''Brutal'' sonaba mientras me levantaba de mi desordenada cama. Me mudaba a menudo por el trabajo de mis padres y por cada mudanza tenía que rehacer mi vida desde cero.Me acababa de trasladar desde Los Ángeles a un pequeño pueblo de Indiana (Flame Hill) y estaba matriculada en el instituto Twins High.
Al salir al pasillo me encontré a mi hermana mayor, Sam, que acababa de llegar de correr, el top y los ajustados pantalones negros resaltaban su delgada figura y su pelo estaba recojido en una rubia coleta alta.
─Buenos días dormilona─saludó mi hermana aún jadeando pero con una amplia sonrisa en la cara.
─Ve a la cocina, Eleonor ha hecho gofres.
Asentí vagamente con la cabeza mientras deshacía la coleta alta que llevaba.
Cuando bajé las escaleras tropecé y si no hubiera sido por Eleonor (la niñera de mi hermano pequeño) me habría dejado los dientes en el parquet, le agradecí haberme salvado y me dirigí hacia la cocina.
Encontré a mi hermano mayor, Noah durmiendo sobre la mesa.
El rizado pelo castaño que compartimos le caía sobre la cara, era divertido verle tan tranquilo, pero no duró mucho la paz, no pude resistirme y le pegué una bofetada en la nuca haciendo así que despertara.
─¡JODER, ABBY!─ me gritó mientras yo me reía e iba hacia la cafetera para servirme una taza de café junto a los gofres.
─Buenos días gruñón ─respondí con ronca.
No podía parar de reirme. La cara de enfado y de dormido de mi hermano mezcladas eran muy graciosas.Cuando termine el desayuno fui a mi habitación a cambiarme.
Opté por unos tejanos medio rotos del montón de ropa que había en mi cama, una camiseta negra y una sudadera gris de unas de las cajas abiertas para abrigarme del clima de noviembre.
Me miré al espejo para ver si me gustaba el conjunto y lo primero que se me vino a la mente fue:
«Tengo que cortarme el pelo ya.»
Lo llevaba por la cintura y, aunque me quedaba bien, prefería llevarlo más corto.Cogí mi mochila y mi skate para ir a mi nuevo instituto con mi hermana que iba en bici.
Sam se fue con unas chicas de su edad que conoció días atrás en una fiesta.
─Te veo en casa─ se despidió mientras me rodeaba el hombro con su brazo y me apretaba hacia ella, para a continuación irse a dejar su bici junto a las de las otras chicas.
Nada más entrar en el instituto, un hombre de unos cincuenta años me pregunto por mi nombre y me dió una hoja de papel aclarandome que era el número de mi taquilla, el 221, por suerte me acordaria muy fácil porque coincidía con el de la casa de Sherlock Holmes, uno de mis personajes favoritos en esa época.
Subí las escaleras hasta el segundo piso como indicaba la hoja y al encontrar mi taquilla puse la combinación y deje mis cosas dentro.
Mi primera clase no fue nada del otro mundo, fue una clase doble de matemáticas.
Al sonar el timbre pregunte a una chica pelirroja que tocaba y me dijo que era la hora del almuerzo así que la seguí hasta una especie de patio remodelado con unas cuantas mesas redondas de metal azul en el.
Al coger una bandeja y un zumo de naranja acompañado de un sándwich de pavo fui a buscar una mesa.
Pase por una mesa donde estaban sentados varios chicos con unas chaquetas de color lila y granate con el dibujo representativo de la escuela, dos leones unidos por la nuca y ''Twins High'' en letras blancas rodeadas de negro.
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La llama azul
General FictionAbby, no puede socializar, viaja demasiado para poder hacerlo, hasta que llega a Flame Hill un pueblo de Indiana donde todo cambia. Amistad, confusión, amor, magia, demasiadas emociones y nuevas experiencias para Abby en poco poco tiempo gracias a u...