Siendo tan solo las 5:30 de la tarde, las calles de Baltimore ya empezaban a pintarse con un brillo dorado proveniente del sol veraniego. En el cielo no se encontraba ni una sola nube, soledad que a su vez acompañaba la falta de personas en las calles. En ambientes como lo era la estación calurosa, y ni hablar del final de clases, la presencia de extraños hablando a volúmenes no tan adecuados, de autos y motocicletas merodeando en el asfalto sí llegaba a extrañarse cuando lo más que se quería era salir de la rutina. No obstante, aunque era una época agradable, el clima no es favorable para todo el mundo.
Este último hecho es el que Alex tardó en reconocer, pero al final se resignó, mientras iba de camino a casa deslizándose por las calles de su barrio, deseando salir de su propia piel a causa de que solo se calentaba cada segundo dentro de su sudadera gigante. Esa era una razón, o al menos con la que se mantendría, aunque el verdadero motivo eran las últimas interacciones que mantuvo con sus amigos antes de retirarse del ensayo de banda. Los jóvenes seguían molestos con el cantante por su imprudente comentario, y a pesar de que el último tuvo la intención de redimirse, muy en su subconsciente no entendía qué era lo que había hecho mal. A su mala suerte, sus Matt y Rian lo conocían lo suficiente para saber que sus propósitos al disculparse eran otros. Fue aquello lo que llevó a Alex a no querer estar más en compañía, o incluso consigo mismo. No porque lo que haya dicho estuviera mal, sino porque no soportaba que sus amigos pensaran mal de él.
—¡Ugh! –gruñó en un intento de vaciar su cabeza y apartar sus pensamientos egoístas.
Descolgó uno de sus pies, rozando la suela de sus vans en el asfalto en un intento de aumentar la velocidad a la que se transportaba en sus cuatro ruedas, incluso si el ritmo al que iba ya era bastante peligroso. Levantó la mirada en dirección a la plaza que se encontraba a no más de tres cuadras de distancia, aliviado de estar por fin en su destino. Entrecerró sus ojos, logrando distinguir una figura en una de las esquinas traseras del skatepark, el cual, a excepción de este sujeto, se encontraba extrañamente vacío. Relacionó su interacción más temprana con esta presencia, y a medida de que se acercaba, empezó a llamar el nombre de su amigo.
—¡Zack! –exclamó, sin reacción alguna. El chico seguía moviéndose por el piso de mármol sin percatarse– ¡Za...! ¿Zack?
Susurró con inseguridad la última parte. Inició a bajar la velocidad cuando se encontraba lo suficientemente cerca para darse cuenta que, en realidad, estaba llamando el nombre equivocado. El sujeto que había distinguido anteriormente era mucho más delgado, y ligeramente más alto que el chico en sus expectativas.
Con una ligera patada, levantó el skate a la altura de sus manos para cargarlo entre sus brazos. Inició a caminar con un semblante tranquilo hacia la persona que seguía bastante concentrada en sus propios movimientos, lo suficiente para no notar la presencia del inglés cada vez más cerca.
—Disculpa... –llamó Alex, de nuevo sin éxito–. Disculpa –repitió, con un tono más firme, esta vez recibiendo toda la atención del no tan extraño chico.
Este último se volteó sorprendido, como si lo hubieran descubierto haciendo algo totalmente confidencial que no pensaba compartir con nadie. Dirigió su mirada hacia quien le hablaba con ojos abiertos de par en par, labios ligeramente fruncidos. Alex pudo jurar que distinguía retazos crecientes de color carmín a lo largo de sus mejillas, pero lo atribuyó a las altas temperaturas.
—Oh –exhaló, no muy sorprendido–. Hola, Jack.
El contrario tan solo bajó la mirada y levantó su mano rápidamente en un gesto de saludo.
—P-perdona, te vi hace unas cuadras pero no estaba seguro de si eras tú. Venía muy rápido y... –pausó abruptamente al darse cuenta que el moreno había iniciado a juguetear con sus dedos, su mirada aún estaba gacha–. ¿Has visto a Zack?
YOU ARE READING
gold rush ❀ jalex au
Fanfiction«Alex era algo parecido a una marea de oro, brillante y curioso. Jack sabía que lo más grande, y posiblemente lo único que conseguiría, sería un breve roce que solo lograría anticipar su rostro a un rubor delator; dejándolo, claramente, deseando más...