Bill, Marcus y yo estábamos parados observando como Colin arrasaba con toda la comida que se le ponía delante. Ese chico no masticaba, tragaba directamente. A su lado, Giselle escuchándolo hablar de su vida como si fuese su madre.
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Bill: Primero un gato y ahora un niño —Murmura— Sería lindo que dejen de traer gente y animales como si de una guardería se tratase.
Marcus: Nos vacío la puta heladera en menos de dos horas cuando llego sin contar que durmió conmigo y roncaba como un chancho asqueroso
Bill: ¿Durmió contigo? Que raro que no durmió con Tom, o más bien, ¿Por qué no lo hicieron dormir en el sillón?
Tom: Tenía miedo..
Marcus: Aparte ¿Quién carajos puede dormir con Tom? —Bill ríe— Tom duerme de forma decente cuando está con su chica nomás, porque si duerme con otra persona parece que está bailando limbo en la cama el hijo de puta
Tom: Que cara duro eres —Entrecierra sus ojos— Y tú hablas dormido como un traumado de mierda, bueno en realidad lo eres —Marcus lo mira riendo de este—
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Tom: Gracias por aceptarlo Bill, es buen chico
Bill: Jamás dije que lo acepte, no puedo aceptar a un menor de edad en este trabajo Thomas.
Colin: Tranquilo señor, no es explotación infantil —Responde desde la otra punta con su boca llena de comida— Yo quiero hacerlo
Tom: Lo adoro.. —Susurre sonríendo—
Bill: Se puede quedar a comer pero no va a vender sustancias —Afirma. Pepino se sube encima de él y este comienza a hablarle como si de un bebé se tratase para luego acariciarlo— Es mi última palabra Thomas
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