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Su primer beso fue como un bals de tres tiempos, con los amantes bailando al ritmo de sus latidos, pero pisándose los pies.
Sus bocas torpemente se unían en el primer tiempo; en el segundo tiempo decidieron abrir sus labios para dejar pasar al otro chocando sus dientes, pero no les importó; en el último tiempo decidieron jugar con sus lenguas, cosa que tampoco resultó como esperaban.
Pero ellos eran felices, era el mejor beso que iban a dar en su vida. Lleno de amor, calidez e inocencia, con la persona que más amaban en el mundo.

-Me encantas Gon.

-Tú me encantas más.

Se recostaron en el tronco de un árbol y se acurrucaron a dormir, felices cómo nunca.

Al día siguiente siguieron practicando el arte de besarse. Ellos eran unos jóvenes persistentes y perseverantes, que con entrenamiento iban a lograr ser los mejores besadores que han pisado el planeta. Tocaban sus labios con delicadeza, luego con pasión, terminando en besos tiernos.

-Gon, deberíamos romper el récord del beso más largo. ¿Qué dices?

-¿Hay un récord de eso?

-No lo sé, pero intentémoslo.

El moreno se recostó sobre el otro y comenzó besarlo suavamente. Sus besos cada vez eran de mejor calidad, la práctica los había mejorado mucho.

Sintió como unas manos se posaban suavemente sobre sus glúteos y sonrió. Disfruataba que Killua lo tocara, su cuerpo le pertenecía completamente.
El juego entre sus lenguas se convirtió en una batalla y ellos eran bastante competitivos. Se avergonzaron de sobre manera cuando sintieron algo duro entre sus piernas y se separaron.

-Disculpame Gon.

-Disculpame tú Killua.

Se miraron con amor y siguieron besándose, aunque esta vez con más ternura y el albino en la parte de arriba.
Comenzó a depositar tiernos besos en el cuello del moreno, haciendo a este temblar.

-Leorio, vamos a ver a los chicos. Estoy preocupado.

-Kurapika, no podemos ocupar acompañar. Qué pasa si estan cogiendo.

Alluka se tapó los oídos y comenzó a reír.

-Eres un estúpido Leorio. ---El rubio estaba rojo otra vez, últimamente su cara permanecía más de ese color que sus ojos---

-Sabes que digo todo lo que pienso, no es mi culpa.

Terminaron haciéndole caso al perteneciente de la tribu y ocuparon acompañar para ir con Gon y Killua. La imagen que verían los traumaría de por vida.

Los jóvenes estaban solo con ropa interior, frotando desesperadamente sus cuerpos mientras mordían la piel del otro. Leorio tapó rapidamente los ojos de Alluka.

-Te dije que estaban cogiendo Kurapika.

El de pendientes sacó cartas de su carpeta y se las dió a Leorio, estaba seguro que iba a ganar la apuesta. Pero parece que las hormonas de sus amiguitos eran más fuertes.

Los chicos se sorprendieron y se separaron avergonzados. Se vistieron lo más rápido que pudieron.

-¿Qué hacen aquí idiotas? Ya iba a empezar lo divertido.

-¡Killua!--- Gon estaba demasiado avergonzado, nunca imaginó que pasaría por algo así.

-Estoy tan caliente... Gon, vamos a la cabaña. Así estos idiotas no nos interrumpen.

Se me olvidaba que dices todo lo que piensas... Ahora qué hago.

Tomó a Gon de la mano y lo arrastró hasta que vio a su hermanita escondida tras Leorio, su cara cambio a una de terror.

Sin censurasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora