ANSÍO VIVIR || Jenlisa

Capítulo 12 "Abismo"

Seguir a Lisa fue todo mi deber, en cada sentido quizás y segundo Talves. Al fin y al cabo en este sueño me necesitaba y yo debía entregarle parte de mi poca esperanza. Caminé cuadras, al final siquiera me cansaba. Me perdí cuando el coche de su hermana se perdió entre mi vista y tuve que hacer de las mías para encontrar el distrito que en Seúl de finales del 1977 vivía la persona que protagonizaba estaba noche, por obvias razones me guíe a partir que encontré el cine. Luego de casi unos treinta minutos me sorprendí que la casa de Lisa no era tan lejana como creía. Al final terminé adentrándome en el sector de la ciudad. La divisé desde la lejanía. El auto que por alguna razón estaba frente a la cochera de su casa cargaba son su presencia recostada al maletero. Sus manos en los bolsillos y mirando al suelo. No había ni una duda de que eran la misma persona y no me equivocaba con reafirmarlo. 

-Lisa…- Susurré y ella levantó la cabeza mirando a todos lados menos a mi invisibilidad.-Deberías estar adentro durmiendo y dejar de mojarte por esta noche.

Ciertamente ya la lluvia no caía como antes pero aún así algunas gotas se escurrian por entre nuestro espacio imaginario haciéndome creer que en sí, yo era nada, un nada que ni puede siquiera cambiar la cantidad de oxígeno.

-Jennie te estaba esperando… -Susurró y mordió su mejilla desde dentro nuevamente. ¿Será que tendrá heridas que quiere hacer más profundas para así no olvidarse del dolor?.- No quiero desaprovechar ni un segundo ahora que estás aquí.

-¿Entonces no piensas dormir esta noche?.- pregunté atravesando el césped y las margaritas para llegar hacia ella. -Estoy ahora frente a ti- confesé aún Abrumada por su estado sexy al estar mojada.

-Si es necesario no lo haré…- Dijo alzando los hombros para restar importancia y dejar que una sonrisa pasajera se quedara más del tiempo debido en mi subconsciente.

-Me duele… Me duele que te aferres a alguien que no puede darte nada.- Esta ves fui yo quien mordió el interior de su mejilla. A pesar de ser un sueño se percibía tan real que incluso tenía una pena acumulada al amargo sabor de no poder darle nada a está Lisa. De que por alguna razón sólo vivirá para llorar y que de esa manera yo pueda aparecer. Si, me había percatado que cuando estaba de alguna manera agrietara era que yo aparecía, tampoco es que fuera un parche. Yo era de todos menos de eso. Pero el mundo sabía que no se necesita más luz para brillar, por el contrario, se requiere un buen sitio oscuro.

-No entiendo porque te duele si sólo soy un sueño.

-No lo sé, he llegado al punto que te siento real.-  Confesé del todo Abrumada y tragando en seco mientra mis ojos se perdían el la puerta de su casa. Luego los regresé pero Lisa se había levantado del maletero. Algo llamó la atención. Y es que en el cristal de la parte trasera del coche estaba pintado con blanco un cartel que bien pudo haber provocado lo mismo que el Del espejo en la habitación de Irene, pero este no era llamativo ni acercado a la sangre. Era blanco, como si estuviera escrito por una tiza y de paso quien sea el que le dio abasto no poseía una buena ortografía si escribió "Avismo"- Mierda Lisa… ¿Eso estaba ahí?.- pregunté alarmada y Lisa miró a todos lados entonces Rodé los ojos- En el cristal trasero...

-Dios… Te juro que eso no estaba ahí pintado- Susurró llevándose una mano a la boca al darse la vuelta y divisar el terrorífico no tanto, sino más bien misterioso y un poco estúpido cartel.

-Esto ya ha sucedido antes…-Susurré acercándose al capo. Siquiera hice el intento de inclinarme y posar mis manos en él ya que corría el riego de terminar en el suelo y con miles de tuberías atravesando mi cráneo, literal. 

-¿A que te refieres con antes?.- preguntó Lisa que inconcientemente hizo lo mismo que yo sólo que pudo disfrutar del apoyo y por un lado me sentí un poco envidiosa de esa situación.