez emocionantes de mi vida - comentó -. ¿Tú qué hiciste? - Ambos se dirigían a la sala común de Hufflepuff mientras charlaban, dejando que sus pies los guíen solos. 


- Nada interesante. El campamento es cómodo, pero fue tranquilo - ¡JA!


- Cierto que ibas al campamento ese en Estados Unidos... Pero... No tienes acento americano. ¿Por qué no tienes acento americano? - ya se acercaban cada vez más a la entrada de la sala común del castaño, a unos metros estaba el cuadro de las cocinas, muy cerca. 


- Lo tengo, supongo. Aunque no lo uso aquí, ¿por qué lo haría?


- ¿Estás en broma? ¡Todos creerían que eres una extranjera extravagante y futurista de Estados Unidos! Serías el chisme titular por un par de días, pero aún así suena interesante. 

Semidiosa y Bruja (PJO y HP) 2 LIBRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora