Capítulo 4 "Annie Hall"

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-Wow… Debo decir que me impresiona el poder de convencimiento que tienes querida amiga- ¿Podría subirme en un coche?. Prácticamente era yo la alucinación en Esta noche estrellada y con una Luna como bombilla en el cielo. Obviamente Lisa debería imaginarse que el fantasma de Jennie no podía estar encima de ese… Yo ni diría carcacha, porque en sí, está bastante nuevo, hoy en día muchas personas aún lo conducen, pero desde que estamos aquí en la acera esperando a que la tal rubia ¿Rosé? Termine de limpiar el palabriza del coche pues he visto ya cinco de la misma marca pasar por frente a nosotras. Cabe destacar que hoy en día los que más Están de moda son los Ford Mustang o los Cherolett no los ¿Cadillac? Y bien puedo asegurar que ese es un Cadillac El Dorado del 1957, un auto que a mi parecer nunca debía, aunque si ha pasado un poco de moda.- ¿Cómo le hiciste para convencer a tú tío?- habló Lisa mientras posaba sus manos en el metal y lo acariciaba como si de una joya de platino se tratase.

Por mi parte sólo estaba tratando De tocar el cabello de la rubia de su amiga. Me resultaba interesante lo lacio que lo tenía por lo que debe ser el ojo de la crítica igual que yo. Fueras de moda completamente.

-Ya sabes como es… Cuando se mete en el garaje a inventar se le olvida el mundo…

Habló la rubia. Ojo, mis manos La podían atravesar. Tenía la pequeña idea o miedo que cuando la misma saliera de su cuerpo pues terminara ensangrentada o con un pedazo de su coraza incrustada en mis dedos. Eso no sólo sería terrorífico sino también metafórico en el sentido De que su alma estaría colgando en mis manos.

-Lisa- Hablé y ella comenzó a mirar a todos lados. Era lenta. Un poco. Ella sabía que no me podía ver aún así tenía la esperanza de almenos encontrarme Donde las luces de la luna tocan el suelo- No podemos irnos en coche porque yo no puedo subir en él… - ciertamente ya me había dado cuenta que lo podía atravesar y seguía con la idea de esta ves ser entonces una fantasma que en realidad sólo encuentra algo Real en el tierra bajo sus pies. Lisa por su parte abrió sus ojos como platos y se rasco un segundo  la piel bajo el flequillo café.  Obviamente había caído,  entonces caminé hacia ella y mi presencia oscura se iba reflejando en el metal del auto sólo para su pupila. Juro que la cara De Lisa era digna de enmarcar en un cuadro, seguro Jisoo no tendría problemas en pintarla. No sé si estaba asustada. Llegué justo a su lado, si, justo ahí cerca de su hombro. Miré de reojo mi reflejo en el metal del Cadillac, era de cierta manera terrorífico, es como si el diablo te estuviera avisando del próximo intento de asesinato. Así que lo mejor era jugar este juego. Además era imposible que la chica del pantalón escocés no me tuviera una pizca de miedo y el mismo lo haya desembolsado bajo sus pies, justo ahí, donde sólo percibes las espinas. -Necesito que convensas a tu amiga… - Hablé muy cerca de su oído con el convencimiento de que no sentiría mi respiración. Tuve que incluso pararme en puntas para hacerlo. Nunca en mi vida había intentado hablar de un tono más bajo a lo normal. Ciertamente había visto muchos películas y conocía del efecto llamado seducción que tenía este tipo de rango de voz para los hombres, quienes representaban una presa fácil y del todo atrapable por los tacones de una mujer. Pero nunca lo había presenciado de parte de una chica a otra y eso sólo lograba decolocarme a mí, como incubadora de otra hebra en el sueño, una salida del curso de su río.- De que tienen que ir caminando… 

Había conseguido algo que mi subconsciente anhelaba y era lograr algún tipo de emoción o nervios de parte de Lalisa Monoban. Si Así se llamaba aquí. Tragó en seco. Eso fue satisfactorio para mi Ego de fantasma… Suena hasta estúpido. Y créanme que Lisa no había apartado sus ojos chocolate del metal del coche de su amiga. Ella quería saber justo Donde estaba. Miró sus zapatos y luego alzó la vista para detener a supongo su mejor amiga, justo antes de que esta abriera la puerta del copiloto.

-Rosie… -la llamó y la rubia la miró extrañada.-Hace una noche hermosa ¿No crees?- preguntó rascándose la cabeza. Yo no podía apartar mis ojos de esos gestos, seguía sorprendía con la capacidad de pega y Guarde de mi cerebro. Su amiga se encogió de hombros. Ciertamente ahora que miraba a mi alrededor. Esto parecía Seúl. Si Seúl. Los edificios comenzaban más adelante. Talves varias cuadras. Este era al parecer un pequeño distrito aledaño a las afueras. Habían muchas casas alrededor. Casas humildes pero con fragancia a familia y a galletas recién horneadas, sin lugar a duda un sueño de grilletes. Pero a todo esto... ¿No que Lisa vivía también en Busan?. Almenos eso fue lo que me dijo. Que vivía a unas cuadras de la mansión de Joy. - Y si… ¿Vamos caminando?- le puso una pizca de encanto e infantilismo con una sonrisa gamosa.

ANSÍO VIVIR || JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora