Ojitos azules

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Nota: Porque las bodas en el rancho, son lo máximo.

Datos: Es un AU mexicano, se usa modismos, todos son mayores y viven, mención de Kazufuyu y Mitsukkai.
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Sano Sánchez de la Cruz Manjiro, era el nombre de aquel cultivador de frutas y verduras más maduras de la zona del “Naranjo”, un pueblo al norte de Sinaloa.

Según los rumores, el güero andaba todo embabosado por Hanagaki Mercedes López de Santana Takemichi, un pelinegro de ojos azules, dueño de una pequeña granja de puerquitos y algunos caballos.

Allí andaban repartiendo el rumor de que el gran Mikey -apodo que se puso el muchacho pa' sentirse más gringo- quería proponerle sagrado matrimonio a Takemichi.

-. ¡No te comportes como un huerco, Mikey! Tas viendo que apenas lleva unos meses de conocerte y ni siquiera son novios.- Ken Ríos Suárez de la Condesa Ryuguji, apodado “El Draken” le reclamaba a su amigo.

-. Chingaderas, ese hombre tendrá mi apellido Draken, ¡Grábate esto, compadre!.- Mikey acomodó su sombrero.

-. Ta' bien pues, date de sopes tu solito.- Draken dijo, fastidiado.

-. Ya, no estés de mamón, te invito un pulque.- Mikey sonrió.

-. Ya dijiste, amonos pues.- Draken sonrió.

Los dos muchachos fueron con un señor que preparaba pulque de diferentes sabores.

En otro lado, más precisamente en la carnicería del pueblo, dos jóvenes muchachos hablaban animadamente.

-. Eres pero si bien egoísta, Takemichi, dame un poco de manteca pa' mi comida de hoy, caray.- Matsuno Flores Martínez Reyes Chifuyu, maestro de la escuela local, le pedía su amigó.

-. Ay ¿Cómo vergas te daré manteca si daré toda para el festival?.- Takemichi acomodó su camisa a cuadros.

-. ¿Ya ves? Que codo eres, pero vas a ver, hay un Dios Takemichi, hay un Dios.- Chifuyu señaló el cielo.

-. Deberías dejar de ser tan así, te dará el patatus si sigues de exagerado.- Takemichi se burló, mientras metía chuletas en su bolsa tejida.

-. ¿Exagerado?, ¿Yo? Vete a ver al loquero, yo no soy un dramático ni na'.- Chifuyu negó con la cabeza.

-. Mírate, pero bien quietesito y ahí me dices que ves, cabrón.- Takemichi rió.

Los dos siguieron su camino hacia la casa de Tachibana Ramírez Juárez Hinata, una castaña, chula y bonita, encargada de la oficina de correos.

Ahí iban el par cuando se toparon con Draken y Mikey.

-. Que milagro que te dejas ver, Takemitchy.- Mikey quitó su sombrero y lo agitó suavemente en el aire.

-. Don Mikey, también me da un gustaso verlo.- Takemichi también se quitó el sombrero-. ¡Oh, Don Draken, que gusto verlo!.

-. ¿Qué tal, Takemitchy? ¿Cómo andan tus puerquitos?.- Draken alzó la ceja, intrigado.

-. Andan bien achicopalados, yo creo que ya saben que algunos, pos, se van a ir al cielo.- Takemichi rascó su mejilla.

-. Chale, pobres puerquitos, ¿Comen hasta quedar panzones?.- Mikey fue el que habló.

-. Demasiado, ya se tragaron un buen de comida que yo tenía contemplado que durará hasta el próximo mes, ahora solo me quedan dos costales, caray.- Takemichi arrugó su sombrero con pena.

-. Pero está bien que coman así, estarán sabrosos para la carne asada del festival.- Chifuyu babeaba por la comida.

-. Ah, eso sí, no me acordaba que tus cerditos serían comida para el festival de pasado mañana.- Mikey se acercó un poco más.

You And Me -Mitake- One-shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora