Capítulo dos.

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-Soy la puta ama-dice orgullosa.

-¡Lu, eres la tía más cabrona de todas!-le grita un chico en el pasillo.

-¿Viste?-me mira alzando una ceja.

-Definitivamente eres la más cabrona de todas-dije imitando al chico entre risas.

-Lo sé-dice tirando hacia atrás su cabello.

De pronto escucho la puerta de la oficina y me giro, para ver a una directora un poco deprimida.
Caminó hacia donde estábamos con Lu.

-Hola chicas.

-¡Hola!-responde Lucrecia con alegría.

-Quería felicitarte por tu triunfo. Nos encantaría que dieras un discurso a los jóvenes impulsándolos a seguir tus pasos. Tienes una carrera impecable académicamente, y todos estamos profundamente orgullosos de ti.

-Muchas gracias, y obviamente estoy dispuesta a hacer la charla. Estoy más que feliz con la invitación, me encantaría incitar a los jóvenes a perseguir sus sueños-responde con una sonrisa.

-Nos contactaremos contigo en los próximos días-cambia su vista a mí-Carla, necesito que me acompañes a mi oficina.

Me llamó la atención su actitud tan triste. Entonces me asusté, no sabía si mis padres habían tenido un accidente o algo así.

Me despedí de Lu con la mirada y me alejé encaminado mis pasos a la oficina de la directora. Mientras caminaba intentaba pensar en los peores escenarios para estar preparada mentalmente.

-Adelante-dice la mujer mientras abre la puerta para que pase yo primero.

Entro a su elegante oficina, con vista a la laguna y al puente principal. Olía a rosas, el piso estaba impecablemente reluciente. Su escritorio estaba ordenado a la perfección, todo organizado.

Caminé hacia la silla que se encontraba enfrente de su escritorio y me senté, crucé mis piernas, poniendo una sobre otra, acomodé mi falda y puse mis manos sobre mis muslos.

-Carla, tenemos que conversar-dice mientras cierra la puerta y se acerca a su silla.

-¿Le pasó algo a mis padres?-pregunto instantáneamente.

-Lamento informarte esto, pero estás fuera de Las Encinas...

-¿Qué?-pregunté intentando mantener mi compostura.

-Obtuviste la calificación más baja, lo cual significa que estás fuera. Estoy muy decepcionada, eres una gran alumna, pero te he visto un poco distraída, distinta. ¿Está todo bien en casa?

-Gracias-dije por la información que me dio y salí de su oficina.

Caminé intentando respirar profundamente y no estallar. Comencé a sentir una presión en el pecho, pero lo ignoré, sólo necesitaba llegar al baño y pensar en qué le diré a mis padres. Definitivamente mi padre estaría tan decepcionado que me matará cuando se entere que no podré volver a pisar Las Encinas por la estúpida calificación. Pensé que me había ido bien, o al menos mejor que Jorge, el peor alumno en toda la escuela. Pero, al parecer le fue mejor que a mí. Definitivamente no le diría a nadie, que vergüenza que sepan esto.

-¡Carla!-me llamó del pasillo Lu.

Alcé una ceja prestando atención a lo que me diría.

Entre ricosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora