Capítulo cuatro.

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Llegué a la fiesta. Segura de mi misma.
Para esta ocasión escogí un vestido en tonos rosados y morados y ondulé mi cabello, pues tenía que verme guapa para que Polo hablara conmigo y me perdonara.

Me acerqué a la barra y pedí una copa de champaña, la cual me bebí en un segundo. Busqué con la mirada a Polo, hasta que afortunadamente lo encontré. Al lado de Guzmán, bebiendo y conversando. Entonces decidí emprender rumbo hacia allá y conversar las cosas tranquilamente.

-Hola chicos-dije intentando unirme al grupo.

-¡Carla, qué guapa te ves!-dijo Guzmán saludándome de abrazo.

-Gracias-dije dando una sonrisa sutil.

-Iré por otra cerveza, ¿quieren?-pregunta atentamente.

-No, gracias Guz-le dice amablemente Polo.

-Muchas gracias, pero recién bebí-le dije a Guzmán.

Se retiró sonriente y alegrado. A él le encantan las fiestas. Definitivamente le levantan el humor y lo hace sentir eufórico. El problema comienza empieza cuando se pone a beber de más y se pone un tanto violento.

-Polo, necesito que hablemos-dije sin pensarlo dos veces.

-Carla, me agoté de tus mierdas. Ya me cansé. Me cansé de que juegues con el resto-dijo apretando su puño.

-¿Yo jugando con el resto?-pregunté alzando una ceja.

-Y además los tratas mal-continuó.

-¡Literalmente fuiste tú quien le dijo "Vagabundo" a Samuel!-me defendí.

-¿Con que ahora es Samuel? Da igual, ya no quiero tener que aguantarte más-dijo yéndose de donde estábamos conversando.

Lo seguí con la mirada, mientras tenía mi rostro serio, procesando todo lo que había pasado. ¿No quería aguantarme más? ¿A qué se refería? Me asusté con tan solo pensar en que me quería cortar, pero me tranquilicé al pensar en el tiempo en que llevábamos juntos y en todo lo que habíamos pasado.

Me fui nuevamente a la barra y tras beber seis copas de champaña, comencé a notar que todo a mi alrededor se movía

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Me fui nuevamente a la barra y tras beber seis copas de champaña, comencé a notar que todo a mi alrededor se movía. La música se sentía más fuerte, se movía todo el piso y no veía claramente. Decidí emborracharme hasta no dar más. Fue allí en donde decidí llamar a mi chofer para que me lleve a casa. Me sentía muy mal y tenía muchas ganas de vomitar.

Salí de la fiesta y caminé a la esquina mientras me abrigaba con una chaqueta rosada que combinaba con mi vestido. Chequeaba mi Instagram y veía las publicaciones de mis compañeros de salón. Al parecer todos estaban en esta fiesta. De vez en cuando echaba un vistazo para ver si ya venía mi auto.

De lejos veo a una pareja besándose apasionadamente y pensé en Polo y en las excelentes noches que me daba, en donde follábamos hasta que amaneciera. Recordé sus deliciosos labios y en cómo me trataba, dulce y delicadamente. Fue allí cuando fijé mi mirada un tanto borrosa, y me di cuenta que en la pareja, estaba Polo. Él era el chico de los besos apasionados.

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