Capitulo 6

99 2 5
                                    

Su mensaje era este:
"Amm, ¿hola?, creo que no te conozco. Vuelve a llamarme, quiero saber quien eres;)"

Esa última frase me mato.
Aunque si me pongo a pensar, realmente solo quería saber quien llamo a su teléfono, así que preferiría no ilusionarme.

Me quede a dormir en el auto, ya era bastante común de mi y mi madre no se preocupaba ni un poco por eso.
Desperté a las 6:30 de nuevo. Quizá mi cabeza tiene un despertador integrado o algo parecido, pero siempre era la misma hora. A veces creo que es bueno dormir en el auto. Digo, no tengo que bañarme, cambiarme, desayunar como desesperado, no tengo que escuchar los gritos de mi madre. Solo lo enciendo y me voy, pero esta vez no quería ir a la preparatoria, ni porque estuviera Katherine. Necesitaba estar solo para pensar en mi vida y lo que haría de ella, ya que no tenía claros mis pensamientos.

Cuando llegue a mi lugar "Secreto" estaba solo como de costumbre, y supongo que mas ahora que era horario de clase.
Sabia que no habían entrado a clase, así que decidí llamar a Katherine.
-¿Hola?- contestó confundida
-Hmm, ¡Hola!- respondí nervioso- ¿Como estas?
-Muy bien, gracias. ¿Quien habla?
-Soy Dave, ¿Me recuerdas?, el chico con sus amigos arruina momentos.
-¡Oh!, el extraño chico con sus extraños amigos.
-Supongo que ese soy yo
-Perdón, no quería ofenderte- dijo mientras reía en bajo tono.
-Ey, esta bien.
-Oye, ¿A que se debe tu llamada?
-Hmm, a nada en especial- dije nervioso y con voz temblorosa-. Ella lo notaba, estoy cien por ciento seguro de que ella sabia que me gustaba.
-Mira, ¿Qué te parece si nos vemos hoy en la tarde?
-¿Es en serio?- respondí intentando ocultar mi emoción.
-¡Claro!, me pareciste alguien lindo y me gustaría conocerte.
-Esta bien. Nos vemos.
-Adiós.

En cuanto colgué el teléfono comencé a gritar lo mas fuerte posible ya que nadie podía escucharme. Sentía toda la adrenalina recorriendo mi cuerpo. Solo quería salir y manejar gritando por toda la ciudad, pero aun necesitaba pensar en algunas cosas, lo cual se me dificultó por estar pensando en ella y tener su imagen en mi cabeza.
¿Puede ser ella la persona indicada que quiero toda mi vida?
Pensé en esa pregunta casi la mayoría del tiempo que estuve en mi lugar.
"El tiempo es relativo".
Hoy me di cuenta de eso, porque al sentir que paso una hora ya habían pasado siete.
Encendí el auto y fui a la preparatoria para recoger a Katherine.
Iba a toda velocidad pensando en si me esperaría un poco fuera de la escuela para irnos. Casi pasaba cada semáforo rojo que se me ponía delante, pero claro, no quiero tener multas que pagar, así que solo me pase en los que se que no hay cámaras.

Cuando estaba a dos cuadras de la preparatoria la encontré caminando hacia su casa. Detuve el auto y le grite para llamar su atención.
-¡Katherine!
-¡Dave! -respondió con una gran y hermosa sonrisa en su rostro.
-Sube.

De inmediato me baje del auto para abrirle la puerta.

-¿A donde? -pregunte.
-A donde tu quieras -respondió. mientras bajaba la ventanilla
-Tengo el lugar perfecto, pero debemos esperar unas horas para que sea perfecto.
-De acuerdo, pero por ahora, ¿Tienes hambre?, yo estoy muriendo.
-Yo solo un poco. Te invito a comer.
-Acepto su pequeña invitación.
-¿Cual es su comida favorita, señorita?
-¿Por que empezamos a hablar de usted?
-No se, tu empezaste y yo solo te seguí la corriente.
-Vamos a la comida italiana, es mi favorita.
-De acuerdo.

Encendí el carro y comencé a manejar mientras de vez en cuando la observaba, ella solo disfrutaba de la brisa y del paisaje; se veía tan hermosa.
Llegamos a lo que parecía ser su restaurante favorito, nos dieron una mesa para dos debajo de unas luces preciosas.
-Buenas tardes, soy Kim y seré su mesera. ¿Están listos para ordenar?
-Amm, yo si -dije algo apenado.
-Sip -dijo Katherine muy segura.
-Que será?
-A mi deme una Lasagna por favor.
-¿Tiene macarrón con queso? -preguntó Katherine con una sonrisa en su rostro.
-Pues... Podríamos preparárselo, creo -respondió la mesera confundida.
-Muchas gracias, en serio.
-No hay de que, ¿Algo más que se les ofrezca?
-Nada mas, gracias -dije con una sonrisa forzada.
-De acuerdo, ya vengo con su comida. Por cierto, hacen una linda pareja.
-¿Disculpe? -respondí sonrojado
-Nada, solo que se ven muy bien juntos.
-Gracias, creo.
-No hay de que.

Me pareció muy extraño que pidiese macarrón con queso en un restaurante italiano, pero no hice ningún comentario al respecto.

Terminamos de comer y era la hora perfecta para llevarla al lugar que tenía pensado para solo hablar, reír, quizá ver una película en el teléfono y disfrutar el momento; de hecho era la primera persona a quien le contaba de ese lugar, aunque sea la segunda vez que nos hablamos en persona le tenía mucha confianza.

Estábamos a punto de llegar cuando vi que su rostro mostraba una expresión de gran felicidad; no entendía porqué.

¿Should I?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora