Capitulo 9

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Entramos a su casa, me dijo que tomara asiento mientras buscaba algo de tomar para los dos. Me quede esperando unos cuantos minutos mientras observaba su sala, como cualquier otra persona haría. Llego con dos vasos con mi soda favorita: Root Beer.
- Wow, ¿Te gusta esta soda?
- ¡Me encanta! De hecho es mi favorita- dijo sonriendo y dando unos saltitos en el sillón.
- ¡Hey!, tranquilízate- dije riendo
- Esta bien, ¿Qué quieres hacer?
- No lo se, ¿Alguna idea?
- ¿Quieres ver una película?
- ¿No crees que ya es muy tarde?
- ¿Pero que diablos te sucede? Nunca es tarde para nada, como dijo mi bisabuelo cuando yo tenía cinco años.
- ¿Conociste a tu bisabuelo?
- Obviamente no, solo quería darle un poco de heroísmo.
- Eres algo especial Kat.
- ¿Kat?
- Oh, cierto. ¿ Puedo llamarte así?- dije apenado.
- ¡Claro! Es solo que nadie me había dicho así.
- Que extraño.
- ¿Tu crees? Bueno, ¿A quien le importa eso?, decidamos que película veremos.
- ¿Que tipo de película quieres ver?
- Realmente no lo se, no me gustan las películas de amor.
- Créeme que ni a mi- dije riendo.
- ¿En serio?, pareces el típico enamoradizo que en cuanto ve a alguien cree que es el amor de su vida.

Entre en un momento de pánico, ya que si se enteraba de que alguna vez paso esa estupida idea por mi cabeza, se alejaría de mi y me tendría miedo. Así que mejor me quede callado y reí un poco.

- ¿En serio te parezco alguien así?
- Desde que te conocí. Pero como me agradaste un poco decidí quedarme callada.
- ¡Katherine Crosby!, no tengo nada que decirte. Mejor me callo- dije mientras me avergonzaba de mi mismo.
- No importa todo eso, veamos una maldita película, niño.
- ¡Entonces dime cual!
- No lo se, la primera que se te venga a la mente, aunque sea la peor del mundo.
- Dumbo.
- ¿En serio?, ¿Quieres que me ponga a llorar y me deprima?
- Dijiste la primera.
- Okay, entonces yo elijo... Terminator.
- Pues ya que.

Nos sentamos frente al televisor, pusimos la película y nos tapamos con una cobija, extrañamente hacia frío.
Cuando íbamos a la mitad Kat se levanto y pregunto si quería palomitas. Tenía mucha hambre y no me importaba que me viera como un cerdo grasoso. Me levante, corrí a la cocina y puse las palomitas como si estuviera en mi casa. Decidí sentarme y taparme la cabeza con la manta.
Terminaron de explotar las palomitas y Kat regreso con ellas.
- ¿Puedo preguntar que fue eso?
- Por supuesto que no- dije casi corriendo de su casa.
- Esta bien, haré como que no paso nada, pero no te salvaras de las bromas.
- Te odio- dije riendo
-Yo se que no- dijo con una sonrisa de niña inteligente

Seguimos viendo la película, claro que a mi me aburrió y al parecer a ella también porque se durmió.
Después de unos minutos despertó, me vio s los ojos y quedamos en un momento de gran tensión; tanta que la película era lo que menos importaba en esos momentos.

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