Prólogo

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Luego de cometer el gran error de confiar en "las buenas intenciones" de una persona que aún no conocían, Tom se encontraba de camino a una fiesta que su superior le había ordenado.

No iba a fiestas para divertirse, la realidad estaba lejos de eso, ese era su trabajo y casi una obligación. Una obligación de la cual no estaba muy orgulloso pero dejaba muy buen dinero.

A sus 25 años de edad se encontraba parado fingiendo ser parte de la fiesta junto a su compañero, Marcus, ambos observando a sus alrededores hasta encontrar lo que ellos llamaban "Carnada".

La "carnada" eran sus clientes, por qué sí, estaban allí no para divertirse, si no para ayudar a los demás a hacerlo. Estaban allí vendiendo drogas.

Dentro de sus sustancias más pedidas, el éxtasis, era la más destacable y más consumida en el casi 70% de los adolescentes y adultos jóvenes que se encontraban en cada fiesta que iban.

Marcus: Allí está -Señala con su cabeza inhalando el humo de su cigarro-

Tom: ¿Y ella? -Pregunto observandola para luego quitar su mirada para entregar una pequeña bolsa con dos pastillas a los jóvenes que estaban a su lado mientras recibía el dinero discretamente- Que lo disfruten..

Marcus: Según Bill, es la dueña de la casa, hoy es su cumpleaños -Explica- Y parece ser que quiere divertirse aún más -Sonrie-

Tom: ¿Nombre?

Marcus: Sydney si no me equivoco

Tom: ¿Yo debo darle su regalo?

Marcus: La ves pasada fui yo, te toca -Alza una ceja largando el humo de su boca- Es rica, tiene dinero, podríamos sacar provecho de eso, dale el mejor sexo de su vida y tal vez te siga invitando a sus fiestas y nos recomiende con gente de su mismo nivel económico

Tom sonríe rascando su nariz, le deja algunas bolsas con sustancias a Marcus para que siga con el negoció mientras se acercaba a aquella rubia de ojos claros. Luego de una gran charla y varios coqueteos, ambos llegaron a la puerta de su habitación con unos cuantos besos calientes de por medio.

Pero no era ella quien iba a tener el privilegio de enloquecerlo esa noche.

- ¡Sydney!

Otra chica con un corto y destacable vestido rojo se acerca a ellos con una expresión de suma preocupación en su rostro tomándola del brazo

- Lo siento pero es importante, luego te follas a mi prima si quieres -Dice mirando a Tom por un instante para volver a ver a Sydney-

Sydney: ¿Que pasa?

- Están rompiendo todos los adornos y recuerdos de los viajes de tu madre, ve a hacer algo antes de que te maten

Sydney: ¡Mierda!

Sydney sale casi corriendo de allí mientras que Tom queda desconcertado observando la situación, la desconocida que interrumpió su momento voltea a verlo una vez más

- Lo siento, era importante, sus padres enloqueceran

Tom: Si, lo entiendo

Ambos quedaron unos segundos observandose hasta que el silencio se volvió incómodo. Pero Tom, a quien no le costaba demasiado obsesionarse, comenzó a observarla más detenidamente.

Tom: ¿Eres prima de ella? -Pregunto curioso- ¿De Sydney?

- Si -Sonríe asintiendo con su cabeza-

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