Pánico

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¡Nos encontramos otra vez mis queridos lectores!

Por acá su escritora actualizando el capítulo 8.

No tengo ningún anuncio importante que hacer así que mejor los dejo con la historia...

Cambio y fuera.


Capítulo 8

Pánico

El trayecto fue algo difícil de llevar con las personas a nuestro lado algo desagradables, pero finalmente llegamos al hospital donde se encontraba mi padre.

Jefferson Healthcare, centro médico, en el mismo maldito pueblo del cual me había escapado.

Ambos nos introducimos en el hospital tomados de la mano como dos idiotas que no saben caminar sin el otro, aun que era tierno.

Llegué a recepción, encontrando a un hombre administrando una laptop, para preguntar por mi padre.

— Hola, necesito saber la sala en la que se encuentra Windsor Adriano.

— Claro que si. ¿Familia? 

Asentí con una clara preocupación en mi rostro.

— ¿Qué eres de él?

¿Está bromeando? ¿Qué le importa?

Le dediqué mi mayor y mejor cara de ¿Eres idiota? mientras sentía como mis músculos se iban tensando poco a poco muy lentamente.

— Disculpe, necesito que me diga su sala, es rápido, necesito entrar a verlo ahora. Soy su hija.

Él asintió mientras sus dedos rápidos comenzaron a teclear en el ordenador unas palabras, dando finalmente con la sala de mi padre.

— Necesito que llene este formu...

— No me joda. —Me quejé finalmente colocando mis ojos en blanco—. Escúcheme una cosa: o me deja entrar, o me deja entrar, no hay otra opción. Mi padre está esperando a que vaya a visitarlo y usted me está atrasando con sus estupideces.

— Señorita no puede utilizar ese lenguaje, o la tendré que pedir que se retire.

—Pues me vale una reverenda mierda. —dije con una sonrisa sarcástica asomando mi cabeza en el ordenador.

En un movimiento rápido, la mano del hombre estuvo apunto de empujarme de no ser por el brazo de Aaron que lo detuvo.

— Yo que tu no hago eso. —le advirtió con mala cara negando con su cabeza.

Di con la sala de mi padre.

Sala dieciocho.

Comencé a correr hacia la habitación sintiendo los pasos del rubio a mis espaldas.

— ¡Por aquí! —gritó tomando de mi mano.

Al girarme observé como unos guardias nos perseguían a una gran velocidad mientras las personas nos miraban con cara de Están locos.

Seguí el impulso del rubio guiándome. ¿Cómo mierda conoce este hospital tan bien?

Giraba con mucha precisión hacia los pasillos como si tuviera idea de lo que estaba haciendo.

— Sala dieciocho. —dijo tirando de mi mano abriendo la puerta para que entre allí mientras él permanecía fuera en el pasillo y yo observaba como unos guardias se lo llevaban y otros dos seguían sus pasos hacia la sala donde me encontraba con mi padre. 

𝘿𝙖𝙧𝙠 𝙋𝙖𝙨𝙩𝙨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora