Y ahí estábamos, en su recamara acostados en su cama, la distancia entre nuestros labios era de pocos centímetros, nuestras miradas se cruzaban con sentimientos verdaderos.
- Kat... - dije alejándome, pero ella se acercaba al mismo tiempo.
- ¿Qué pasa? - dijo confundida.
- ¿Crees que esto está bien?
- ¿A qué te refieres?
- A lo que está pasando ahora mismo. - seguíamos con ese juego de acercarnos y alejarnos mientras hablábamos lento.
- Por favor, solo cuídame. - dijo viéndome a los ojos con ternura.
- Siempre.
Se acercó cerrando los ojos lentamente, me deje llevar por el momento e hice exactamente lo que ella. Podía sentir su respiración, ella podía sentir la mía; nuestros labios finalmente se juntaron, todo lentamente, nos acariciábamos el cabello, la tome de la cintura, ella puso su brazo detrás de mi nuca... Debo decir que todo fue demasiado perfecto.
- Wow... - dije con gran expresión de felicidad.
- ¿Tu primera vez? - dijo riendo.
- Creo que nadie jamás había arruinado un momento tan perfecto antes, ¿Qué acaso nunca puedes dejar tus chistes? - dije riendo.
- Lo siento mucho, pero era necesario. ¿Qué hora es?
- 2:23, ¿todo bien?
- Más que perfecto.
- ¿Quieres seguir durmiendo o...?
- No, Dave. Vamos al parque.
- ¿Al parque?, es muy tarde. - dije con incomodidad.
- Yo sé, pero es necesario.
- De acuerdo, vamos al auto.
Salimos de su casa y nos dirigimos al parque, la noche era hermosa, como nunca antes la había visto.
Afortunadamente el parque no quedaba lejos de su casa, así que conduje unas 6 cuadras.
- Llegamos, Kat
- Perfecto, debemos hacer algo y después regresar a casa.
- Yo te sigo. - dije muy nervioso.
Llegamos a los columpios, nos sentamos y comenzamos a balancearnos muy poco con nuestros pies en el suelo.
- ¿Para qué vinimos?
- Quería enseñarte lo hermosas que son las estrellas aquí.
- Son realmente hermosas.
- Mi madre nunca supo, pero venía todas las madrugadas en las que me sentía sola... Pero ahora tengo a alguien con quien venir. - dijo sonriéndome.
Yo solo la abrace.
- Ven, hagamos lo mismo que hicimos la primera vez aquí.
- ¿Ser idiotas? - dije riendo.
- Acostarnos en el césped, tonto.Nos encontrábamos de nuevo en el mismo lugar que la primera vez, ¿quién diría que para la segunda ya nos habríamos besado?
Espero que esto sea lo típico de "Si nos besamos una vez, habrá más"
- Kat, acerca del beso...
- ¿Qué ocurre?, espera, ¿me dirás que beso horrible?
- Claro que no, solo quería saber si significó algo para ti
- Oh, pequeño y adorable Dave. Se nota que eres hombre. Ustedes jamás se dan cuenta de nada; desde el primer día que te vi me pareciste lindo, si no hubiera sido por ese pensamiento, ni creas que te hubiera seguido hablando.
- ¿Ósea que...?
- Te bese porque quería
- Oh... Okay. - dije mientras me sonrojaba y sonreía.
- Ven.
Me acerqué a ella y puso su cabeza sobre mi pecho, volteó hacia mí y me dio un pequeño beso entre los labios y la mejilla, fue hermoso.Estuvimos recostados con un silencio que se sintió simplemente compartido; no era algo incómodo sino algo que nos venía bien a los dos, nos daba tranquilidad.
- Vamos a casa, que ahora realmente tengo sueño.
- Perfecto, por fin podré dormir.
Fuimos a la camioneta y fuimos a su casa. Llegamos, pero ella ya estaba dormida, así que decidí apagar el motor y solo poner música relajada; nada mejor que algunas canciones de Patrick Watson. Decidí dormir junto a ella, para mañana despertar e irnos a la preparatoria juntos; hace mucho que no duermo en mi cama, ni madre debería estar furiosa.
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¿Should I?
Teen FictionDave, un chico promedio de preparatoria, conoce a Katherine, a la que llama la chica de sus sueños. Poco a poco descubrirá cada uno de sus secretos que ella oculta, lo que los llevará a tomar la decisión más importante de sus vidas.