Capítulo 14 | Más... triste.

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Asher

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Asher.

Me detengo cuando el estornudo que mantuve se fue.

Abro mis ojos y observo el rostro de la chica. La iluminación del fondo del callejón se refleja en su rostro. Ladeo mi rostro cuando veo que sus ojos están cerrados y la comisura de sus labios están levemente levantados, esperando algo. Dejo estar inclinado hacía ella y quito los brazos de sus lados, los cuales caen a mis costados.

La chica sigue con los ojos cerrados.

—¿Por qué tienes los ojos cerrados? —pregunto y sus ojos se arrugan. Trato de evitar su mirada rascando mi nuca y observando hacia el fondo del callejón. Escucho el carraspeo de la chica.

—Yo...

—¿Nunca he te enseñaron a mantener promesas? —la miro.

—Pero yo no te lo prometí, exactamente... —habla con suavidad.

—Entonces no sabes mantener tú palabra —afirmo—. Cualquiera de las dos cosas, son graves.

—Es que yo...

—Lo más común que hace una persona cuando otra le pide un favor, es hacerlo. Sobretodo si está sacando provecho de algo —digo tratando de que mi irritabilidad de ver a los chicos no se refleje en mis palabras—. ¿Sientes curiosidad, no? —le pregunto ahora si dejando que se note mi enojo.

—¿De qué hablas? —pregunta confundida.

—Del por qué parece que cantar sea mi secreto más sucio. Por lo menos si no puedes ser leal a tú palabra, respóndeme con honestidad —articulo manteniendo mi postura y escondiendo mi mano en el bolsillo de mi pantalón.

—No —responde primero—. Bueno sí, no lo sé. Es solo que eres muy bueno... Y no sé, lo más común es que saques provecho a ellos —se encoge de hombros nuevamente cruzando sus brazos.

—Kendall. A veces las personas mantiene ideales y figuraciones diferentes a otras. Y lo que hiciste me dió entender algo diferente de lo que creí. Esperaba que no fueses una persona curiosa, odio ese tipo de persona que hace sentir a otras acechados. Que hayas hecho venir a los chicos hasta cuando claramente te dije que no le contaras a nadie, me da ha entender es que tenía otras intenciones...

—Yo no lo hice con mala intención... Lo juro...

—¿Cómo puedo saber eso? —pregunto a la defensiva—. En el momento que te confronte estabas a punto de crear una excusa, lo vi en tu rostro desde el momento que estaba encima del escenario y sabías que los había visto...

Se ve desesperada por explicar algo que de verdad no tengo energía en escuchar.

—Me enteré que hoy venía un productor a verte y yo quise...

—¡Asher! —gritan mi nombre a mis espaldas y me volteo hacia el chico. Él trota hacia donde estamos y al llegar mira a Kendall que ya no está tranquila recostada en la pared—. Amigo, te busca el productor... No te conseguía así que he venido a...

La generación del por qué ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora