Podía ver como Soobin soltaba golpes sin temblar ni un poco, había noqueado a aquel chico sin ningún esfuerzo.
Tan pronto como terminó, Choi giró encontrándose con Huening.
─¿Qué haces ahí? ─el peliazul comenzó a caminar hacia su dirección, poniéndolo nervioso y haciéndolo caer al suelo ─Oye... ¿Viste eso?
El más bajo temblaba de temor, jadeando cuando el contrario estuvo demasiado cerca.
─¡N-no me toques! ─le gritó cuando vio sus intenciones de ponerle una mano encima ─¡N-no te a-acerques! ¡N-no...! ─la mano de Soobin estaba tan cerca...
─¡No! ─se despertó exaltado, el sudor frío aperlaba su frente. Tan pronto se dio cuenta que fue solo un sueño pudo respirar tranquilo.
Aunque sólo fue un sueño era tan extraño... ¿Por qué demonios había soñado con Soobin?
Dejó de tomarle importancia al tema, notando después la cantidad de sol que entraba por la ventana, parecía ser un día agradable... es cierto ¡hoy tendría su entrevista de trabajo!
Solo tendría que darse una ducha y arreglar algunas cosas para poder salir, aunque era extraña la cantidad de luz que entraba por la ventana... Y tampoco había sonado su alarma...
Encontró su móvil perdido entre las sábanas y sin tardarse más oprimió el botón de encendido, sin embargo, la pantalla se quedó apagada. Lo presionó otras cinco veces sin obtener un resultado alentador.
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─¡Esto no puede estar pasando! ─Kai sollozó con mayor insistencia una vez que había bajado al living en busca de consolación de parte de su compañero ─¡¿Cuándo mi teléfono se apagó de la nada?! ¡¿Y cómo puede ser más de medio día?! ─lanzó un par de cojines al suelo en medio de su berrinche, quizás estaba siendo muy dramático.
─¿No crees que estás exagerando?
─Sin tan sólo mi alarma hubiera sonado a tiempo ¡¿cómo puede ser tan miserable mi vida?! ─dijo abrazando melancólicamente uno de los cojines que no lanzó.
─Huening ─Soobin le entregó un poco de té, sabía que al más bajo le ayudaba a calmarse ─Anímate ¿quieres?
─Pero no puedo... ─el castaño tomó la taza entre sus manos, manteniendo un pucherito en sus labios ─Esto es horrible.
─¿Qué le ocurrió a tu teléfono? ¿No prende? ─preguntó el peliazul sentándose a su lado en el amplio sofá, viendo al contrario asentir.
