Después de tomar el desayuno, Soobin recordó aquel asunto que le había traído algunos sentimientos encontrados, aunque para HueningKai no parecía pasar nada del otro mundo, porque asintió sin mayor problema mientras sus ojos permanecían posados en la mini consola entre sus manos.
─Tiene un agenda bastante ocupada así que decidimos encontrarnos para el almuerzo. Esta misma semana, nada importante ─siguió con la mayoría de su atención dedicada al videojuego que jugaba ─Aunque pensándolo bien él se quedó atrapado en el elevador por mí, ¡yo debí haberlo invitado a almorzar!
El peliazul se mantuvo callado, sin encontrar que sería adecuado contestar. Entonces HueningKai ganó su partida y tuvo un pequeño momento de felicidad, antes de dirigir su mirada hacia el mayor con una sonrisa en el rostro.
─¿No crees? Aunque no es como si pudiera contarle todo sobre la aplicación... Así que simplemente no diré nada y disfrutaré de la comida gratis ─el castaño comenzó a pensar en voz alta ─Sé que no será igual cuando lo conozca en persona. Aunque cuando hablo con él por mensajes no parece tan aterrador ─levantó los hombros, restándole importancia ─Tenías razón, no sé porque me dejé llevar por esos rumores.
Soobin asintió, observado a HueningKai regresando la mirada a su consola y perdiendo por completo la atención a su alrededor. Entonces sólo se fue a su habitación, porque aquel día era de descanso y no lo iba a desaprovechar.
Cuando estuvo en su cuarto, se dejó caer en la suave cama exhausto. No entendía que pasaba con él porque, en serio, estaba tan irritado que los suspiros molestos salían sin permiso de sus labios.
Se dio la vuelta sobre la cama con incomodidad, quedando boca abajo con el rostro enterrado en la almohada. Casi parecía que estaba sintiendo celos por HueningKai y no sólo eso, también se sentía traicionado.
Había pasado una semana entera sin recibir instrucciones de la aplicación y ya que ésta nunca había sido tan silenciosa, comenzó a creer que realmente buscaba emparejar a HueningKai con Yeonjun.
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─¡Soobin rápido! ¡Ya vamos tarde! ─dijo HueningKai, gritando desde el garage de la casa mientras movía su pierna con impaciencia. Entonces escuchó los pasos detrás de él y pudo suspirar tranquilo sabiendo que el peliazul ya estaba ahí ─Por fin, dame las llaves para sacar el... ─giró sobre sus talones, quedándose mudo algunos segundos cuando vio a Soobin luciendo tan perfecto como la celebridad que era ─...auto.
El más alto le dedicó una sonrisa, agitando su mano de lado a lado hacia el castaño que seguía mirándole con sorpresa y un poco de incredulidad.
─¿Por qué tienes listo el cabello y maquillaje? ─preguntó el más bajo, olvidándose por unos segundos de la hora que era ─Sabes que prepararán todo eso cuando llegues ¿no? ¿Desde cuándo tienes energía para arreglarte? Siempre usas una gorra porque dices que estás cansado...
