Colemila: University Love📚 COMPLETA

𝐃𝐞 𝐫𝐨𝐝𝐢𝐥𝐥𝐚𝐬🧎‍♀️🧎‍♂️

COLE📕🪶🥃

Hacer las maletas siempre me cuesta la vida, (bueno, también el simple hecho de levantarme de la cama, pero la gente no entiende el hecho de que cada día que te despiertas sí que te cuesta un día de vida, porque es un día menos para tu muerte, nada de dramas). Pero en fin, ese no es el caso. Ahora me estaba costando el doble hacerlas con el hecho de no parar de pensar en el último mes que había estado quedando con Camila para hacer el trabajo. Ya habíamos terminado la parte de la entrevista y hasta que no volviese de mi viaje, no podríamos acabar el tablero con las fotos que representen al otro. Había descubierto varias cosas de ella sin siquiera preguntarlo como por ejemplo, lo mucho que se acelera cuando habla, que no acaba un tema y empieza otro.  La respiración calmada cuando se tumba en el césped trabajando...Dios, esto es de tan acosador que pensaría ella y sin embargo no lo puedo sacar de mi mente.

Pero lo que me daba miedo es verme reflejado en ella, en sus miedos, en sus problemas familiares, -no habíamos querido ahondar ninguno en nuestros pasados-, pero denotaba ese desapego. También, que nunca había pertenecido a un hogar, durante su infancia se había mudado diversas veces sin poder echar raíces. Eso lo descubrí un día, cuando estaba dibujando distraída un hogar y le pregunté por su significado, no entraba dentro del trabajo, pero lo tuve que preguntar, si ella se dio cuenta, no lo hizo notar. Y mientras hablaba recordaba cómo toda mi infancia fue soledad, tanta gente que nos seguía a mi hermano y a mí y sin embargo, no teníamos ni una casa a la que volver y poder llamar hogar, porque le faltaba lo elemental para serlo, una familia.  No necesitábamos tener miles de fans, no necesitábamos tener niñeras, muchas personas trabajando para nosotros que hiciesen todo lo que quisiéramos, sólo necesitaba un hogar.

Un sonido en la puerta me hizo  detenerme. Bien, en este momento me daba igual quién fuese, con tal de que me distrajese de hacer la maleta. Como si era un ladrón, le daría todo, todo, sin rechistar. Así tendría la excusa para no tener que hacer la maleta, no viaje, no estudios...ay qué penaaa.

Parece mentira que estés estudiando lo que te gusta, que te quieres escaquear de todo.

Lo sé. La desmotivación es mi círculo inevitable estos  últimos años.

- ¡Aquí estamos! Te traemos una recompensa por haber terminado esa maleta.

- ¡Já!, pues el regalo me lo quedo, y tú con tu cara de tonto al creer que la tengo hecha.

Pero espera, ¿Ha dicho estamos, traemoss, en plural? 

La risita femenina a la que tanto me he acostumbrado este mes parece confirmar la curiosidad de mi conciencia. Y ahí está. Ella, la primera persona en mucho tiempo ha conseguido que no salga corriendo por tener que socializar. Al contrario, sonrío levemente de forma inconsciente, sonrisa que borro en cuanto me doy cuenta.

- La cara de tonto la tuya, mira lo que te hemos traído - dice mientras me muestra un brownie. Un maldito brownie.

- Como sabemos que te encanta- prosigue Camila riendo al igual que el capullo de Dylan.

- Me cobraré venganza. Ya veréis, ya - proclamo mientras finjo interesarme de nuevo por la maleta.

- ¡Espera, espera!,  Conmigo no lo pagues que no fue mi idea - exclama Camila, con lo que m puede imaginar con sus brazos agitados, dios, le sale solo el gesticular lo que dice. Lo cual me pone nervioso, o no... porque cuando me giro a mirarla no frunzo el ceño con desagrado.

- No, no haber, era una broma, sí que te hemos traído un regalo pero ya que no has cumplido con la parte de tu trato...- murmura mi hermano mientras veo que guarda una mano en el bolsillo.