XXVI

3.3K 268 104
                                    

Los sonidos húmedos eran continuos, HueningKai estaba sobre el regazo de Soobin mientras se comían la boca, literalmente. Había salido de la ducha con una jodida erección, así que se sentía desesperado por el toque del mayor.

El peliazul ni siquiera sabía cómo había aceptado, pero al diablo, su mente se nubló cuando HueningKai se separó y metió su mano debajo de su pantalón y ropa interior ─que se había colocado de nuevo mientras el más bajo estaba en el baño─ para comenzar a masturbarlo.

Soobin echó un poco hacia atrás su cabeza, deleitandose con el toque que esos finos y cálidos dedos le podían dar. Sentía que podría correrse solo con la imagen del lindo chico sobre él, con esa tersa e inmaculada piel que tanto le encanta besar, su cabello aún un tanto húmedo, su pecho subiendo y bajando irregularmente por culpa de su respiración, los botoncitos rosados que se hallaban ahí y la notable erección entre sus piernas. Todo era perfecto y malditamente caliente en ese chico.

Con el rostro sonrojado, HueningKai se acercó lo suficiente para que su miembro chocara con el de Soobin y con ambas manos rodeó ambos para comenzar a masturbarlos al mismo tiempo. Sintió que más preseminal se escapaba de la punta de su miembro ¿y cómo no? Si casi llega al orgasmo cuando Choi colocó sus manos en su cintura, estrechandola con cierta fuerza y ayudando a que no perdiera el equilibrio.

Los temblorosos gemidos cada vez más altos de HueningKai se mezclaban con el sonidos de los repetidos movimientos que llevaba a cabo con sus manos, sus ojitos se cerraban vencidos por todas las sensaciones y su estómago comenzando a contraerse mientras sus caderas se balanceaban a penas un poco, para chocar con los movimientos de sus manos.

El nombre de Soobin se escapó de sus labios en forma de un gemido roto, mientras una de sus manos abandonaba las erecciones para apoyarse en el pecho del peliazul, sintiendo que perdía por completo el equilibrio. No se había corrido, pero casi llegó y eso tenía a su cuerpo temblando con insistencia sobre el del mayor.

Las maldiciones susurradas que soltaba HueningKai en medio de profundas respiraciones, llegaban hasta los oídos de Soobin, que también se sentía agitado pero no tanto como el castaño.

Las manos del mayor aún sobre la cintura del otro, le hicieron fácil el trabajo de quitarse a HueningKai de encima y ponerlo boca abajo sobre la cama, mientras el se colocaba detrás.

─¿En qué momento te dí permiso para que estuvieras arriba? ─murmuró, mientras su mano se paseaba por la espalda de HueningKai y en cierto punto presionaba contra ella, para pegar el pecho de éste aun más contra la cama ─Tu lugar es aquí.

El castaño no hizo más que sonrojarse, apretando los labios porque sería muy vergonzoso gemir únicamente por algunas palabras. Sus párpados se cerraron cuando las enormes manos de Soobin se pasearon sobre la piel de su trasero, acariciando la sensible zona y provocado que esta se erizara.

─Te preparaste para mí en el baño de nuevo ¿verdad? ─preguntó, pasando su dedo sobre la entrada del menor y sonrió cuando escuchó aquel chillido avergonzado que sonaba más como una respuesta afirmativa ─¿Y cuántos dedos metiste?

─Soobin... ─llamó el nombre del contrario con tono de queja, pero éste no cedió y siguió esperando pacientemente su respuesta. HueningKai ocultó el rostro en la almohada frente a él y habló ─F-fueron tres.

─Así que tres dedos... ¿Eyaculaste? ─siguió haciendo preguntas mientras el tono burlesco seguía colandose en su voz y sus dedos jugueteaban a penas un poco con la entrada del contrario.

─¡No lo hice...! ─dijo, girando un poco para mirar a Soobin ─Sabes... Sabes que nunca puedo hacerlo solo...

─¿No puedes solo? ─repitió como interrogante, mientras el primero de sus largos dedos comenzaba a abrirse camino en el interior de HueningKai y éste se contraía, mordiéndose el labio ante la pequeña intromisión.

dirty vibration ↯ sookaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora