You And Me -Mitake- One-shots

Por ser su pareja

Nota: Takemichi ha notado que todos lo tratan demasiado bien... Tanto que ya está hartó.

Datos: Pareja ya establecida, menores de edad, todos vivos.

______________________________________

Takemichi no se había dado cuenta de las señales hasta tiempo después.

Recuerda muy bien la primera vez que lo trataron así.

Fue unos días después de que él y Manjiro comenzarán a ser novios formales y de qué Mikey se encargará de decirle su relación a todos cuando -por imbecil posesivo- lo besó enfrente de una reunión de ToMan.

¿Bastante claro el mensaje que dió a entender, no?

Takemichi obviamente quiso enojarse con él mayor, pero al ver los ojitos de Mikey y su: “Te ví y quise hacerlo, no te enojes Takemitchy” olvidó su enojo. A veces Takemichi odiaba ceder ante Mikey tan fácilmente.

El caso es, que mientras se dirigía a una reunión de ToMan, choco accidentalmente con unos chicos de la misma pandilla.

Los chicos se giraron enfadados pero al ver que era Takemichi, se disculparon repetidamente y salieron corriendo.

Takemichi sabía que estaba mal al sentirse bien por causar temor por él mismo -según lo que pensó en ese momento-.

Pero de repente eso le comenzó a molestar. Era totalmente incómodo que cualquier error que cometiera los demás lo ignoraran y se hicieran los ciegos repentinamente.

En parte no era tan malo, pero diversas situaciones le estaban desconcertando.

En una ocasión, por un tropiezo suyo había caído sobre un chico y empapó la sudadera del mismo con soda. Obviamente él se alzó y se disculpo repetidamente por la metida de pata.

¿Qué fue lo que recibió? Un: “Fue mi culpa, no me fijé por dónde iba”, Takemichi enloqueció con eso porque claramente él había cometido el error.

O la vez en el que estaba con Angry, conversando sobre cualquier cosa y de repente soltó al aire que quería un pastel de chocolate.

No pasaron más de diez minutos cuando un chico de la ToMan le trajo una rebanada de pastel de chocolate.

Siempre era lo mismo, alguna cosa que comentará que querría tener -y que se pudiera comprar- y, que los demás oyeran, se lo traían -menos los capitanes, subcapitanes y conocidos cercanos a él-.

Reiteró, ¿Le gustó al principio al ojiazul? Pues si, bastante, pero después comenzó a molestarse de que todos lo tratarán como algo indispensable.

Poco a poco la idea de que hicieran eso por él se fue de su mente.

Está era una de esas ocasiones en la que había estacionado mal su motocicleta y, por consecuente, estorbaba el paso, quitando espacio para que los demás se estacionarán.

Cuando fue a disculparse, de nuevo simplemente le dijeron que era culpa de ellos por no buscar más lugares, algo ilógico.

Takemichi ya estaba hasta la verga de ser tratado de esa manera, aceptandole todo y negandole nada, para una persona como él era muy frustrante.

Suspiró mientras se recargaba en las escaleras del templo, a lo lejos miró a Inui -se llevaban muy bien- y a Koko.

Se acercó a Inui, quién se encontraba de pie al lado de Koko. Inupi al verlo le saludo rápidamente y se acercó a Takemichi, dejando al pelinegro en su depresión por ser separado.