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El día era hermoso, el cielo estaba azul y lleno de esponjosas nubes, si los vampiros pudieran salir de día Hoseok estaría muy feliz.

Estaba en su departamento, las cortinas se encontraban cerradas pero podía ver el cielo cada vez que se abrían por la brisa, Hoseok extraña poder salir y ver las flores junto con los animales, mariposas, ardillas, aves, todo en primavera era hermoso.

Cuando el sol comenzó a meterse en el horizonte Hoseok salió de su departamento, tomó unas cosas junto con las llaves de su nuevo auto.

Cuando llegó se estaciono junto a esa linda casa color crema, tenía un césped verde lleno de flores de colores, era hermoso.

Cuando nos casemos compraré una linda casa con un jardín grande delantero, ahí plantaras todas tus flores favoritas Hyung, será nuestra casa, ahí jugarán nuestros hijos. Seremos felices.

No había podido cumplir esa promesa, había desaparecido de su vida.

Cuando lo vio salir una lagrima se escapó, cuando vio que otra persona salió y luego tomó su mano sintió como todo el mundo se derrumbó frente a sus ojos.

Taehyung, Taehyung lo había olvidado por completo, venía acompañado de un chico de labios gruesos y lindos ojos, Taehyung estaba siendo feliz con alguien más.

Quería bajarse e ir y abrazarlo, pero sabía que eso era imposible, apretó el volante con furia, desde que fue convertido en aquel monstruo su vida había cambiado para mal, perdió al amor de su vida, su familia, todo.

Taehyung se veía feliz, su hermosa sonrisa cuadrada lo delataba, Hoseok muy dentro suyo deseaba que Taehyung nunca lo hubiera olvidado, deseaba que su corazón siga siendo para él y nadie más. El otro muchacho también sonreía mientras jugaba con las manos del rubio, Taehyung seguía siendo el mismo de siempre, un chico feliz y hermoso.

-Taehyung... - susurro, deseaba sentirlo otra vez, deseaba besarlo una y otra vez. Más lágrimas salieron al ver cómo ambos se besaban estaban en su propio mundo, así como el estuvo junto a Taehyung hace mucho tiempo. - Lo siento. - cuando fue convertido se alegó de él, no fue después de dos meses que se acercó y le habló pero él rubio lo ignoraba por completo, Hoseok luchaba consigo mismo para no morderlo y convertirlo en un vampiro, después de casi un año Hoseok recibió una llamada de su amor, Taehyung le dijo que ya no lo quería ver jamás y que no le iba a perdonar por todo el sufrimiento que le causó. Y aquí se encontraba después de veinte años, mirándolo desde lejos.

Taehyung se veía más grande, era todo un adulto y le dolía saber que su tiempo se acababa rápido, tal vez esta fuera la última vez que lo iba a ver vivo.

-Te amo. - los pensamientos del rubio estaban llenos de Kim Seokjin y eso lo termino de matar. El y Taehyung no se iban a ver nunca más. - Adiós. - puso en marcha aquel auto rojo.

Kim Taehyung le dio una vista rápida al auto que acababa de marcharse, nunca lo había visto por la colonia, miró de nuevo a su esposo y sonrió.

-Hoseok, por fin te veo. - Jungkook abrazo al castaño cuando lo vio enfrente de su casa. - Te extrañe mucho. - Hoseok devolvió aquel abrazo, Jungkook suspiro aquel rico aroma que desprendía Hoseok, vainilla. Era delicioso.

-Jungkook, vamos a tomar algo. - el pelinegro se separó del cuerpo de Hoseok y lo beso. - Vamos. - el castaño se separó del beso rápidamente y le sonrió.

-Si, esta bien. - ambos salieron de la casa de Jungkook, se subieron al auto del más alto, quien manejo hasta una cafetería cercana que vendía postres deliciosos.

-Este lugar es increíble, antes venía con... He venido muchas veces, venden unos pasteles muy ricos, te recomiendo el de zanahoria. - hablo Jungkook feliz, Hoseok solo asintió. Se sentaron en una mesa de afuera y pidieron sus bebidas, un café y una leche de plátano. - ¿Vas a querer el pastel?.

-No. - Hoseok alzó la mirada, los pensamientos de Jungkook estaban llenos de Park Jimin, giro los ojos con molestia.

-¿Hice algo malo?. - preguntó el pelinegro mientras le daba un sorbo a su leche de plátano. - ¿Estas enojado?.

-Estoy bien. - después de unos minutos en completo silencio Hoseok se puso de pie y camino hacia el baño, Jungkook suspiro, no sabía porque Hoseok de repente se comportaba así.

Jungkook ya había acabado su bebida cuando Hoseok llegó, sonrió al ver como traía dos platos con una rebanada del pastel de zanahoria.

-No quería quedarme con el antojo. - Jungkook tomó su tenedor y le dio una probada, estaba delicioso. Hoseok hizo lo mismo, pero el agarro menos cantidad.

-Es bueno que nosotros también podamos comer comida humana, ¿no crees?.

-Si. - cuando llevaba la mitad de su rebanada de pastel Jungkook comenzó a sentirse mareado y cansado. - ¿Estas bien?.

-Si, si, solo me siento extraño. - Hoseok se puso de pie, ayudó a Jungkook a pararse y camino hacia el auto del pelinegro.

-Quédate aquí. - Hoseok regresó a pagar la cuenta, salió y cuando llegó al vehículo Jungkook ya estaba dormido, sonrió. - Es hora de irnos.

Después de un largo viaje Jungkook despertó, estaba en el asiento del copiloto Hoseok estaba manejando, estaban en una carretera desierta, los costados estaban llenos de árboles.

-Hoseok.. ¿A dónde vamos?.

-Shh, no hables. - Jungkook se seguía sintiendo cansado pero ya estaba más consciente.

-Hoseok. - el nombrado lo miró y le sonrió, Jungkook en vez de que se sintiera tranquilo se puso más nervioso.

-Está bien, estamos bien. - Hoseok piso el acelerador, debía llegar más rápido, el tiempo se le estaba acabando. - Tranquilo.

Cuando llegaron a un lugar despejado, lleno de árboles y sin sombra de alguien más ahí, Hoseok y Jungkook se bajaron del auto.

-¿No te parece conocido este lugar?.

-Jimin. - ahí había visto morir a Jimin, ahí Jimin dio su último respiro. - ¿Qué hacemos aquí?.

-¡Sorpresa!. - dijo con entusiasmo Hoseok, Jungkook lo miró sin entender. - Tu mataste a Jimin aquí, tu obligaste a tu padre a crear monstruos, tu me quitaste lo mejor de mí vida.

-¿De qué hablas?.

-¡Tu me convertiste en esto! ¿No lo recuerdas?.

BLOOD/junghopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora