¿En casa?

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¡Hola holaa! ¿Cómo están? Espero que muy bien.

Hoy les dejo un capítulo muy interesante sobre Ava, Aaron y Spencer.

Ojalá les guste mucho.

Los dejo con la historia.

Cambio y fuera.

Capítulo 5

¿En casa?

Los labios de Aaron aguantaban mas de cuatro Hot Cakes como si fuera su último día para poder comer.

— No seas bruto. —le susurré mientras aprovechaba que la anciana estaba de espaldas a nosotros cocinando mas comida.

Mis ojos pasaban del sirope al plato de Hot Cakes y a la anciana quién aún seguía algo desanimada.

— ¿Sabe?... —comenzó formulando Aaron cuando finalmente logró tragarse los Hot Cakes.— Usted me hace acordar a Spencer...

Y a mi.

— ¿No tenías hambre Aaron? Come. —tomé unos cuantos Hot Cakes hundiéndoselos de un solo bocado. Sabía que si comparaba a alguien conmigo no iba a ser algo bueno para resaltar.

La mujer se giró hacia nuestra dirección dejando otro plato de comida sobre la mesa blanca mientras ella se preparaba un té de manzanilla.

— ¿Por qué lo dices cariño?

Cerré mis ojos con fuerza implorando que por arte de magia se calle la boca y no me obligue a colgarlo de los cojones como lo amenacé en el auto.

— Pues... —Y ahí estaba señoras y señores. Aaron White cagándola por séptima vez en el día.— En vez de ver la muerte de su marido como una posibilidad... se pone triste.

Lo miré con ojos de ¿Qué coño acabas de decir?

Ella vertió el agua en su taza sentándose frente a nosotros.

— No termino de entender tu punto cariño Artie.

— En realidad se llama Aar... —Una mano llenó mi boca de Hot Cakes e instintivamente cerré mis ojos implorando paciencia por doceava vez.

— Mi punto es que la muerte no siempre es mala, nos da una oportunidad a todos... —por primera vez comenzaba a ver que Aaron decía algo coherente.— Quiero decir, que no tiene porque tomarse la muerte de su esposo como algo trágico. Si, puede ser que al inicio sintamos que nos falta algo, un cariño de esa persona, o queramos algo con ella, pero hay que pensar también en la felicidad de esta persona. Al parecer era su momento de descansar en paz.

La mujer había comenzado a llorar.

Bien hecho Einstein.

— ¿Dije algo malo? Lo... siento mucho.

Comenzó a sobarse la nariz con una servilleta mientras yo lo fulminaba con la mirada y acababa de tragar la comida la cual pasaba mi garganta.

— No Artie querido, al contrario. 

Mi expresión pasó de estar enfadada a una diciendo Pero ¿Qué mierda?

La mujer extendió sus brazos abiertos provocando que Aaron vaya a abrazarla y queden entrelazados.

Finalmente conquistó a su Suggar Mommy.

(...)

— ¡Arriba, arriba! —la voz de Aaron mientras su cuerpo rebotaba en la cama comenzaba a despertarme.

𝘿𝙖𝙧𝙠 𝙋𝙖𝙨𝙩𝙨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora