Cap. 12

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Cancion:Eminem, Rihanna - The Pursuit of Happyness


Erika
Al ocupar mi lugar en mi escritorio suelto un suspiro de alivio. No me crucé con mi vecino-jefe y ya es un paso importante. Aunque no puedo evitarlo para siempre, por ahora lo haré.

Ayer me dejó en las nubes su beso y me reprendí a mi misma por haber respondido. Mis pezones se llevaron una regañada por responder a su tacto y mis hormonas se enojaron conmigo por haberlas dejado con las ganas. Que se jodan esas malditas, ellas siempre se revolucionan en el peor momento y cuando no deben, que reciban su merecido.

Quizás si Jensen no fuera tan arrogante, tal vez si no fuera mi jefe, podría dejarme seducir. Las cosas no son así. Se muestra tan engreído que quiero golpearlo, además de besarlo.

El rubio no estuvo mal en la cama, no sabía hacer sexo oral, pero su pene tenía un buen tamaño y sabía usarlo. No me disgustaría recibir su llamada para vernos de nuevo, así como tampoco me molestaría si no llama. En otras palabras, me da igual. Si me molestó que Jensen golpeara mi puerta y me dijera que no iba a llamar. Dude, y sigo dudando, de sus palabras, tal vez lo dijo para molestarme. No es como si los hombres hablaran mucho entre sí y estoy segura de que Jensen lo considera competencia, pues el rubio llegó más lejos que él. Lo supe apenas me saludó ayer por la mañana. Puede que solo se haya sentido molesto por haber tenido sexo en la habitación de al lado. Como sea, si escuchó, genial, le he devuelto el golpe.

La voz de Marco me saca de mis pensamientos, giro la cabeza, encontrándolo de pie en la puerta de su oficina con el celular pegado a su oreja. Me hace señas que me acerque. Me coloco de pie y me dirijo a su oficina. Al entrar, cierro la puerta y tomo asiento frente al escritorio y espero a que termine su llamada.

No sé con quién está hablando, pero puedo detectar, por la vena hinchada en su cuello, que no es una conversación agradable.

Lo observo con atención, es un hombre alto y delgado, de cabello negro muy corto, siempre viste de traje sin corbata. Una de mis compañeras me dijo que odia las corbatas y las usa en ocasiones especiales. Una pena, luciría más elegante con ella.

También es una lástima que sea mi jefe porque podría tirarle onda. Osea, Collins es el gran jefe, es el dueño de la empresa. Marco es el encargado de mi sector, por lo que yo le rindo cuentas a él y luego él a Collins. Un arreglo que me viene en este momento.

– Te llamo pronto. Debo colgar. Adiós — deja el teléfono sobre su escritorio—. Disculpa por la espera. Era un potencial cliente, uno bastante quisquilloso y no paraba de hablar.

-Está bien, no pasa nada. —sonrío.

-Te preguntarás para que te llame —se sienta detrás del escritorio, frente a mí. Asiento 

— Hay un nuevo cliente, uno importante al que queremos convencer de que contrate a la empresa para que se ocupe de todas sus campañas de publicidad. Es un estudio de arquitectura grande e importante de Miami, que quiere expandir sus proyectos, por lo que necesitan servicio de marketing y publicidad. Ellos trabajaban con una empresa local de Miami, pero dado a la expansión busca una agencia más de grande, una de mayor prestigio

-Entiendo, lo que no comprendo es ¿qué tengo que ver yo en eso? —sonríe, abandona su lugar y apoya el trasero sobre su escritorio.

-La reunión es mañana, el mismo día que la presentación de una campaña en la que estamos trabajando en New York.

- Industrias Amex.

-Esa misma, por lo que yo debo viajar para allá y Alicia viene conmigo, ya que es la persona que ha estado llevando esta campaña. Luna se encuentra de licencia y Amanda debe quedarse aquí por cualquier inconveniente. Jensen... el señor Collins necesita a alguien de nuestra área para darle apoyo. El sabe de publicidad y marketing, pero su especialidad es la administración y las negociaciones...

-¿Quieres que viaje con él?

-Exacto. Iba a enviar a Amanda con él y a dejarte a ti para que te ocuparas de los pendientes de aquí...

-Lógico. Amanda lleva cinco años en la empresa.

-Exacto y usted apenas dos semanas, por lo que todavía no conoce muchas de las cuentas, ni todos los movimientos. Sin embargo, sabe cómo vender y ofrecer nuestros servicios, así que va a acompañar al señor Collins a Miami.

Si vieran mi cara ahora verían que mis ojos están a punto de salir de órbitas.

Yo haciendo mi mejor esfuerzo para evitarlo y ahora ¿debo hacer un viaje con él? No me extrañaría que él lo haya hecho al propósito.

-No puedo decir que no. ¿Verdad?

-Me temo que no, ya que en el contrato que firmaste se aclara que debes estar disponible para viajar –asiento, Será un viaje de ida y vuelta en el día. El avión privado sale mañana a primera hora, la reunión es a la hora del almuerzo y luego regresan.

Bueno, puedo pasar unas horas con él. No es como si fuéramos a estar solos. Puedo ignorarlo cuando estemos solos.

-De acuerdo. -Marcos sonríe.

-Bien, sube a la oficina del señor Collins para que te dé los detalles. Yo debo salir corriendo a una reunión. -levanto una ceja con la idea de replicar. No tengo tiempo.

Marcos prácticamente me echa de su oficina y le dice a su secretaria que saldrá y reprograme algunas de sus citas.

Yo por mi parte dudo en ir a la oficina de Collins. No quiero verlo y chocarme con su arrogancia. Entonces debo comprender que es mi jefe y mientras lo trate como tal, todo estará bien.

No lo creo capaz de haber hecho esto al propósito.

Hasta que seas mia (Saga Hasta Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora