Capítulo siete.

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-Pero no tienes fiebre-dijo papá tras tomarme la temperatura con su mano.

-Bueno, pero me siento mal-tosí fingiendo.

No quería ir a clases. Tras ver esa horrorosa escena, no me sentía capacitada para ir y verlo con otra. Lo seguía amando a pesar de todo, pero no quería seguir sufriendo. Sabía que evitándolo no solucionaba nada, pero esta vez quería quedarme en casa y no exponerme a la humillación.

-Quédate en casa, mañana llamaré a un doctor-dijo besando mi frente y abandonando mi cuarto.

De manera masoquista, tomé mi teléfono y entré a las fotos, para revisar las que tenía con Polo.

Me quedé unos minutos analizando la foto

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Me quedé unos minutos analizando la foto. La verdad es que hacíamos una muy buena pareja. Nos veíamos lindos juntos.

En la foto salíamos en el patio de la casa de una de las tías de Polo, quien era muy dulce y amable. Siempre me recibió bien y me dio un buen trato.
Quiso inmortalizar ese día con una foto. Él siempre amaba dejar en evidencia nuestros lindos momentos.

Luego deslicé el dedo y pasé a la siguiente foto.

Sonreí melancólica

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Sonreí melancólica. Pues se trataba de un viaje familiar a la casa de campo de mi abuela. Fue cuando presenté a Polo frente a toda mi familia. Luego de un exitoso encuentro, fuimos a caminar por allí y nos sacamos aquella foto. Luego de ese día, nos hicimos mucho más cercanos. El hecho que se llevara bien con mi familia sumaba muchos puntos. Mi familia es súper importante para mí, y le dieron una cálida bienvenida de inmediato. Polo es una persona que es muy fácil de querer.

Deslicé nuevamente mi dedo, pero esta vez fue peor. Mis lágrimas salieron inmediatamente.

La foto de cuando me pidió ser su novia

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La foto de cuando me pidió ser su novia...

No quise pensar más, y borré todas las fotos con él.

(...)

Desperté de una larga siesta. Ni siquiera recuerdo cómo me quedé dormida, pero lo hice.
Tomé mi móvil para ver la hora y vi que tenía siete llamadas perdidas de Lucrecia. Tras eso, me asusté y pensé que algo le había ocurrido, así que la llamé de vuelta.

Tras unos segundos de espera, al fin contestó.

-¡Carla! Al fin contestas. ¿Estás bien?-dijo alterada.

-Me había quedado dormida. ¿Tú estás bien? ¿Qué pasó?-pregunté preocupada.

-No sé cómo te tomarás esto, pero...

-¿Si...?

-Ya sé con quien te engañó Polo-soltó.

Llegas tarde Lu, tristemente lo descubrí yo sola.

-Con una chica rubia-dije segura.

-¿Los viste?-preguntó intrigada.

-Sí, besándose en el baño-acaricié mi cuello, triste.

-Joder... ¡Que hijo de puta!-dijo furiosa.

-Lo sé-dije con tono melancólico.

-Lo siento por arruinarte aún más el día, pero... Polo está con esa chica, en plan, juntos.

Me dolió como si me clavaran un cuchillo en mi corazón. Sentí que todo se me terminaba de derrumbar. ¿Cómo que estaba con ella? Terminamos hace unas horas y hace esto... Sólo me hacía sentido que ya estuviera con ella mientras estuvo conmigo. Me comía la cabeza con pensamientos tristes y fuertes. Sentía que ya no podía más.

-Gracias por contarme, Lu-agradecí con ganas de llorar.

-Cuentas conmigo para lo que sea, realmente para lo que sea-brindó su completo apoyo.

-Gracias...-colgué.

Ya no sentía mis ojos de tanto llorar. Ahora estoy atrapada en un estado deprimente.

Entre ricosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora