Cap. 8

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Cancion: David Guetta - Play Hard ft. Ne-Yo, Akon


Jensen
-Pues es una idea tentadora porque tiene un buen culo, pero no me interesa ahora. Lo que quiero es que baje la música para que pueda descansar. Se escucha en todo el edificio.

 -¿Y usted quién es para decirme lo que tengo que hacer?

-Su jefe. —ella suelta una carcajada.

-Mi horario es de nueve de la mañana a las cinco de la tarde, en ese tiempo es mi jefe, fuera de la oficina y de mi horario laboral no es más que un hombre medio desnudo que se está quejando frente a mi puerta-paso la mano por la frente al sentir que el dolor de cabeza se intensifica.

-Resulta que soy su vecino, si es que usted vive aquí, y me duele la cabeza y no puedo dormir con esa música tan alta. Retumban mis paredes.

-Mala suerte, no es mi problema. Póngase tapones. —se cruza de brazos, logrando que sus pechos se suban un poco.

¿Qué tiene está mujer? Ahora mismo quiero besarla contra la pared y tener sexo en el piso, al mismo tiempo quiero tomarla por el cuello y ahorcarla. Su lengua afilada me gustaba el viernes, ahora no tanto

-Aunque no estemos en horario laboral, puedo hacer que se quede sin trabajo.

-¿Me va a amenazar con eso? Si usted me echa sin justa causa tenga por seguro lo voy a denunciar al ministerio de trabajo y me voy a encargar de salir a los medios de comunicación a decir que echó a una empleada porque le dijo que no. Vamos a ver como se lo toman.

Suelto un bufido de frustración y cierro los puños

-No decías que no el viernes a la noche cuando mi pene te estaba dando placer — sonrío al ver que su cuerpo se tensa, aprovecho para acercarme un poco más-. El viernes me rogabas que me moviera dentro de ti

Erika parece a punto de echar fuego por los ojos. Creo que no le ha gustado que le digan la verdad

-Usted... -me señala con el dedo- ¿Es el hombre con el que tuve sexo?

—¿Me vas a mentir y decirme que no me reconociste?

-Pues la verdad es que no, estaba bastante pasada de copas y el lugar estaba un poco oscuro. La habitación me daba vueltas y déjeme decirle algo, cariño -acerca su boca a la mía-, no es inolvidable. He estado con mejores

Suelto una carcajada y niego con la cabeza.

-Te gusta automentirte ¿No?

-Oh por favor, asuma que para mí es un tipo más con el que tuve un revolcón en una fiesta. Si hubiera sido tan memorable hubiera aceptado irme con usted cuando lo ofreció y no lo hice. ¿Recuerda? Ahora ya sabe por qué me da un leve empujón, Bien, ahora que está todo aclarado, puede quejarse con los dueños del edificio sobre la música alta. Hasta mañana, vecino. —dicho eso cierra la puerta en mi cara.

¿Qué acaba de pasar?

Te han cerrado la puerta en la cara, idiota -me dice mi subconsciente

Levanto la mano para volver a golpear y detengo la mano a mitad de camino, es una pérdida de tiempo, no va a abrirme. Bien, mañana me quejaré.

Doy la vuelta y regreso a mi departamento. Tendría que haberle hecho caso a mi padre cuando me sugirió comprar una casa. No necesitaba que fuera una casa con jardín grande y podía pagarle a alguien que se hiciera cargo de él y de la piscina. Ahora me doy cuenta de que quizás podría evaluar la idea.

Lo peor de todo que la mujer que más deseé en mi vida es mi empleada y mi vecina. Eso definitivamente es mala suerte.

Desear a una mujer que está cerca y no puedes tener es complicado. Sin embargo, ella dijo que en la oficina soy su jefe, fuera de esta soy su vecino nada más. Tal vez, como vecino, pueda seducirla y meterla en mi cama, convencerla de que solo ofrezco sexo.

Si ella es tan profesional como dice ser, no tiene por qué suceder nada. En la oficina cada quien estaría en su puesto, apenas nos cruzaríamos y fuera de esta puedo disfrutar de su cuerpo.

Me pueden considerar arrogante, si bien no me creo eso que no me desea o que no la pasó bien conmigo. Conozco a las mujeres y cuando una mujer no la pasa bien, no te ruega que se lo hagas más rápido, simplemente finge acabar, sin importar si tú acabaste o no, y luego se va.

Erika me desea y estoy seguro de que el problema es que soy su jefe. Yo me voy a encargar de demostrarle que eso no es un impedimento si mantenemos las cosas profesionales en la empresa y el sexo fuera de ella. Voy a hacer que me ruegue que la penetre y me encargaré de que grite mi nombre.

Jensen Collins no acepta un no por respuesta de una mujer, menos de una que ya dijo que si una vez.

Hasta que seas mia (Saga Hasta Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora