Inolvidables

Capítulo 12

La tensión en la sala era palpable.
Los ojos de las cazadoras miraban, juzgando duramente, a Spike, quien instintivamente levantó las manos.

-¿Qué está pasando aquí? -dijo la que estaba al frente, apuntándolos con su arco.

-Lo mismo podríamos preguntar nosotros. -masculló Spike, aún aturdido, sin recordar la conversación de la noche anterior.

-Pedisteis nuestra ayuda y aquí estamos.

-¿Qué hace él aquí? -inquirió una de la cazadoras señalando al vampiro.

-Está conmigo. -dijo Buffy poniéndose por delante del chico -Todo se ha solucionado. Lamento haberos hecho venir hasta aquí.
La situación anoche era crítica, pero finalmente se ha resuelto.

-¿No había muerto? -preguntó otra, volviendo a cambiar de tema.

Buffy tragó saliva, no quería explicarles todo lo ocurrido a aquellas personas que apenas conocía, pero sabía que tendría ganarse su confianza de alguna forma.

-Spike... Bueno, él...

-Yo lo reviví. -interrumpió de pronto Willow a sus espaldas. Buffy se giró sorprendida, pero no la contradijo -Invoqué a la Diosa Gea e hice un pacto con ella para que Spike recuperara su vida. Por eso ahora está aquí.

Las jóvenes parecían satisfechas con aquella respuesta, pero una de ellas intervino.

-Eso no tiene sentido. -todos se giraron en su dirección.
La chica de cabello negro y lacio avanzó hacia ellos.
-Si de verdad hubieras hecho un pacto con la Diosa Gea, Spike estaría realmente vivo, pero sigue siendo un vampiro. Estáis mintiendo.

El alivio momentáneo que Buffy había sentido se esfumó de pronto.

-Está bien. Ya vale. No somos enemigos, podéis dejar de apuntarnos con vuestras armas. -dijo avanzando lentamente hacia las chicas.

-Algo no va bien. -intervino nuevamente la cazadora, mirando a su alrededor -Lo noto.

Todas se pusieron en posición de ataque.
Buffy sabía a qué se debía, pero aunque ella siempre tratara de ir con la verdad, en esa ocasión prefería que no se supiera. Sospechaba que si las cazadoras llegaban a averiguarlo perdería cualquier apoyo que tuviera por su parte.

-Escuchadme, -comenzó de nuevo -todo va bien. Lo siento mucho, pero no puedo explicaros todo lo ocurrido. Es... -se giró hacia Spike unos instantes -complicado. Pero puedo aseguraros que lo hemos solucionado; que tanto Ángel como Glory ya no suponen una amenaza; y que podéis volver a la academia tranquilamente.
Solo os pido que confiéis en mí.

Las palabras de Buffy parecieron apaciguar a las chicas, que poco a poco fueron bajando sus armas.
Aunque su instinto les decía lo contrario, pensaron que no tenía sentido que se pusieran en contra de Buffy, dado que la veían como una superior, un ejemplo a seguir.

Desde la caída de Sunnydale, las nuevas cazadoras habían sido entrenadas en grupo, por una serie de vigilantes, que exclusivamente se dedicaban a ello. Residían todos en una academia, cuya localización era desconocida, de la que las chicas solo salían para acudir a misiones.

Giles no trabajaba con ellas, sin embargo mantenía contacto con los vigilantes del centro, lo que le había permitido enviar a las cazadoras en ayuda de Buffy.

Estas habían sido exhaustivamente preparadas, para cualquier clase de situación, tanto física como mentalmente. Y algunas de ellas incluso habían adquirido conocimientos en artes mágicas.

Giles conocía aquella información y sabía que seguramente tuvieran más formación de la que Buffy jamás había tenido, pero a pesar de ello notaba una gran falta de humanidad en aquellas jóvenes cazadoras.